«La Mansedumbre Argentina»

Diana Ferraro acaba de publicar (en un blog diferente a los dos de su autoría que están linkeados al mío) la que, en mi opinión, es la mejor reflexión que he leído sobre el resultado de las últimas elecciones. Como muchos de los visitantes de este blog me manifiestan que existe un vacío de opinión sobre este tema, me apresuro a sugerir, a quienes quieran conocer lo que pienso, que lean “La mansedumbre Argentina”. Coincido totalmente con la reflexión de Diana Ferraro.

Muy bien Brasil!

El Gobierno de Dilma Rousseff está enfrentando el problema de competitividad que le crea la fuerte apreciación del Real de manera inteligente. Ha decidido disminuir las contribuciones para la Seguridad Social que pagan los empleadores en los sectores de la economía que exportan bienes intensivos en mano de obra. También ha aumentado el monto de los reintegros y reembolsos de exportación. Esto es exactamente lo que hicimos en Argentina entre abril y diciembre de 2001, cuando estuvieron en vigencia los planes de competitividad. Es, por otro lado, lo que con Rodrigo Botero hemos venido recomendando a todos los países afectados por la enfermedad holandesa.

Los industriales argentinos deberían pensar en este tipo de solución a sus problemas de competitividad, tal como yo se los sugerí hace ya varios años. A esta altura ya deberían estar desengañados de la estrategia del Dólar Alto con la que se entusiasmaron a partir de 2002.

Ojalá los exportadores de Brasil, en particular los industriales, valoren el esfuerzo que está haciendo su Gobierno y entiendan que la vía de promover artificialmente una devaluación del Real no es la alternativa para curar la enfermedad holandesa sino el camino seguro para aumentar la inflación.

La depreciación global del Dólar perjudica a las economías emergentes que luchan contra la inflación

La fuerte expansión monetaria de los Estados Unidos explica la tendencia global a la depreciación del Dólar frente a la mayor parte de las monedas nacionales del mundo emergente.

El aumento del precio de las materias primas tiene su orígen principalmente en el rápido crecimiento de China e India, pero la depreciación del Dólar acentúa la tendencia al aumento de esos precios.

Lamentablemente, los aumentos no son generalizados y mucho menos uniformes, por lo que al mismo tiempo que las economías emergentes ven mejorados sus términos del intercambio externo (si tienen abundantes recursos naturales), encuentran que la apreciación de sus monedas significa deflación para el resto de los bienes que entran en su comercio exterior. Por eso, en las economías emergentes más ordenadas, aquellas que han tratado de mantener baja la inflación con políticas monetarias muy responsables, hoy se sienten los síntomas de la denominada “enfermedad holandesa”.

Rodrigo Botero y yo acabamos de escribir un artículo para una conferencia sobre el tema. La conferencia fue organizada por FLAR (Fondo Latino Americana de Reserva) y CAF (Coporación Andina de Fomento) en Catagena de Indias, el fin de semana pasado. El artículo se titula “La mejor terapia para la enfermedad holandesa es fiscal, no monetaria”, pero tiene una sección final en la que argumentamos que la política monetaria puede terminar agravando el problema si la autoridad monetaria nacional fija una tasa de interés de intervención demasiada alejada de la del Banco de la reserva Federal de los Estados Unidos.

Siendo la mayor parte de los visitantes de mi blog ciudadanos argentinos, quiero alertarlos que las ideas que aportamos con Rodrigo Botero se refieren a las economías emergentes que vienen aplicando políticas monetarias serias y que además han creado un clima de confianza interno y externo que induce una fuerte entrada de capitales. Nos referimos a países como Colombia, Perú, Chile, México, Brasil, Uruguay e incluso Paraguay. Pero  ciertamente no se aplican a Venezuela o Argentina, cuayas políticas monetarias han sido absolutamente irresponsables y, además, los respectivos Gobiernos han generado fuerte desconfianza que, lejos de inducir entrada de capitales, provoca una fuga permanente de ahorros nacionales hacia el exterior.

En estos días, he recibido muchos mensajes en el blog preguntando sobre el efecto que puede llegar a tener sobre la economía de nuestro país un eventual default técnico de los Estados Unidos, si es que el Congreso no autoriza el aumento del endeudamiento público. Mi respuesta es que no creo que vayan a dejar producir ese default técnico. Pero en cualquier caso, en el momento que los Estados Unidos encuentren límites para su endeudamiento, de una u otra forma, terminarán pagando sus deudas con emisión de dólares. Y ello, en todo caso, acentuará la tendencia hacia la depreciación de la moneda norteamericana que ya se ha venido observando.  Se tratará, simplemente, de la acentuación de los efectos que discutimos en nuestro artículo con Rodrigo Botero. Invito, a quienes estén interesados, a bajarlo de la página de artículos en español de este sitio.

Mirando a Grecia en el espejo de Argentina

Este es el título de un documento que preparé para mi presentación en la conferencia anual organizada por el Profesor Robert Mundell en su villa medieval de Santa Colomba, muy cerca de Siena. Para los visitantes de este blog los argumentos sonarán familiares, pero opuestos a los que hizo La presidente Cristina Fernandez de Kirchner en una conferencia monetaria que tuvo lugar hace pocos día en el Banco Central de la República Argentina. Aprovecho para decirles que el documento fue muy bien recibido y comentado por los participantes en aquella conferencia, cuyo tema central fue la actual situación Europea. Hoy acaba de ser publicado en inglés en el sitio VoxEU. Quienes quieran leerlo deben hacer click en «Looking at Greece in the Argentinean Mirror».

La lectura correcta de los economistas griegos y la sinceridad de su gobierno.

En su edición del 2 de julio el semanario inglés “The Economist” trae citas interesantes que abonan la descripción que hice en el artículo anterior. Las voy a transcribir traducidas al español para los visitantes de este blog que no leen inglés.

“Un grupo de 18 economistas griegos (la mayoría miembros de la diáspora académica, que luchan contra la distribución de privilegios y el desorden que predominó en su patria) presentaron un listado de lo que ocurriría en Grecia si el país optara por la autarquía: en otras palabras, si rechazara la idea de moverse, con ayuda externa, hacia la salud fiscal y administrativa. Los salarios del sector público se desmoronarían, los bancos quebrarían y el país quedaría marginado de los mercados de capitales por años. Abandonar el Euro podría llevar a la hiperinflación”.

“Theodoros Pangalos, el famoso y franco Vice-Primer Ministro, lo puso en palabras aún más claras. Si Grecia  decidiera salirse del Euro y lanzar un nuevo Dracma, los bancos serían asaltados por depositantes en pánico y el ejercito tendría que intervenir para mantener el orden. Los negocios se quedarían sin clientes  y algunas personas saltarían desde las ventanas de los edificios.”

“El año pasado el señor Pangalos irritó a algunos compatriotas e impresionó a otros diciendo que tanto los griegos de la calle como la elite política habían malgastado los préstamos y subsidios que llovieron sobre Grecia gracias a la entrada en el Euro. Su expresión exacta fue: “Nos los comimos todos juntos””.

El artículo sigue describiendo que de acuerdo a la reciente votación en el Parlamento el país parece dividido en dos partes iguales: aquellos  que están dispuestos a llevar a cabo las reformas necesarias con apoyo externo y los que simplemente quieren un cambio, pero no saben en qué dirección. Si predominara el criterio de los segundos Grecia caería en el abismo del que hablan los economistas y tan gráficamente descrito por el Vice-primer Ministro.

Mientras los economistas griegos hacen una lectura correcta de los riesgos que significaría la salida “a la Argentina” y su actual gobierno le habla a los griegos con honestidad y franqueza, desde los Estados Unidos  muchos economistas euro-escépticos y desde Argentina todos los políticos responsables del aislamiento y la inflación, tratan de empujar a Grecia hacia el abismo. Ojalá triunfe la posición de los que quieren una recuperación sostenible de Grecia dentro de la Europa del Euro.