Impresionante aumento en la emisión para financiamiento del Sector Público.

(Este artículo fue preparado por mi colaborador Mariano  Giachetti)

En los siguientes gráficos se presenta la evolución mensual de la emisión del Banco Central de la República Argentina (BCRA) para financiar al Tesoro, durante los dos últimos años. Como puede observarse, en la mayoría de los meses del 2013, la emisión del BCRA superó a la del año 2012. De hecho, la emisión acumulada hasta el 18 de octubre del 2013 ya superó a toda la emisión del año pasado. La emisión acumulada hasta octubre de este año  es un 125% superior a la emisión acumulada hasta octubre del año 2012.

Estos datos son un reflejo del deterioro continuo de las cuentas fiscales del Sector Público Nacional, alimentando el proceso inflacionario en marcha. Cabe destacar que la venta de dólares que viene realizando el BCRA durante los últimos meses está conteniendo en parte la expansión monetaria y modera el impacto sobre los precios, claro que a costa de una fuerte pérdida de reservas.

 

 

Retroceso exportador durante la década Kirchnerista

Una de las mentiras menos advertida del relato kirchnerista es la que se relaciona con el comportamiento de las exportaciones. Se argumenta que gracias al abandono de la convertibilidad y a que el tipo de cambio real, hasta no hace mucho, fue significativamente más alto que en la década anterior, las exportaciones tuvieron un mejor comportamiento. Y se muestran como prueba las cifras del valor en dólares de las exportaciones que entre 2002 y 2012 aumentaron en un 215 % mientras que entre 1991 y 2001 sólo lo habían hecho en un 122%.

Lo que no se dice es que el mayor aumento en el valor de las exportaciones se explica sólo por el aumento de los precios internacionales mientras que en volumen físico las exportaciones crecieron bastante menos durante la década kirchnerista que en el período de la convertibilidad. Pruebas al canto: Las cantidades exportadas aumentaron sólo el 27 % entre 2002 y 2012 mientras que habían aumentado 135 % entre 1991 y 2001. Como los precios habían declinado 6 % en el período de la convertibilidad, pero aumentado el 166 % durante los años del kirchnerismo, los resultados en términos de valor fueron superiores en el período 2002-2012. Pero ésto de ninguna manera significa un mejor desempeño de la producción exportable del país. Los precios de las exportaciones no son el resultado de las políticas locales sino de circunstancias internacionales que nuestro país no controla. Distinto es el caso de la producción de bienes exportables: ésta depende casi totalmente de las políticas locales.

En ninguno de los grandes rubros en los que se clasifica a las exportaciones el desempeño fue superior en la década kirchnerista. Así en materia de productos primarios, mientras el aumento de las cantidades exportadas fue del 95 % entre 1991 y 2001, entre 2002 y 2012 bajó al 36%. En materia de Manufacturas de origen agropecuario el aumento fue del 71 % en el primer período y de sólo el 33% en el segundo. Las cantidades exportadas de manufacturas de origen industrial (quizás el mejor indicador del proceso de industrialización como fenómeno sostenible en el tiempo) aumentaron 175 % entre 1991 y 2001 y sólo el 89 % entre 2002 y 2012. Y las cantidades exportadas de combustibles y energía, que habían aumentado 323 % durante los años de la convertibilidad, declinaron 67 % durante el período kirchnerista.

Estas cifras ponen claramente de manifiesto que la competitividad exportadora del país desmejoró mucho durante el período 2002-2012 en comparación con el período 1991-2001. Y esto no puede deberse sino al énfasis que se puso durante la convertibilidad en lograr que el proceso de inversión sea eficiente, que se eliminaran todos los impuestos distorsivos y que se ampliaran los mercados externos del país. Las retenciones a las exportaciones y los muchos otros impuestos distorsivos que se aplicaron durante el período kirchnerista, mas todas las trabas que encontraron las inversiones eficientes y el encerramiento de la economía que, a su vez, cerró mercados para nuestras exportaciones, explican que a pesar del tipo de cambio real mucho más alto que en la época de la convertibilidad, la producción exportable y las industrias eficientes con capacidad exportadora sufrieron un retroceso durante la última década. Por eso ahora, cuando el tipo de cambio real está en niveles semejantes a los de la época de la convertibilidad, las actividades exportadoras están sufriendo más que en aquella época, a pesar de que los precios de exportación son todavía mucho más elevados que entonces.

Los visitantes del blog que quieran analizar más en detalle las cifras de exportaciones mencionadas en este post, pueden recurrir a la planilla excel.

La política exterior argentina

Para salir del actual atolladero, un nuevo gobierno tendrá que cambiar radicalmente la política exterior y todos aquellos aspectos de la política económica que relacionan a nuestro país con el mundo. Sobre esto voy a escribir en próximos posts. Pero recomiendo a mis lectores leer previamente el excelente artículo que acaba de publicar el Embajador Enrique de la Torre en la revista Agenda Internacional, Año7, Agosto 2013, #30. Para facilitar su lectura me permito acompañar una versión más completa de ese artículo que he subido a este sitio en base digital.

Así como cambió de opinión sobre mi, ojalá sea capaz de hacerlo sobre su relato.

Muchos sostienen que Cristina es tan obstinada, que aún cuando las señales que envíe la realidad la hagan ser consciente de sus errores, no va a cambiar de actitud y menos de relato. Ojalá no sea así. En los dos videos que agrego a continuación, ella manifiesta tener una opinión sobre mí muy diferente a la que ha venido trasuntando en sus discursos de los últimos años. Es decir, claramente cambió de opinión.

¿Hay algo que el Gobierno puede hacer para atenuar los efectos negativos del cepo cambiario?

La reunificación y liberalización completa del mercado cambiario sólo podrá ser hecha por un futuro gobierno que inspire confianza y que sea capaz de hacer creíble la regla monetaria que deberá anunciar al mismo tiempo que adopta esa decisión central. Si lo hiciera el Gobierno de Cristina, los resultados serían fuertemente estanflacionarios con alto riesgo de transformarse en hiperinflacionarios.

Un salto devaluatorio manteniendo el actual sistema de controles de cambio sobre el mercado oficial y la ilegalidad del mercado paralelo, desataría una puja distributiva muy dificil de controlar para un gobierno fuertemente debilitado en su capacidad de mediación entre corporaciones y sectores. Además, la emisión monetaria muy probablemente terminaría aumentando en la misma proporción que el salto devaluatorio y el precio del dólar en el mercado paralelo podría terminar aumentando en una proporción incluso mayor a la que represente el salto devaluatorio. Es decir, asistiríamos a un nuevo «Rodrigazo».

Lo único que el Gobierno podría hacer para atenuar los efectos negativos del cepo cambiario es legalizar el mercado paralelo, transformándolo en un mercado financiero y turístico libre, sin restricciones a la compra y venta de divisas. De esa forma podría derivar hacia ese mercado la demanda de dólares para turismo, pagos de dividendos, pagos financieros y repatriación de capitales. Debería permitir que los ingresos de capital y las inversiónes directas puedan liquidarse también en ese mercado libre. De paso, la existencia de este mercado libre podría permitir una reunificación gradual, favoreciendo en el tiempo a las exportaciones que más están sufriendo el atraso cambiario, como las de las economías regionales y de las manufacturas. Ello supondría permitir que un porcentaje de las divisas generadas por estas exportaciones se pudieran vender en el mercado libre.

Este desdoblamiento legal del mercado cambiario no resolverá todos los problemas que crea el cepo cambiario, pero, al menos, dejará un terreno mejor preparado para que un nuevo gobierno que inspire confianza pueda reunificar y liberalizar totalmente el mercado cambiario.  Se trata de un tema en el que tanto el Gobierno de Cristina como los candidatos a gobernar en el futuro deberían estar interesados para reducir el riesgo de crisis traumáticas.

Acabo de encontrar en youtube un video en el que hablo de este tema luego del discurso de la Presidente en la Universidad de Harvard, hace precisamente un año. Para los visitantes del blog que quieran verlo incorporo el link a este post.