Palabra de Honor, un programa de TV que merece ser visto

«Palabra de Honor» es un programa de televisión conducido por Prudencio Bustos Argañarás y Eduardo Ibañez Padilla que comenzó a trasmitirse hace poco en Canal C de Córdoba. Se trata de un canal de cable local, que aún no se trasmite en Buenos Aires ni en otros lugares de Argentina. Se puede acceder a él a través de internet porque todas sus ediciones han sido subidas a Youtube.

Prudencio Bustos Argañarás es un eximio historiador Cordobés que me acompañó en mi actividad política en el partido Acción por la República luego de militar exitosamente en el Partido Demócrata y la UCEDE de Córdoba. Eduardo Ibañez Padilla es un escritor, poeta y conferencista, que ha merecido importantes reconocimientos académicos.

Acabo de ver el último programa en el que además de excelentes editoriales de los dos conductores, Carlos Sanchez es entrevistado para hablar sobre su nuevo libro titulado «Instituciones, Educación y Desarrollo», recientemente publicado por Editorial Brujas. Carlos Sanchez, un prestigioso profesor de Economía de la Universidad Nacional de Córdoba, me acompaño junto a Aldo Arnaudo, Edmundo del Valle Soria, Carlos Givogri, Aldo Dadone, Carlos Vido Kessman y Amalio Humberto Petrei en la creación del IERAL de la Fundación Mediterránea en 1977 y fue Viceministro de Economía entre 1991 y 1996 y Secretario de Industria en 2001, cuando yo me desempeñé como Ministro de Economía. Además fue Director del IERAL y Rector de la Universidad Siglo XXI. Ha dedicado su tiempo en los últimos años a escribir este libro, un aporte realmente valioso a la comprensión de las causas del retroceso Argentino.

Recomiendo a los visitantes de mi blog que vean este video. Comenzarán a conocer un genuino producto cordobés de primerísima calidad. Me gustaría que insituciones de Córdoba que nuclean a su empresariado, como la Fundación Mediterránea y la Bolsa de Comercio, unieran esfuerzos para lograr que este excelente programa televisivo de canal C, sea proyectado en los cables de alcance nacional. Sería otro importante aporte de Córdoba a la cultura y el progreso de la Argentina.

http://youtu.be/h0M716XIuxc

La organización económica que ayuda a estabilizar

Este fue el tema central sobre el que discutimos con Luis Novarecio y Carlos Arbía en el programa que llos conducen en Infobae TV. Por supuesto concurrí para promocionar mi nevo libro «Camino a la Estabilidad». Para quienes tengan ganas de disponer de una hora de su tiempo, les hago llegar los respectivos links.

http://www.infobae.com/2014/06/02/1569532-reivindico-la-organizacion-economica-los-90-parte-1

http://www.infobae.com/2014/06/02/1569548-el-gobierno-no-puede-hacer-nada-contra-la-inflacion-parte-2

Camino a la estabilidad

Este es el título de mi nuevo libro, editado por Sudamericana. Lleva como subtítulo “Cómo derrotar a la inflación para avanzar hacia el desarrollo económico y el progreso social”. A continuación transcribo el prólogo, como anticipo para los visitantes del blog. Estará en las librerías  a partir del 1 de junio.

 Un día del mes de febrero de 2014 en el que llovía a cántaros, en la galería de nuestra casa de Córdoba, Sonia y yo terminamos de leer y comentar Economía a contramano, de Alfredo Zaiat.1 Se trata del libro que Cristina Fernández de Kirchner, según confesó, utiliza para entender la economía política.2 Ese mismo día leí en los diarios que un conductor de camión había transitado catorce kilómetros a contramano en una autopista de Mendoza antes de chocar con un ómnibus y provocar una tragedia.3 Por la noche tuve una pesadilla. Se las cuento para explicar por qué decidí escribir este libro.

 Estábamos con Sonia en un ómnibus repleto de pasajeros. Manejaba Cristina Kirchner y la acompañaba como copiloto Axel Kicillof. A causa de una tormenta que nos sorprendió justo donde debíamos tomar una autopista, nos metimos a contramano. Por error nos dirigíamos al norte, que en mi sueño era insoportablemente lluvioso. Por un tiempo, todos los autos que venían de frente, al detectar la presencia del vehículo a contramano, se hacían a un lado y lo dejaban pasar. La conductora, muy convencida de su buen sentido de orientación, creía que los que iban a contramano eran los viajeros que venían de frente. La lluvia era cada vez más intensa y la distancia visual cada vez más corta.

 Llegó un momento en que los pasajeros comenzaron a advertir el error y con gritos y protestas, le exigieron cambiar el rumbo. La primera en protestar fue mi esposa, que siempre es rápida para detectar cuándo alguien se equivoca. Pero al rato casi todos gritábamos.Gracias a las quejas de los pasajeros, la conductora del ómnibus finalmente se dio cuenta de que estaba a contramano. Por eso salió de la autopista hacia el terreno no afirmado después de la banquina, girando a la izquierda pero vacilante por tener que pegar un giro de 180 grados ya fuera del pavimento. Como estaba lleno de barro, comenzó a patinar y a empantanarse. De repente divisé que se iba acercando al volante un nuevo conductor, al que no pude identificar bien, pero a cuyo lado me pareció ver a Roberto Lavagna. En ese momento me desperté angustiado.

 Obviamente, en mi pesadilla el vehículo es la economía nacional y los pasajeros somos los argentinos. La lluvia es la inflación. El conductor que llegaba como recambio es alguno de los candidatos a ocupar la Presidencia a partir del 10 de diciembre de 2015. El hecho en sí, que se haya demorado tanto en advertir que la economía marchaba a contramano, es tan increíble como que en la autopista de Mendoza el camión haya transitado ese trayecto sin que nadie lograra detenerlo.Ya despierto, traté de entender mi angustia. La aparición de un nuevo conductor para el ómnibus debería haber prendido una luz de esperanza. Pero no fue así.

 Luego de volver al libro de Zaiat y a otros autores que realizan recomendaciones a los candidatos a la Presidencia en 2015, comenzando con Yo no me quiero ir de Federico Sturzenegger4—que reproduce lo que yo denomino “la interpretación Lavagnista de la inflación”―,5 pensé mucho más sobre el origen y el significado de lo que había soñado y de la sensación que me generó.

 Cuando el nuevo conductor se haga cargo, tendrá que llegar con equipos especiales de remolque y moverlo hacia un terreno firme. Para tener éxito deberá contar con una buena cartografía que le permita evitar la lluvia y lo ayude a encontrar la entrada a la autopista en la dirección correcta.Si en lugar de buscar terreno firme sigue tratando de maniobrar sobre el barro, puede llegar a equivocarse. Incluso si dobla a la derecha, como Roberto Lavagna o quienes piensan como él en materia de inflación le pueden llegar a recomendar, volverá a entrar a la autopista de contramano y, en ese caso, el choque que hasta ese momento se evitó, puede terminar en tragedia.

 Derrotar a la inflación y estabilizar la economía serán las principales demandas populares que enfrentará quien gobierne la Argentina a partir de diciembre de 2015. Para ese entonces, millones de argentinos estarán convencidos de que la inflación es la causa principal del aumento de la pobreza y de la pérdida de empleos productivos, además de tener crispados sus ánimos por la carrera infernal y desigual que significan los aumentos continuos de precios y salarios. La economía estará empantanada; la gente ya no soportará una inflación tan alta y el barro que ha creado.

 También habrá desabastecimiento de bienes y servicios, como los cortes de electricidad que sufrieron muchos hogares en diciembre y enero últimos; interrupciones en el suministro de gas natural, como ya vienen sucediendo, sobre todo para las industrias, desde hace varios inviernos; servicios de transporte urbano muy precarios e inseguros; falta de productos con precios controlados por el gobierno en las góndolas de los supermercados; dificultades en el abastecimiento de insumos, repuestos y bienes no producidos en el país, que no conseguirán permisos de importación; y, por supuesto, desesperación por hacerse de dólares y otras monedas extranjeras a cualquier precio inferior al del circuito paralelo o libre. Además, habrá mucha gente comprando dólares en este mercado, aun cuando el precio sea muy alto.

Los productores, empresarios y trabajadores estarán muy preocupados por el futuro de sus explotaciones, empresas y puestos de trabajo, porque a los problemas de falta de demanda se habrán sumado impuestos ya imposibles de pagar y tasas reales de interés muy altas. Particularmente en este último aspecto, habrá un gran contraste con lo que fue la realidad del período 2003-2011, con tasas reales de interés fuertemente negativas y políticas de demanda muy expansivas. Como estas políticas fueron financiadas por todos los ahorros acumulados que existían en la economía, éstos estarán ya totalmente agotados.

 El comercio exterior estará muy trabado, tanto por el precio del dólar en el mercado oficial para los exportadores como por los altos impuestos y las restricciones cuantitativas a las exportaciones, además de las trabas administrativas y cambiarias para importar. Habrá continuado la fuga de capitales que se inició en 2007 y es probable que, en términos netos, la inversión financiera de los argentinos en el exterior ya ascienda para entonces a más de 180 mil millones de dólares.

Los jubilados se encontrarán con haberes que habrán perdido buena parte de su poder adquisitivo. Además, seguirán incumplidas las cientos de miles de sentencias dictadas a partir del fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que reconoció la inconstitucionalidad de no haber ajustado, durante el período 2002-2007, los haberes de más de un millón y medio de jubilados que en diciembre de 2001 cobraban algo más de mil pesos mensuales. El monto de esta deuda ascenderá por entonces a no menos de 20 mil millones de dólares. Seguramente no figurará como deuda pública en las estadísticas; sin embargo, será obligación para un gobierno que decida respetar la división de poderes y los fallos de la Justicia.

 Los beneficiarios de los varios sistemas de subsidios sociales del último lustro también habrán sufrido un fuerte deterioro del poder adquisitivo, y seguramente se sumarán a los reclamos de jubilados y trabajadores.

 Una gran cantidad de obras públicas, especialmente las contratadas por los gobiernos provinciales ―pero también muchas nacionales―, estarán paralizadas por falta de pago a los constructores y proveedores.

Las provincias y sus economías regionales estarán al borde de la cesación de pagos. Los conflictos gremiales con los empleados públicos, particularmente los policías, los docentes y el personal de la salud, serán muy frecuentes.

 Las empresas reestatizadas y las nuevas empresas públicas creadas desde 2003 en adelante ―Aerolíneas Argentinas, AySA,6 ENARSA,7 ARSAT―8 demandarán fuertes aportes del Tesoro Nacional para cubrir sus déficits.

 La inversión directa extranjera se habrá paralizado casi totalmente y muchas empresas que invirtieron en el pasado estarán esperando la autorización para repatriar sus capitales.

 Todos estos problemas son el resultado de una desorganización extrema de la economía y de muy malas políticas, derivadas de la ambición de poder y riqueza de los gobernantes y de una interpretación totalmente tergiversada de nuestra historia económica. Pusieron la “economía a contramano” y en una dirección que no lleva al desarrollo con estabilidad.

Escribí mi primer libro sobre la desorganización de la economía en 1985, Volver a crecer.9 Aunque parezca mentira, hoy la economía funciona como “socialismo sin Plan y capitalismo sin Mercado”, tal como lo hacía a mediados de los ochenta. No debe sorprender, porque desde 2002 en adelante, los sucesivos gobiernos recrearon la desorganización económica de los setenta y ochenta.

En cuanto a la ambición de poder y riqueza de los Kirchner se ha escrito mucho. No tengo nada que agregar a las muy elocuentes y tempranas contribuciones que Jorge Asís propuso en sus libros La marroquinería política de 2005, El descascaramiento delsistema recaudatorio de acumulación de 2007 y La elegida y el elegidor de 2009. Desde 2009 se multiplicaron las obras, con alguna información adicional a la ya aportada por Asís.10

 Me interesa, sí, reforzar la idea de que el relato kirchnerista es la continuidad de una interpretación deliberadamente tergiversada de nuestra historia. Con ese fin, decidí dedicar el primer capítulo a desnudar los errores del pensamiento kirchnerista, tan bien retratado en el libro de Zaiat, que me parecen más peligrosos para el futuro.

Pero lo que en última instancia me impulsó a escribir este libro es un propósito menos ideológico y más pragmático: ayudar a muchos economistas y dirigentes que no están apegados a las ideas del kirchnerismo, a encontrar la mejor forma de resolver las dificultades que deberán enfrentar a partir del 10 de diciembre de 2015. En particular, el problema más difícil de solucionar de manera efectiva y duradera: la inflación.

 Las cuestiones a resolver demandarán una tarea casi titánica del nuevo gobierno. Pero será una misión imposible si quien asuma el poder en 2015 no logra dar un golpe contundente a la inflación e inaugurar un período largo de estabilidad monetaria.Sin un plan que le permita mover al Estado desde el territorio en el que está empantanado hacia el terreno firme más cercano, no se logrará encarrilarlo en la mano y la dirección correctas.

Si, por el contrario, en medio de una inflación galopante, el nuevo gobierno intentara adoptar medidas de cambio estructural, especialmente aquellas que en lo inmediato afectan a corporaciones muy organizadas de la sociedad, estará sellando su fracaso y habrá perdido popularidad y credibilidad antes de los dos años de haber sido elegido. Las reformas de fondo son siempre costosas y afectan en primer lugar a porciones de la población que están organizadas corporativamente para oponerse a cualquier cambio que les parezca perjudicial a sus intereses. Un traspié en las primeras elecciones legislativas y ese gobierno se convierte en un “pato rengo”, sin poder y sin futuro. El ómnibus seguirá empantanado.

Antes de emprender esta tarea, leí con atención las obras recientes de los principales economistas profesionales que están intentando ayudar a que se conforme una alternativa superadora para gobernar a partir de diciembre de 2015. Si bien en muchas cuestiones estructurales observé muchas coincidencias, casi siempre en torno a la necesidad de una reorganización económica en la dirección correcta, me preocupó no encontrar un análisis apropiado de la crisis inflacionaria que estamos viviendo.

Y, sobre todo, advertir que no parece haber conciencia del gran desafío que significará lograr un éxito inicial y contundente en ese terreno; algo que, estoy convencido, es esencial para que el próximo gobierno pueda comenzar siquiera a solucionar los demás problemas de nuestra economía.

Por eso, en el segundo capítulo propongo una revisión del libro de Federico Sturzenegger, describiendo lo que considero un diagnóstico equivocado de la inflación que sufre nuestra economía desde 2002 en adelante.

En el tercer capítulo, a través de una comparación con Brasil, demuestro que la explicación que da Roberto Lavagna de la inflación, aceptada no sólo por Sturzenegger sino por muchos economistas profesionales, es equivocada.

En el cuarto capítulo expongo mi lectura de la historia de la inflación en la Argentina durante los últimos setenta años. Gran parte de esta perspectiva fue presentada ya en mi libro Estanflación,11 pero me pareció necesario completarla con descripciones más detalladas de las experiencias del Rodrigazo de 1975, de la hiperinflación de 1989, del plan de estabilización de 1991 y de la crisis de 2001.

En el capítulo quinto describo cómo se da, en general, la lucha exitosa contra la inflación y presento un primer bosquejo de lo que considero una estrategia inteligente del gobierno que asuma el poder en 2015.

En el capítulo sexto discuto en más detalle cómo llegaremos al final del mandato de Cristina Kirchner y desarrollo de manera más precisa la estrategia estabilizadora inteligente del nuevo gobierno en los dos escenarios posibles de la situación económica a fines de 2015.

En el capítulo séptimo comento la experiencia de economías vecinas fuertemente dolarizadas, como la nuestra, que han sido exitosas no sólo en derrotar la inflación sino en mantenerla por debajo de un dígito. Destaco el caso de Perú, que es el que me parece más relevante para nuestro futuro.

El capítulo octavo está dedicado a destacar la importancia de la reforma monetaria como clave del éxito de una futura política de estabilización. Este tema, en mi opinión, es el talón de Aquiles de las estrategias de lucha contra la inflación que sugieren la mayor parte de los economistas que hoy asesoran a los candidatos a la Presidencia.

El epílogo, finalmente, resume el mensaje que quiero trasmitir a quienes van a tener el enorme desafío de reencauzar a la Argentina en dirección al desarrollo económico y al progreso social. Es clave que el próximo gobierno acierte con su política de estabilización antes de las elecciones parlamentarias de medio término. De esa forma, conseguirá el poder y el apoyo popular indispensable para llevar a cabo la difícil tarea de sacar a nuestro país del atolladero en el que lo dejará Cristina.

Cuando uno escribe un libro como éste, siempre queda con la sensación de que debería haber tocado muchos otros temas. Pero he querido concentrar el esfuerzo en señalar los riesgos que percibo en el diagnóstico y las propuestas que se discuten para resolver los problemas de nuestro país. Prácticamente no he tocado temas como el de las relaciones internacionales, el sector energético, la educación, la salud, la seguridad y la justicia.

En estas materias, los cambios que se planifican para 2015, en líneas generales, me parecen correctos y alentadores. Pero sé, por experiencia propia, que es difícil llevar a la práctica estos planes si no se logra primero un clima de estabilidad. Además, debo dejar temas para otros libros. Pese a todos los agitados momentos que he vivido y las amenazas con las que me quieren seguir amordazando, me siento, a mis casi 68 años, con muchas ganas de seguir luchando por mi patria, aunque más no sea con la pluma y la palabra.

 

                                                                                                        Cambridge, Massachusetts, marzo de 2014

 

Notas

1 Buenos Aires, Planeta, 2012.

2 “No hay modelos, hay proyectos políticos”, Página/12, miércoles 7 de noviembre de 2012. Disponible online en www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-207297-2012-11-07.html.

3 “17 muertos en un choque entre un colectivo y un camión que circulaba de contramano a toda velocidad”, La Nación, viernes 7 de febrero de 2014. Disponible online en www.lanacion.com.ar/1662266-choqueenmendoza.

4 Buenos Aires, Planeta, 2013.

5 Explico de qué se trata en el tercer capítulo de este libro.

6 Aguas y Saneamientos Argentinos.

7 Energía Argentina Sociedad Anónima.

8 Empresa Argentina de Soluciones Satelitales Sociedad Anónima.

9 Buenos Aires, Sudamericana-Planeta, 1985.

10 Los dos primeros libros de Jorge Asís fueron editados por Planeta y el tercero por Ediciones B. Otros títulos que merecen ser citados son: Luis Majul, El Dueño. Historia secreta del ex presidente Néstor Kirchner, Buenos Aires, Planeta,

2009; Luis Majul, Él y Ella, Buenos Aires, Planeta, 2011; Miguel y Nicolás Wiñazki, La Dueña, Buenos Aires, Margen izquierdo, 2013.

11 Buenos Aires, Sudamericana, 2008.