«VA PENSIERO…» PARA ESCUCHAR Y DISFRUTAR

Mi querido amigo Félix Juan Borgonovo me envió por e-mail el texto que sigue. Me alegró el sábado, cuando sentía cierto desasosiego contestando mensajes de visitantes angustiados por la situación de nuestra economía y de la política. Decibí compartirlo con mis amigos del blog.

«Estan son las cosas que se pueden ver y escuchar más de una vez sin cansarse… Es una maravillosa puesta de un aria coral de un genio.

Fantástica escenografía en una composición espacial perfecta.
Perfección en el complemento posicional del coro y de interpretación.
Es para mí la mejor versión que he visto y oído. Todos los sentidos trabajando a pleno en la emoción.
No dejen de fijarse en la expresión en la cara de los coreutas, ni tampoco en las posiciones que ocupan en el escenario; inclinados, apoyados sobre algo o alguien, acostados sobre el piso.
No es fácil, para nada, cantar semejante obra de Verdi en esas posiciones, pero vean también la expresión de sus rostros, verán que ellos, cuando estaban cantando, vivían realmente la música y la letra.»

Trascribo el comentario de una corista de ópera española:
“En la escena, tal vez más bella de la ópera, los hebreos esclavizados están de rodillas a orillas del Eufrates, en Babilonia, como dice el salmo; su oración fervorosa, su anhelo de libertad, la añoranza de la patria lejana se condensan en la inolvidable escena coral de “Va pensiero sull’ali dórate”, extraordinaria”.
Realmente es sumamente emocionante.
Ojalá lo disfruten.
Por favor prendan el audio, siéntense muy relajadamente frente a la pantalla, y prepárense a disfrutar de una presentación espléndida.»

http://www.youtube.com/embed/DzdDf9hKfJw?rel=0

Para reactivar y bajar la inflación Cristina tendría que hacer exactamente lo contrario a lo que está haciendo

De una estanflación, recesión con inflación, provocada por la existencia de fuertes cuellos de botella que obstaculizan el proceso productivo y una gran emisión monetaria para financiar un déficit fiscal en ascenso, se sale sólo si se recrea confianza para que exista inversión, al menos en los sectores con déficit de capacidad instalada y si, al mismo tiempo, se encuentra la forma de evitar la emisión monetaria descontrolada.

Intentar reactivar la economía a través del aumento del consumo público, es una quimera, porque al no existir crédito público como para financiar el aumento del gasto, el gobierno termina cobrando el impuesto inflacionario que reduce el ingreso real de los consumidores y provoca caídas mucho mayores en el consumo privado. La economía recién logrará reactivarse cuando se consiga aumentar la inversión y desaparezcan las expectativas inflacionarias.

Para que pueda aumentar la inversión productiva y comiencen a bajar las expectativas inflacionarias se necesita recrear, al mismo tiempo, el crédito público y la confianza en la estabilidad de la moneda. Sin crédito público y sin moneda creíble la inversión seguirá ausente y la inflación sólo irá en aumento.

Si el gobierno recuperara el crédito público, es decir si lograra poder acceder a endeudamiento interno o externo a tasas bajas de interés, como las que consiguen cualquiera de nuestros vecinos, podría eliminar los impuestos distorsivos que hoy desalientan la inversión y la producción exportable. El aumento del déficit que surgiría de esa eliminación, en el corto plazo, podría ser financiada con endeudamiento público a tasas razonables. A su vez, se podría reemplazar el financiamiento monetario del déficit que hoy existe por financiamiento con endeudamiento, sin dejar, por cierto, de hacer todos los esfuerzos posibles por reducir ese déficit, reduciendo el gasto público.

La recreación del crédito público permitiría al gobierno y al sector privado, conseguir dólares con bajo costo financiero.Cuando esos dólares entren en el país, el Banco Central, en lugar de comprarlos, debería dejar que se liquiden en el mercado libre (que debería dejar de ser ilegal para ser un mercado libre y  legal). La liquidación de los dólares del endeudamiento a tasas razonables, lo mismo que el que se origine en el retorno de los capitales antes fugados, harán que la cotización en el mercado libre comience a bajar. Cuando ello ocurra, será sencillo eliminar todos los controles de cambio y dejar que el mercado cambiario funcione como un mercado único y libre.

La eliminación de los impuestos distorsivos y la desaparición de los controles de cambios serán el mejor aliento a la inversión y ayudarán a remover rápidamente los cuellos de botella que hoy enfrenta el proceso productivo. Además permitirán un fuerte aumento de la producción exportable. Cuando el gobierno deje de cobrar el impuesto inflacionario, comenzará a recuperarse el ingreso real de las familias y entonces podrá comenzar a recuperarse también el consumo.

Lamentablemente,  el gobierno de Cristina, al plantear el tema de los fondos buitres como una lucha frontal contra el sistema financiero internacional y al amedrentar a las empresas que invirtieron en el país con aplicación de la ley anti-terrorista y una nueva ley de abastecimiento, mucho más intervencionista y amenazante que la que está vigente, lo único que consigue es destruir el ya muy menguado crédito público y desalentar aún más la inversión.  Cada vez me convenzo más que la «economía a contramano» que tan bien describe Alfredo Zaiat y que tan elocuentemente expone Kicilloff en sus discursos, puede terminar siendo la ruina no sólo del gobierno de Cristina sino de gran parte de la capacidad productiva del País.

En 2003 los uruguayos reestructuraron su deuda y de inmediato recuperaron el crédito público

Acabo de leer en La Nación un reportaje de Fabián Tiscornia a Carlos Sténeri, uno de los negociadores de la deuda uruguaya en 2003. Los uruguayos hicieron en 2003 una reestructuración de su deuda con la metodología que nosotros teníamos preparada en 2001 para lanzar en enero de 2002. El intento de pasarnos de vivos en el 2005 es la causa de los problemas muy serios que estamos enfrentando ahora. Echarle la culpa de nuestros males al Juez Griesa, a la justicia de New York y al Gobierno de los Estados Unidos es un disparate. El reportaje al negociador uruguayo es una prueba más. Sería bueno que Fabian Tiscornia haga también un reportaje a quienes restructuraron la deuda de la Provincia de Mendoza. Acabo de encontrar un artículo reciente del diario Los Andes en el que se explica, como muy claramente lo hace Carlos Sténen en el reportaje de La Nación, que la clave del éxito de la reestructuración de los Bonos Aconcagua de Mendoza estuvo en la aplicación de cláusulas de salida consentida, que fueron aceptadas por la justicia de New York.  Es alarmante advertir que con tanta experiencia, tan cercana, se hayan cometido tantos errores por parte de Kirchner y Lavagna. En lugar de incluir en los bonos la cláusula de salida consentida, tal como lo habíamos planeado en 2001, apelaron a la ley cerrojo y a la clausula rufo, que son el orígen de los problemas actuales.

Sin moneda y sin crédito la estanflación sólo tenderá a agravarse.

Política fiscal es sinónimo de política de deuda pública. Una política fiscal expansiva es aquella que genera un déficit fiscal financiado con endeudamiento para aumentar la demanda agregada y contribuir a que la economía salga de una recesión. Una política fiscal contractiva es aquella que genera un superávit fiscal y permite reducir el endeudamiento público para evitar el recalentamiento de una economía que está viviendo un boom económico.

Para que se pueda implementar una política fiscal expansiva se necesita que exista el crédito público, es decir que el Tesoro pueda acceder a endeudamiento a tasas razonables de interés. Hoy, aunque se quisiera, no se puede implementar una política fiscal expansiva porque nuestro país no tiene crédito, ni externo ni interno. Lo que el gobierno está haciendo es financiar el déficit fiscal con emisión monetaria. Eso significa cobrar el impuesto inflacionario. Luego de cobrar ese impuesto no hay déficit y por lo tanto no puede haber efecto positivo sobre la demanda agregada.

Política monetaria es sinónimo de búsqueda de la estabilidad de los precios. La política monetaria sirve para hacer bajar la inflación o sacar al país de una deflación. También puede ayudar a atenuar el ciclo económico cuando la inflación viene asociada con fuerte expansión del nivel de actividad económica y la deflación viene asociada con un clima de recesión. Pero para que se pueda aplicar una política monetaria adecuada, se necesita que haya moneda.Es decir, que el Banco Central administre una moneda en la que la gente confíe y de la que la gente no esté desesperada por desprenderse. Hoy nadie confía en el Peso y la mejor demostración de que ello ocurre es que hay una brecha de más del 40 % entre el valor del Dólar en el mercado oficial (en el que la gente no puede convertir sus pesos) y el mercado paralelo (al que la gente tiene que recurrir si quiere convertir sus pesos en monedas extranjeras).

En una economía que sufre estanflación pero en la que existe la posibilidad de hacer política monetaria y política fiscal, la combinación adecuada es: política fiscal expansiva (déficit fiscal financiado con endeudamiento) con política monetaria contractiva. La primera sirve para estimular el nivel de actividad económica y la segunda, para frenar la escalada inflacionaria y apuntar a metas bajas de inflación.

Puede sorprender que yo sostenga que de existir la posibilidad de endeudamiento a tasas razonables, lo correcto en una situación como la actual sería aplicar una política fiscal expansiva cuando el gasto público como porcentaje del PBI ha alcanzado niveles records. Pero el déficit fiscal que yo sostengo que correspondería financiar con endeudamiento es el déficit fiscal que se originaría no en el aumento del gasto público sino en la eliminación de muchos impuestos distorsivos que hoy desalientan la inversión y hacen perder competitividad a la producción.

Lo que el gobierno Argentino está haciendo hoy es utilizar al Banco Central para financiar el déficit fiscal, es decir, para cobrar el impuesto inflacionario. Como la base del impuesto inflacionario es la masa monetaria, esta política induce a que aumente cada vez más la velocidad de circulación del dinero, con lo que el proceso inflacionario se acelera: cada vez será necesaria una tasa de inflación mayor para cobrar un mismo porcentaje del PBI como impuesto inflacionario. Como luego de cobrar el impuesto inflacionario la política fiscal resulta neutra o contractiva, porque el impuesto inflacionario puede incluso ser superior al déficit y beneficiar, por ejemplo, a los intermediarios financieros, el resultado es que no se sale nunca de la recesión. Por el contrario, la recesión tiende a agravarse.

El conflicto con los fondos buitres y la justicia de New York hace que desaparezca por completo el crédito público y que la gente confíe cada vez menos en la moneda argentina. Sín moneda y sin crédito la estanflación sólo tenderá a agravarse.

Emilio Perina, Mariano Caucino y Gabriela Funes me entrevistaron en radio el Mundo

Fue un reportaje en el que me pude explayar sobre las ideas que presento en mi libro «Camino a la Estabilidad» y mi evaluación del actual conflicto con los fondos buitres. El audio del programa está dividido en dos partes. Estos son los links:

Parte 1:

 

Parte 2: