Contento pero preocupado

Sin duda el triunfo de Mauricio Macri es muy importante para Argentina y puede también llegar a ser importante para América Latina. Se trata de una gran oportunidad para conciliar el respeto por las instituciones republicanas, la honestidad y la racionalidad económica, los tres grandes déficits del gobierno Kirchnerista. Como la actitud de Macri frente al descalabro Venezolano es la opuesta a la del gobierno que termina, esto puede también ayudar a que entre en un ocaso definitivo la «Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América», que tanto daño le ha hecho a los pueblos que adhirieron a ella.

Estas dos posibilidades me ponen muy contento. Lo que me preocupa es que aún haya en Argentina más de un 48 % de personas que votaron por la continuidad de las políticas del Kirchnerismo. Este alto porcentaje significa que mucha gente sigue engañada por el discurso mentiroso de los últimos 13 años.

Como Macri tuvo que enfrentar una campaña en la que se lo acusaba de querer imponer un ajuste feroz en perjuicio de los pobres, no pudo explicar con suficiente claridad la magnitud de los problemas que hereda y la imposibilidad de financiar muchos de los subsidios que el gobierno mentiroso e irresponsable de Cristina repartió, no con sentido de justicia social, sino para conseguir votos.

Me consta que para neutralizar los ataques del Kirchnerismo, Macri le pidió a muchos de sus colaboradores que se venían expresando con sinceridad sobre la verdadera situación económica, que mientras durara la campaña electoral no lo siguieran haciendo. Yo mismo me abstuve de hablar sobre el tema y de contestar en este blog muchas de las preguntas que recibí en el último mes, porque vi que utilizaban mis comentarios para atacar a los colaboradores de Macri que en algún momento tuvieron alguna identificación conmigo.

Espero que esta omisión en el discurso de campaña de quien será el próximo Presidente de los Argentinos se revierta pronto. Para que Macri tenga chances de solucionar los muchos problemas heredados, tiene que describir con crudeza y sacar a la gente del engaño al que la han sometido las mentiras del Kirchnerismo.

Es fundamental que no prospere la estrategia que tienen en mente los seguidores de Cristina Kirchner de hacer responsable al nuevo Gobierno de los ajustes que son la consecuencia ineludible de la pesada herencia que le dejan.

 

Ningún dirigente serio apoya la política exterior de Cristina

Aníbal Fernández, siguiendo una orden de Cristina, salió a criticar al Gobernador Juan Manuel Urtubey por sus declaraciones ante el Consejo de las Américas en Nueva York. Entre las muchas extravagancias de nuestra Presidenta, la más temeraria de todas es, precisamente, le pretensión de que quienes se postulan para sucederla se comprometan a mantener su política exterior.

Desde hace mucho tiempo es muy claro que ningún dirigente político serio apoya la política exterior de Cristina. Yo lo señalé en los primeros párrafos del Epílogo de mi libro «Camino a la Estabilidad». Dije entonces:

«A fines de marzo de 2014, cuando estoy terminando de escribir este libro en la ciudad de Cambridge y he podido seguir desde acá la visita a Estados Unidos de Daniel Scioli, Mauricio Macri, Sergio Massa y un grupo grande de políticos que participaron en un seminario en la Universidad de Harvard, incluidos Ernesto Sanz y Juan Manuel Urtubey, no me caben dudas que el nuevo gobierno, cualquiera sea su signo político, va a producir un giro importante en la política exterior de Argentina. La virtual alianza ideológica de los gobiernos de los Kirchner con el régimen venezolano y el denominado Socialismo del Siglo XXI desaparecerá y Argentina retomará la línea de política exterior de los gobiernos de Menem y De la Rúa.»
«Será muy importante que Argentina, que en 1998 consiguió ser incluida en el G-20, aproveche esa pertenencia para demostrar que está dispuesta a respetar las reglas de juego que emergen de los tratados internacionales que el país firmó y ratificó y a apoyar un creciente proceso de integración global en el que prevalezca la paz y todas las naciones puedan avanzar hacia el mejoramiento de la calidad de vida de sus pueblos.»

Estoy seguro que Urtubey fue sincero y dijo la verdad cuando habló de política exterior en nombre de Scioli. Lo asombroso es que Cristina no lo haya advertido. En realidad, lo sabe desde hace mucho tiempo. Pero su estrategia, de una perversidad sin límites, es seguir poniendo condicionamientos a Daniel Scioli, a quien dice apoyar, pero dejando en claro que está dispuesta a entregarle el Gobierno, pero no el Poder.

Ojalá Scioli, si llega a la Presidencia, comience designando Canciller a Juan Manuel Urtubey. Estará enviando una primera señal importante de cambio, tal como lo hizo Menem en 1989, antes incluso de definir con claridad la nueva organización económica y social que impulsaría durante su Presidencia.

La única lógica es eliminar el cepo cambiario

Algunos días atrás acepté un largo reportaje radial que me hicieron periodistas de una radio de la provincia de Mendoza. En general no acepto reportajes en esta época pre-electoral, porque el gobierno aprovecha cosas que yo digo, sacadas de contexto, para atacar a los economistas y políticos cuyas propuestas y opiniones considero valiosas. Pero a pedido de amigos a los que respeto mucho, esta vez acepté el reportaje.

Como en esta oportunidad no ha sido una excepción, aún cuando el Cronista comercial y La Nación reportaron síntesis bastante buenas, salvo los títulos, me permito poner a disposición de los visitantes del blog el audio completo.

 

https://soundcloud.com/mdzol/la-unica-logica-es-eliminar-el-cepo-cambiario

No me molesta lo que Fernando Iglesias dice sobre los 90s, me parece genial la descripción que hace del 2002

He comenzado a leer el libro de Fernando Iglesias titulado «Es el Peronismo, Estúpido» y me ha cautivado. Por supuesto no comparto su antiperonismo extremo ni su exculpación total al populismo radical, pero me parece muy honesta y realista su interpretación de la historia.

Un amigo me hizo llegar un artículo que Fernando Iglesias escribió en el diario Los Andes un año atrás sobre el tema de Grecia. Vale la pena leerlo. Me parece impecable.

Cuando lo lean, mis seguidores seguramente me preguntarán porqué no me molesta que él caracterice a la década del 90 como «el delirio mitómano del uno a uno, la desocupación y el déficit fiscal crecientes, y la bomba de tiempo que el Peronismo le dejó a la Alianza. Las encuestas de fines de 2001, que mostraban 80% de apoyo a la Convertibilidad, esgrimían también la exigencia imposible de mantenerla a la vez que se reactivaba la economía.»

No me molesta, porque teniendo en cuenta como se manejaron las provincias, peronistas y radicales, en materia fiscal y de endeudamiento con los bancos y cómo el gobierno y la oposición radical se hicieron los distraídos frente a mis denuncias de mafias enquistadas en el poder, ex post puede un historiador sostener que el uno a uno fue un mito, aún cuando nos permitió salir de 45 años de inflación, nos dio 10 años de estabilidad y siete años de crecimiento del orden del 6 % anual. Además, no a la convertibilidad, sino al uno a uno, yo había comenzado a cambiarlo ordenadamente en 2001 y nos sacaron a De la Rúa y a mí del poder para que no lo consiguiéramos, porque los desestabilizadores estaban comprometidos a pesificar. Dejar flotar no hubiera sido salir de la convertibilidad. Sí lo fue pesificar, es decir destruir toda la base contractual de la economía disponiendo que los dólares se convirtieran, compulsivamente, en pesos.

Pero me parece genial y no sólo veraz sino también sumamente clara la caracterización que hace del año 2002. Recomiendo la lectura del artículo y de su nuevo libro.