El artículo de Paul Krugman titulado “Can Europe be Saved?”, que publicó el New York Times ayer y que hoy reproduce en español y en forma abreviada Clarín bajo el título “El Fantasma de la Argentina en la Crisis Europea”, es muy bueno en términos de las alternativas que enfrenta Europa y recomiendo su lectura completa. Mi opinión para los lectores del NYT puede verse en la página de «artículos en inglés«.
Paul Krugman presenta cuatro estrategias que los europeos podrían utilizar para salir de la crisis a las que denomina: “resistir el vendaval”,“re-estructuración de la deuda”,”Argentina cien por ciento” y “revitalizar el europeísmo”. Coincido plenamente con su comentario sobre las virtudes de la cuarta estrategia, que creo que, a la postre, es la que los europeos van a seguir, aún cuando por el momento esa no parece ser la posición alemana. Coincido parcialmente con su argumento en favor de re-estructurar de la deuda de aquellos países en los que parece muy difícil recuperar la confianza de los inversores con los actuales niveles de deuda, seguramente Grecia e Irlanda y probablemente Portugal. Sería peligroso que también se vieran obligado a hacerlo España y Bélgica.
Pero la insistencia de Paul Krugman en considerar que, a la postre, la salida que encontró Argentina a su crisis de 10 años atrás (a la que Krugman denomina estrategia “Argentina cien por ciento”) es superior a la que lograron los países que como Latvia, Estonia y Lituania (no menciona a Hong Kong, pero debería incluirlo en la misma categoría) preservaron sus sistemas de convertibilidad monetaria con la estrategia de «Resistir el Vendaval”, puede llevar a los Europeos a adoptar decisiones equivocadas. Voy a elaborar sobre este punto.
Krugman sostiene que “resistir el vendaval” y mantener los regímenes de convertibilidad monetaria tiene costos recesivos exagerados y que la recuperación va a ser muy lenta. Señala como ejemplo los casos de Latvia, de Estonia y de Lituania, donde los salarios descendieron 15 % ,en el primer caso, y 10% en los otros dos y sufrieron caídas del PBI a niveles de depresión económica. Lo que no menciona Krugman es que en Argentina, que ya había sufrido una recesión de casi el 15 % hasta finales del 2001, con una caída de los salarios de 13 %, a causa del abandono de la convertibilidad durante el año 2002 el PBI cayó otro 10 % y los salarios se desplomaron, en términos reales, más del 30%. Tampoco menciona que la rápida recuperación a partir de 2003 se produjo gracias a un ritmo inédito de mejoramiento en los términos del intercambio externo y que, a pesar de esta bonanza, la economía se descapitalizó peligrosamente en sectores claves. Y, como si todo esto fuera poco, está sufriendo niveles muy elevados de inflación en comparación con el resto de los países del mundo.
Yo estoy convencido que con una combinación de las estrategias de “resistir el vendaval”, como lo están haciendo ahora, más una “re-estructuración de la deuda” en los países con pocas chances de recuperar la confianza inversora y, finalmente una “revitalización del europeísmo” que los lleve a un mayor grado de integración fiscal y política, Europa no sólo puede ser salvada, sino que volverá a jugar su rol de región ejemplar de paz y progreso que caracterizó su desarrollo desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Sería un suicidio para Europa y una calamidad para el Mundo que los países europeos que hoy sufren crisis trataran de conseguir una salida a la “Argentina cien por ciento”.