Hoy, mientras leía el excelente artículo de Jorge Fernández Díaz en La Nación, titulado "El fin del falso progresismo" tuve una idea: trazar un paralelo entre ese falso progresismo político con el que yo denomino "retro-progresismo económico".
Tiene razón Jorge Fernández Díaz cuando sostiene que la adopción por parte de Néstor Kirchner de las banderas del progresismo político (castigo a los represores de la dictadura militar, condena del neo-liberalismo económico, anti-norteamericanismo en política exterior, etc.) tiene una explicación política: la necesidad de contar con el apoyo de ese movimiento invertebrado que se denomina "progresismo" y que tiene mucha influencia en medios de comunicación y ambientes intelectuales no sólo del País sino del Mundo.
Pero hay una explicación complementaria que yo creo que ayuda a entender porqué esta estrategia política rindió inicialmente frutos en Argentina, a pesar de las consecuencias sociales, claramente retrógradas, que estaba destinada a producir y que produjo desde el vamos. El movimiento "progresista" que bien describe Fernández Díaz tiene un ala económica que es "retro-progresista". Se trata de los economistas que creen que la inflación es una herramienta económica para redistribuir ingresos en forma progresiva, cuando en realidad lo hace de la manera más retrógrada que se puede imaginar. Es sorprendente que este tipo de economista abunde en Argentina, porque casi no existe en ningún otro país del mundo que progresa.
Es sorprendente además que las experiencias: inflacionaria del período 1945-1975, estanflacionaria de 1975 a 1988 e hiper-inflacionaria de 1989-1990, no haya educado a los economistas argentinos que aún piensan que la inflación puede ayudar a resolver problemas de crecimiento económico y de redistribución progresiva de los ingresos y la riqueza. Escribí mi último libro, "Estanflación", para tratar de llegar a los estudiantes de economía, a los que me apena ver que, en muchas universidades, se están mal-educando en esta escuela "retro-progresista" de economía.
He querido traer este tema a mi blog, porque me temo que aún cuando la gente se dé cuenta del falso progresismo del régimen Kirchnerista, sería muy negativo que siga enredada en las confusiones y mentiras que genera el "retro-progresismo" económico que anida dentro del movimiento "progresista".
Si los progresistas que se alejan de los Kirchner porque se dan cuenta que lo que ellos pregonan es un falso progresismo y los peronistas que nunca pertenecieron al movimiento progresista pero estuvieron con los Kirchner por tener algo de poder, siguen abrevando en los economistas "retro-progresistas" para diseñar sus propuestas económicas, corremos el riesgo de salir de la sartén, para caer en el fuego.