Mi conferencia de ayer en la UCA

Se ha publicado mucho en los medios sobre los disturbios que provocaron un grupo pequeño de violentos e inadaptados pero prácticamente nada sobre el contenido de las presentaciones que hicimos Javier Gonzalez Fraga y yo. Javier Gonzalez Fraga hizo una prolija presentación de un programa gradual de lucha contra la inflación basado en una política de metas de inflación. Yo puse el énfasis en que para aplicar una política de metas de inflación, cuando un país está sufriendo una estanflación aguda, lo primero que hay que hacer es recuperar el crédito público y la confianza en la moneda. Esto se logra con una reforma monetaria como la que propongo en mi libro «Camino a la estabilidad». Para quienes estén interesados en leer el resúmen de mi conferencia, acabo de subir el texto a la página de artículos en español.

¿Por qué el fuerte aumento del gasto público no reactiva la economía?

Los estrategas económicos del gobierno siguen insistiendo en el aumento del gasto público como herramienta para sacar a la economía de la recesión. Se sorprenden porque no logran los resultados deseados: en realidad la recesión es cada vez más aguda.

Lo que no advierten es que todo el gasto público está siendo financiado con recaudación de los impuestos legislados más la recaudación del impuesto inflacionario. Los impuestos pagados por las empresas y las familias provocan retracción del gasto privado, tanto de consumo como de inversión, en la misma o incluso en mayor proporción que en la que aumenta el gasto público.

Por la misma razón, una reducción del gasto público que requiriera menor recaudación del impuesto inflacionario, lejos de acentuar la recesión, ayudaría a aliviarla. La única expansión fiscal que podría ayudar a reactivar la economía es la que lograra financiarse con endeudamiento a tasas bajas de interés. Pero ésta posibilidad está vedada por la ausencia total de crédito público.

La política monetaria tampoco ayuda a la reactivación, porque no tiene ninguna influencia sobre las tasas reales de interés que debe soportar el sector privado y sólo sirve para recaudar el impuesto inflacionario. Como toda herramienta impositiva, sus efectos son necesariamente recesivos.

El gobierno se ha quedado sin herramientas para reactivar la economía y luchar contra la inflación.

«VA PENSIERO…» PARA ESCUCHAR Y DISFRUTAR

Mi querido amigo Félix Juan Borgonovo me envió por e-mail el texto que sigue. Me alegró el sábado, cuando sentía cierto desasosiego contestando mensajes de visitantes angustiados por la situación de nuestra economía y de la política. Decibí compartirlo con mis amigos del blog.

«Estan son las cosas que se pueden ver y escuchar más de una vez sin cansarse… Es una maravillosa puesta de un aria coral de un genio.

Fantástica escenografía en una composición espacial perfecta.
Perfección en el complemento posicional del coro y de interpretación.
Es para mí la mejor versión que he visto y oído. Todos los sentidos trabajando a pleno en la emoción.
No dejen de fijarse en la expresión en la cara de los coreutas, ni tampoco en las posiciones que ocupan en el escenario; inclinados, apoyados sobre algo o alguien, acostados sobre el piso.
No es fácil, para nada, cantar semejante obra de Verdi en esas posiciones, pero vean también la expresión de sus rostros, verán que ellos, cuando estaban cantando, vivían realmente la música y la letra.»

Trascribo el comentario de una corista de ópera española:
“En la escena, tal vez más bella de la ópera, los hebreos esclavizados están de rodillas a orillas del Eufrates, en Babilonia, como dice el salmo; su oración fervorosa, su anhelo de libertad, la añoranza de la patria lejana se condensan en la inolvidable escena coral de “Va pensiero sull’ali dórate”, extraordinaria”.
Realmente es sumamente emocionante.
Ojalá lo disfruten.
Por favor prendan el audio, siéntense muy relajadamente frente a la pantalla, y prepárense a disfrutar de una presentación espléndida.»

http://www.youtube.com/embed/DzdDf9hKfJw?rel=0

Para reactivar y bajar la inflación Cristina tendría que hacer exactamente lo contrario a lo que está haciendo

De una estanflación, recesión con inflación, provocada por la existencia de fuertes cuellos de botella que obstaculizan el proceso productivo y una gran emisión monetaria para financiar un déficit fiscal en ascenso, se sale sólo si se recrea confianza para que exista inversión, al menos en los sectores con déficit de capacidad instalada y si, al mismo tiempo, se encuentra la forma de evitar la emisión monetaria descontrolada.

Intentar reactivar la economía a través del aumento del consumo público, es una quimera, porque al no existir crédito público como para financiar el aumento del gasto, el gobierno termina cobrando el impuesto inflacionario que reduce el ingreso real de los consumidores y provoca caídas mucho mayores en el consumo privado. La economía recién logrará reactivarse cuando se consiga aumentar la inversión y desaparezcan las expectativas inflacionarias.

Para que pueda aumentar la inversión productiva y comiencen a bajar las expectativas inflacionarias se necesita recrear, al mismo tiempo, el crédito público y la confianza en la estabilidad de la moneda. Sin crédito público y sin moneda creíble la inversión seguirá ausente y la inflación sólo irá en aumento.

Si el gobierno recuperara el crédito público, es decir si lograra poder acceder a endeudamiento interno o externo a tasas bajas de interés, como las que consiguen cualquiera de nuestros vecinos, podría eliminar los impuestos distorsivos que hoy desalientan la inversión y la producción exportable. El aumento del déficit que surgiría de esa eliminación, en el corto plazo, podría ser financiada con endeudamiento público a tasas razonables. A su vez, se podría reemplazar el financiamiento monetario del déficit que hoy existe por financiamiento con endeudamiento, sin dejar, por cierto, de hacer todos los esfuerzos posibles por reducir ese déficit, reduciendo el gasto público.

La recreación del crédito público permitiría al gobierno y al sector privado, conseguir dólares con bajo costo financiero.Cuando esos dólares entren en el país, el Banco Central, en lugar de comprarlos, debería dejar que se liquiden en el mercado libre (que debería dejar de ser ilegal para ser un mercado libre y  legal). La liquidación de los dólares del endeudamiento a tasas razonables, lo mismo que el que se origine en el retorno de los capitales antes fugados, harán que la cotización en el mercado libre comience a bajar. Cuando ello ocurra, será sencillo eliminar todos los controles de cambio y dejar que el mercado cambiario funcione como un mercado único y libre.

La eliminación de los impuestos distorsivos y la desaparición de los controles de cambios serán el mejor aliento a la inversión y ayudarán a remover rápidamente los cuellos de botella que hoy enfrenta el proceso productivo. Además permitirán un fuerte aumento de la producción exportable. Cuando el gobierno deje de cobrar el impuesto inflacionario, comenzará a recuperarse el ingreso real de las familias y entonces podrá comenzar a recuperarse también el consumo.

Lamentablemente,  el gobierno de Cristina, al plantear el tema de los fondos buitres como una lucha frontal contra el sistema financiero internacional y al amedrentar a las empresas que invirtieron en el país con aplicación de la ley anti-terrorista y una nueva ley de abastecimiento, mucho más intervencionista y amenazante que la que está vigente, lo único que consigue es destruir el ya muy menguado crédito público y desalentar aún más la inversión.  Cada vez me convenzo más que la «economía a contramano» que tan bien describe Alfredo Zaiat y que tan elocuentemente expone Kicilloff en sus discursos, puede terminar siendo la ruina no sólo del gobierno de Cristina sino de gran parte de la capacidad productiva del País.

En 2003 los uruguayos reestructuraron su deuda y de inmediato recuperaron el crédito público

Acabo de leer en La Nación un reportaje de Fabián Tiscornia a Carlos Sténeri, uno de los negociadores de la deuda uruguaya en 2003. Los uruguayos hicieron en 2003 una reestructuración de su deuda con la metodología que nosotros teníamos preparada en 2001 para lanzar en enero de 2002. El intento de pasarnos de vivos en el 2005 es la causa de los problemas muy serios que estamos enfrentando ahora. Echarle la culpa de nuestros males al Juez Griesa, a la justicia de New York y al Gobierno de los Estados Unidos es un disparate. El reportaje al negociador uruguayo es una prueba más. Sería bueno que Fabian Tiscornia haga también un reportaje a quienes restructuraron la deuda de la Provincia de Mendoza. Acabo de encontrar un artículo reciente del diario Los Andes en el que se explica, como muy claramente lo hace Carlos Sténen en el reportaje de La Nación, que la clave del éxito de la reestructuración de los Bonos Aconcagua de Mendoza estuvo en la aplicación de cláusulas de salida consentida, que fueron aceptadas por la justicia de New York.  Es alarmante advertir que con tanta experiencia, tan cercana, se hayan cometido tantos errores por parte de Kirchner y Lavagna. En lugar de incluir en los bonos la cláusula de salida consentida, tal como lo habíamos planeado en 2001, apelaron a la ley cerrojo y a la clausula rufo, que son el orígen de los problemas actuales.