Macri prometió que si él es Presidente, el 11 de diciembre desaparece el cepo cambiario. Unos días antes, Massa había prometido eliminar el cepo en los 100 primeros días de su eventual Presidencia. Se trata, prácticamente, del mismo compromiso. La diferencia de días es irrelevante. Carlos Melconian explicó muy bien que el momento exacto de la eliminación del cepo no se puede definir con 10 meses de anticipación, pero enfatizó que Macri instruyó a su equipo para estudiar la eliminación más rápida posible de las restricciones a la compra y venta de divisas, que no significa otra cosa que levantar el cepo. En mi opinión es muy alentador que los dos candidatos presidenciales coincidan en la importancia de levantar el cepo cambiario y se comprometan a hacerlo, más allá de las precisiones sobre el momento exacto. Por eso el Urrah! del título.
Quienes hayan leído mi libro «Camino a la Estabilidad» saben que yo considero que avanzar rápidamente hacia un mercado único y libre de cambio es imprescindible para lograr tanto a la estabilización de la economía como la normalización de nuestras relaciones comerciales y financieras con el mundo. Las ganancias en términos de menor inflación y más crecimiento que se van a lograr con estos avances son enormes.
Este mismo tema se discutía en 1988 cuando ya se comenzaba a visualizar que al Gobierno de Raúl Alfonsín lo podría suceder un Gobierno Justicialista. Justamente sobre este tema tuvimos un debate con Adolfo Canitrot, por entonces uno de los integrantes del equipo económico del gobierno, que era de muy buen nivel profesional y debatía con altura con los opositores de entonces. Lo subo para completar la serie de conferencias de 1988 en las que tratábamos los mismos temas que hoy vuelven a estar a la orden del día, por el grado de desorganización que ha vuelto a tener nuestra economía: «Cómo y cuando abrir la economía, una discusión con Adolfo Canitot«.
Lamentablemente el equipo económico de Cristina, en lugar de sostener una discusión seria con quienes se proponen como alternativa, manda a sus voceros a despotricar contra quienes hacen propuestas superadoras. De aquel intercambio de ideas con Canitrot, trancribo a continuación las referencias al sistema cambiario:
«No se puede pensar en una economía más abierta desde el punto de vista real, comercial, si no se acepta el principio de un mercado cambiario libre y preponderantemente único.»
«No se justifica que el mercado cambiario esté desdoblado, salvo en situaciones muy anormales de abundancia excesiva de capitales financieros en el exterior-caso en el cual la unificación total del mercado cambiario podría llevar, como ocurrió en los años ’78, ’79 y ’80, a una sobrevaluación del peso-, o cuando el gobierno deba impulsar tasas negativas de interés- caso que espero no sea necesario reeditar en el futuro.»
«Pero fuera de estas dos circunstancias excepcionales, y que no veo en el horizonte cercano, no hay ninguna justificación para establecer restricciones en el movimiento de divisas en el mercado cambiario, sobre todo si se piensa en una economía abierta al flujo de bienes y servicios.»
«El argumento de que el Banco Central puede no tener divisas para controlar las variaciones diarias del tipo de cambio en ese mercado, lejos de ser un argumento para seguir controlando el mercado cambiario, lo es para liberarlo efectivamente.»
«Una verdadera liberación del mercado cambiario no necesita divisas en manos del Banco Central. Es suficiente que no opere en ese mercado, para que operen en él agentes económicos privados, se organicen los mercados de futuro y haya una especulación que lejos de ser desestabilizante, ayudará a estabilizar las cotizaciones.»