No me molesta lo que Fernando Iglesias dice sobre los 90s, me parece genial la descripción que hace del 2002

He comenzado a leer el libro de Fernando Iglesias titulado «Es el Peronismo, Estúpido» y me ha cautivado. Por supuesto no comparto su antiperonismo extremo ni su exculpación total al populismo radical, pero me parece muy honesta y realista su interpretación de la historia.

Un amigo me hizo llegar un artículo que Fernando Iglesias escribió en el diario Los Andes un año atrás sobre el tema de Grecia. Vale la pena leerlo. Me parece impecable.

Cuando lo lean, mis seguidores seguramente me preguntarán porqué no me molesta que él caracterice a la década del 90 como «el delirio mitómano del uno a uno, la desocupación y el déficit fiscal crecientes, y la bomba de tiempo que el Peronismo le dejó a la Alianza. Las encuestas de fines de 2001, que mostraban 80% de apoyo a la Convertibilidad, esgrimían también la exigencia imposible de mantenerla a la vez que se reactivaba la economía.»

No me molesta, porque teniendo en cuenta como se manejaron las provincias, peronistas y radicales, en materia fiscal y de endeudamiento con los bancos y cómo el gobierno y la oposición radical se hicieron los distraídos frente a mis denuncias de mafias enquistadas en el poder, ex post puede un historiador sostener que el uno a uno fue un mito, aún cuando nos permitió salir de 45 años de inflación, nos dio 10 años de estabilidad y siete años de crecimiento del orden del 6 % anual. Además, no a la convertibilidad, sino al uno a uno, yo había comenzado a cambiarlo ordenadamente en 2001 y nos sacaron a De la Rúa y a mí del poder para que no lo consiguiéramos, porque los desestabilizadores estaban comprometidos a pesificar. Dejar flotar no hubiera sido salir de la convertibilidad. Sí lo fue pesificar, es decir destruir toda la base contractual de la economía disponiendo que los dólares se convirtieran, compulsivamente, en pesos.

Pero me parece genial y no sólo veraz sino también sumamente clara la caracterización que hace del año 2002. Recomiendo la lectura del artículo y de su nuevo libro.

Hablando de Tucumán…

Todos estamos angustiados por lo que está ocurriendo en Tucumán. Es realmente lastimoso que la dirigencia que hoy gobierna esté tan alejada de la que esa provincia fue capaz de ofrecerle al País en el pasado y de la que actúa en organizaciones de la sociedad civil, en las universidades y en su medios de prensa independientes, que fue y sigue siendo muy valiosa.

Hace un año presenté en San Miguel de Tucumán mi libro «Camino a la Estabilidad» y debo reconocer que fue, junto con Rosario y Córdoba, el lugar en el que encontré el mayor interés por entender lo que nos pasa y cuales son las posibles soluciones. Ojalá esos jóvenes que conocí en esa oportunidad formen parte del recambio dirigencial que el pueblo tucumano reclama con razón.

Si bien el video es de un año atrás, lo subo al blog para demostrar que cuando el populismo esté definitivamente derrotado, Tucumán podrá aprovechar su valioso capital humano.

Kicilloff y Cristina cada vez hunden más a Scioli

Cuando Cristina le enrostra a Scioli su amistad con Macri y Kiciloff le llama a Macri aplaudidor de Menem, están tratando de humillarlo y mostrar que si es elegido Presidente se verá obligado a continuar con sus mismas políticas, aunque signifiquen el fracaso estrepitoso de su gobierno.

Todo el mundo sabe que tanto Néstor Kirchner como Daniel Scioli aplaudieron a Menem desde posiciones de expectancia mucho mayores que las de Mauricio Macri, al punto que Kirchner hizo muchas campañas acompañando a Menem desde su provincia, comenzando por la de 1991, cuando ganó la gobernación de Santa Cruz gracias al impacto positivo de la convertibilidad. A Scioli, Menem le pidió que aceptara ser candidato a Diputado Nacional en 1997 para presentar una figura que pudiera competir conmigo. Yo acababa de crear Acción por la República y estaba muy enfrentado con Menem por mis denuncias sobre las mafias enquistadas en el poder.  Y en 2001 fue el PJ Menemista el que me propuso que nos aliáramos para presentar candidatos nacionales en la Capital Federal. Así surgió la Candidatura de Scioli para Diputado Nacional y la de Horacio Liendo para Senador en la elección de Octubre de aquel año.

Por los blogs circula una copia de aquel voto y la crónica de la campaña de esos días. Leyendo esa crónica de 2001, la gente puede pensar que en lugar de votar a Macri (intención que me atribuye Kiciloff sin que yo lo haya dicho) voy a votar a Daniel Scioli. Debo decir que lo haría de no ser porque creo que las circunstancias historícas lo han colocado a Scioli en una posición desde la que le resultará imposible revertir la estanflación y la decadencia general a la que nos han llevado las políticas del Kirchnerismo.

Aún así, si Scioli tiene la mala suerte de ser elegido Presidente con todo el condicionamiento que le está planteando el Kirchnerismo, haré votos para que Dios le de fuerza y valentía para sacarse de encima esta mochila perversa e intente gobernar como le dicta su conciencia y su sentido común. Sigo pensando, como en 2001, que Scioli es una persona bienintencionada y que tratará de obrar bien.