Las leyes en vigencia contemplan la movilidad de las jubilaciones

Es común escuchar en los medios que la ley de Solidaridad Provisional de 1995 eliminó la movilidad de las jubilaciones y que ésta se va a lograr sólo luego de que se declare, caso por caso, la inconstitucionalidad de aquella norma.

Esta es una opinión equivocada que perjudica a los jubilados, porque los induce a reclamar una solución, que en caso de conseguirse, demorará muchos años.La solución para los casi dos millones de jubilados a los que les corresponde una jubilación por arriba de la mínima, consiste simplemente en reclamar que el Congreso Nacional obligue al Poder Ejecutivo a cumplir con la ley de Solidaridad Provisional. Esta dispone que cada año, en oportunidad de discutirse la ley de Presupuesto, el Congreso deba disponer un coeficiente de movilidad igual al aumento contemplado en los recursos para el Sistema de Seguridad Social.

En oportunidad de discutirse el Presupuesto para 2006, el Congreso debe disponer no sólo el aumento que corresponde por el coeficiente de movilidad de ese año, sino de todos los años anteriores, desde 2002 en adelante. Esto es así, porque al aprobarse los presupuestos de 2003, 2004 y 2005, no se cumplió con la ley, y no se fijó el coeficiente de movilidad que corresponde a cada uno de esos años.

Hacia a delante a los jubilados les corresponde aumentos que llegan hasta el 101 %. Pero además, a casi dos millones de jubilados les corresponde cobrar la deuda que el sistema ha venido acumulando, por no pagarles lo que les correspondía desde el año 2002.

Los jubilados deberían hacer de inmediato el reclamo administrativo y judicial, en forma individual, para que los millones de reclamos obliguen a los legisladores a no omitir nuevamente la determinación del coeficiente de movilidad en el Presupuesto para 2006 que se está discutiendo en el Congreso.

En la ventana titulada “Jubilados", los lectores de este sitio encontrarán un escrito modelo y también un programa de cálculo de la jubilación que le corresponde a cada jubilado, así como la deuda que el Sistema de Seguridad Social tiene con cada uno de ellos. Este escrito y este programa fue realizado por especialistas técnicos de Acción por la Republica. El Estado debería hacer frente a la deuda con los Jubilados que se incrementa mes a mes, en la medida en que se demora la aplicación de la movilidad legal.

El mismo proceso de acumulación de deudas se produjo durante el gobierno del Doctor Raúl Alfonsín, y fue saldado durante mi gestión al frente del Ministerio de Economía, en 1992.Es fundamental que esta vez la historia no se repita, y el Gobierno del Doctor Néstor Kirchner pague sus deudas y no las traslade a un gobierno futuro.

La discusión del Presupuesto para 2006, brinda la oportunidad para resolver el problema sin más demoras.*La Ley de Solidaridad Previsional es aplicable a todos los planes de la ANSES (apróximadamente 3.200.000 planes)Links Relacionados:-SIMULADOR JUBILATORIO ONLINE-DESCARGAR SIMULADOR-DESCARGAR MODELO DE DEMANDA

Cavallo desistió de competir en la elección de Octubre

A continuación se reproduce una declaración del Dr. Domingo Cavallo, exponiendo los motivos por los cuales desiste de competir en la elección del 23 de octubre:

Diversas circunstancias me impulsaron a regresar a mi país. Siempre tuve en mente el deseo y la voluntad de contribuir, aportando mis ideas y mi trabajo, para el destino de la Argentina.Mi candidatura significó una herramienta para expresar públicamente los valores, principios y propuestas que me impulsan. Los medios me permitieron expresarme con libertad y en un marco de respeto. Lo mismo sucedió con la gente.

Al periodismo independiente y a los ciudadanos quiero agradecerles que me hayan recibido como una alternativa que merece ser escuchada.

He encontrado varios obstáculos: por no figurar en el padrón electoral de la capital federal, la justica ha dispuesto que mi esposa Sonia Abrazian, no puede acompañarme. Mi propio partido obstaculizó la presentación de una lista de candidatos jóvenes a la legislatura de la ciudad. Carecemos de los recursos necesarios para imprimir los votos y organizar el control del díade la elección.

En los últimos días me planteé, cual es el sentido de enfrentar los obstáculos formales de una campaña, cuando en realidad nos motiva un fin mucho más ambicioso. No se trata de pulsear en tribunales para imponer a los graves problemas nacionales los mezquinos internismos, que cercenaron la posibilidad de que mi partido, Acción por la República, presentara su propia lista de legisladores porteños.

Tengo aspiraciones más profundas y muchos me acompañan. Quiero comprometerme con los jóvenes, que son nuestro verdadero potencial, reservando sus fuerzas para el momento de competir entre las distintas visiones estratégicas que definirán el futuro de Argentina.

Sigo adelante, pensando más allá del 23 de octubre. Hoy dejo de ser candidato para convertirme en el discurso que necesitaremos a partir del próximo 24 de octubre.

Premio Nobel de Economía coincidió con la visión de Domingo Cavallo

29 de agosto de 2005. Fue en el contexto de una entrevista realizada por Marcelo Zlotogwiazda para el diario Página 12. El periodista hizo una pregunta capciosa para inducir críticas a Domingo Cavallo, pero le salió el tiro por la culata. Por el contrario, Stiglitz, ganador del Premio Nobel de Economía, defendió la versión del ex ministro sobre la crisis de 2001.A continuación se reproduce un fragmento de la entrevista.

DOMINGO CAVALLO Y LA CLASE DIRIGENTE …

Zlotogwiasda: No sé si sabe, pero Domingo Cavallo declaró que ustedes dos piensan parecido y que ambos coinciden en que el FMI volteó a De la Rúa.

Stiglitz: Si yo entiendo lo que él dice, es cierto que hubo acciones particulares del FMI que perjudicaron su gestión en 2001. Por ejemplo, que Anne Krueger (N. de R.: la vicedirectora del FMI) haya presentado su propuesta de quiebra para los países en el 2001 en medio de las negociaciones argentinas fue interpretado por muchos en el mercado como una señal de que la institución veía venir un default para la Argentina. Yo estoy de acuerdo con que el Fondo fue un factor principal en el desencadenamiento de la crisis. Y también creo que varias de las cosas que intentó Cavallo eran inteligentes, como por ejemplo el intento de la canasta de monedas.

Zlotogwiasda: Pero en el mejor de los casos, fueron intentos tardíos para salvar un esquema que según usted mismo era pernicioso e insostenible.

Stiglitz: Es cierto. Pero reconozco que pensó creativamente los problemas que enfrentaba, y que pensaba en cómo dejar la convertibilidad. Pensemos qué hubiera pasado si el Fondo le daba algo más de margen a la Argentina y el esquema anterior llegaba al momento en que el dólar comenzó a debilitarse, lo que significaba de hecho una devaluación del peso.

Zlotogwiasda: ¿Cree que podría haber sobrevivido aquel esquema económico?

Stiglitz: No lo sé. Pero sí sé que la historia hubiera sido diferente. Tal vez se hubiera necesitado un ajuste mucho más suave. Creo que el sistema estaba terminado, pero podría haber sido ajustado o cambiado de manera menos traumática si el Fondo hubiese actuado correctamente.

Siembran confusión para cosechar impunidad

La discusión mediática sobre los denominados “sobresueldos” es fruto de una operación destinada a que quede sin castigo el enriquecimiento ilícito de quienes habiendo pasado por la función pública no puedan justificar su patrimonio. Pretenden beneficiarse de esta confusión tanto funcionarios de los gobiernos del pasado como del presente.

El argumento defensivo que se pretende validar es simple: cuando ante una denuncia de enriquecimiento ilícito, el acusado que no pueda explicar un aumento substancial de su patrimonio, argumentará que por la ley secreta 18.302 recibió “sobresueldos” de la magnitud suficiente como para justificar aquel aumento. Los funcionarios interesados en enriquecerse a través de la función pública tienen gran interés en que la justicia acepte este argumento. Quedaría impune para siempre cualquier delito de enriquecimiento ilícito.

La confusión se siembra argumentando que yo, como Ministro de Economía, informé al Gabinete Nacional en 1992 que los funcionarios debían declarar los “sobresueldos” a la Dirección General Impositiva. De esta forma se pretende legalizar los “sobresueldos de hasta 100 mil pesos mensuales” (sic) de cuya existencia generalizada ya se ha convencido a la opinión pública.

Para comenzar a despejar la confusión y para que los delincuentes no se salgan con la suya, debo aclarar desde el vamos que los “reintegros de gastos protocolares” se limitaron a cifras de hasta 6.500 pesos mensuales para los ministros, 5.700 para los secretarios y 4.900 para los subsecretarios.Todos los funcionarios que concurrían a las reuniones de Gabinete Nacional, saben que al poco tiempo de asumir como Ministro de Economía propuse instituir el régimen transparente que finalmente fue plasmado en el Decreto 838 de 1994[Ver Decreto].

Sin embargo predominó el criterio de evitar que ese reintegro de gastos tuviera difusión y el Presidente decidió que se pagaran en forma secreta. Recuerdo que tanto los asesores legales de los órganos responsables de administrar los fondos de la ley secreta 18302 como la Secretaria Legal y Técnica de la Presidencia, el Ministerio de Justicia y la Procuración del Tesoro opinaron que ese encuadre legal era posible.Yo sostuve que el mínimo ingrediente de transparencia aceptable era la obligación de incorporar el reintegro de gastos protocolares en la declaración de impuestos de cada funcionario.

Este sistema funcionó desde 1991 hasta la sanción en 1994 del Decreto 838, que cambió el origen presupuestario de los reintegros por gastos protocolares y le quitó el carácter secreto, aunque mantuvo los montos que se habían abonado mensualmente en el período anterior.

Es claro que los funcionarios que recibieron dinero por fuera del sistema legal vigente cometieron delitos y deben ser juzgados, pero no aquellos funcionarios que recibieron una retribución por su trabajo, y un reintegro de gastos vinculado con su función, dentro del marco legal y lo incluyeron correctamente en sus declaraciones juradas de impuestos.

En materia de legalidad, así lo entendió la justicia que me sobreseyó en forma definitiva en una acusación de enriquecimiento ilícito que me hicieron en 1995.Esta acusación fue promovida por quienes se sentían molestos con mi lucha contra las mafias. La Jueza Servini de Cubria, me sobreseyó en el año 2004. Es decir que la declaración de los reintegros de gastos protocolares que yo incluí en mis declaraciones juradas anuales, en conjunto con todos mis otros ingresos, fueron tomadas como justificaciones legítimas de mis variaciones patrimoniales entre 1988 y el año 2003.

La discusión pública de esta cuestión de los reintegros de gastos protocolares, que por entonces los medios también denominaban “sobresueldos”, fue muy intensa en 1993 y 1994 [ Ver nota periodística 1993], pero quedo totalmente saldada con la publicación del decreto 838 de 1994, que introdujo total transparencia en el mecanismo de contabilización y pago de los mal llamados “sobresueldos”.

Para entender porqué se ha reabierto luego de más de una década, resultan muy útiles las declaraciones de Aníbal Fernández.El Ministro del Interior acaba de afirmar que seguramente no habrá sanción legal para los que pagaron “sobresueldos”, porque la ley secreta permitía el uso discrecional de los recursos por parte de quienes debían administrarlos. Pero preanuncia que habrá una “enorme sanción moral” para los que los cobraron. Y tal como se ha montado la discusión mediática, se pretende que los destinatarios de esa “enorme sanción moral” seamos los que cobramos reintegros de gastos no mayores a 6.500 pesos mensuales, mientras se nos mezcla con los que ahora dicen haber cobrado 50 mil pesos mensuales para aumentar significativamente su patrimonio no declarado ante la DGI.

En otros términos, han metido en la misma bolsa a todos los funcionarios honestos que recibieron una retribución por su trabajo y un reconocimiento de gastos razonables vinculados con su gestión, con los que no pueden justificar incrementos patrimoniales millonarios y recurren a los gastos reservados como explicación de lo inexplicable.

No me sorprende que a algunos funcionarios les interese esta vía de indemnidad, pero me parece una actitud repudiable desde todo punto de vista. No debe permitirse que los delitos queden sin castigo y mucho menos que quienes hemos actuado con honestidad recibamos la “enorme sanción moral” a la que alude el Ministro del Interior.

La Justicia, si realmente existe, debe investigar todas las denuncias de enriquecimiento ilícito. En mi caso, el juicio se prolongó por 9 años y se pidieron informes a varios países a partir de pruebas demostradamente falsas. Finalmente debieron sobreseerme y decir burocráticamente que quedó a salvo “mi buen nombre y honor”, después que utilizaron cientos de páginas de diario y miles de minutos de radio y televisión para hacerme aparecer como corrupto. Pero yo acepté la investigación como una carga ineludiblemente asociada a mi servicio público.

Todos los funcionarios tienen que estar dispuestos a admitir que se los investigue, aunque deseo que no hagan con los demás lo que hicieron conmigo en términos de uso injusto de la mentira y la difamación pública.La Justicia también debe investigar la malversación de gastos reservados. Pero si quieren hacerlo seriamente, en lugar de tratar de “redescubrir” con 10 años de atraso el mecanismo de reintegros de gastos protocolares que rigió entre 1991 y 1994 y que fue discutido, criticado y cambiado para dotarlo de total transparencia, se debería analizar el financiamiento de las campañas electorales, no sólo durante la gestión del Dr. Menem, sino también la del Dr. Alfonsín y la del Dr. Duhalde, ninguna de las cuales está libre de sospechas.

Lamentablemente, por la forma como se ha planteado en las últimas semanas, la discusión sobre los gastos reservados no parece estar orientada a que se investiguen seriamente y se castiguen los delitos de malversación de fondos e enriquecimiento ilícito. Me citan a mí como imputado cuando he sido sobreseído en una causa anterior por enriquecimiento ilícito y como Ministro de economía nunca tuve a mi cargo partida alguna de gastos reservados.

Pareciera más bien que se trata de una nueva cortina de humo, como ocurrió ya otras veces Pero me suena que hay un objetivo aún más detestable: transformar en chivos expiatorios y someter a un “enorme castigo moral” a funcionarios honestos en aras de conseguir impunidad para los delincuentes.

Notas:[1] El texto del Decreto 838 de 1994 se
puede ver en este sitio de la Web, haciendo click aqui[2] Marcelo Zlotogwiazda, el periodista de Página 12 que inició esta discusión en febrero de 1993, acaba de recordar algunos hitos de esa discusión. Ver artículo del 8 de mayo de 2005 en Página 12. Resulta notable que el periodista haya omitido una referencia al segundo artículo que publico en aquella época, en la que yo explico que los mal llamados “sobresueldos” son en realidad compensaciones de gastos protocolares. Una trascripción de ese segundo artículo se puede encontrar en este mismo sitio, haciendo click en este link.