Se denomina CEDA al CEDIN que por haberse aplicado a una compra de inmueble o de materiales de construcción, pasará a ser convertible en la misma cantiad de dolares. El CEDIN nació como un blanqueo inequitativo y sospechoso. Y por esa razón recibió muchas críticas. Yo destaqué que, más allá de las críticas válidas para todos los blanqueos de la historia, el que comienza el 1 de julio, es muy inequitativo porque no permite blanquear los activos “negros” más comunes del proceso productivo: los inventarios no declarados. Sólo permite blanquear los dólares “negros”, lo que obligará a los bancos a tomar recaudos para asegurarse que los dólares no provengan de actividades delictivas y puedan, de esa forma, evitar que el blanqueo se transforme en lavado de dólares “sucios”.
Yo también sostuve que al permitirse blanquear sólo dólares y no pesos, si algún contribuyente tiene liquidez “negra” en pesos, tendrá que salir a comprar dólares para acceder a los beneficios del blanqueo. Esto podría hacer subir el precio del dólar en el mercado paralelo. Este fenómeno aún no se ha producido, pero bien podría llegar a existir. El Gobierno puede neutralizar este efecto vendiendo títulos en dólares de la ANSES, como lo ha venido haciendo en las últimas semanas, pero la intervención en el mercado paralelo del dólar mediante la venta de títulos de la ANSES, no es inofensiva. Puede llevar rápidamente a una reducción del valor efectivo de los fondos que se acumulan para pagar jubilaciones en el futuro.
El CEDIN podrá tener un cierto efecto reactivador del mercado inmobiliario y, eventualmente, de la construcción. Pero ese efecto será acotado porque es improbable que los montos que se van a blanquear serán de gran magnitud. Dada una cierta cantidad de CEDINES creados para blanquear dólares negros, el efecto reactivador del mercado inmobiliario será mayor cuanto más rápidamente sus tenedores originales decidan desprenderse de ellos en el mercado secundario. Si se cotizan con un descuento respecto del dólar paralelo, ese descuento hará más atractiva su compra por parte de quienes están dispuestos a invertir en un inmueble o necesiten comprar materiales de construcción.
En fin, como instrumento del blanqueo, el CEDIN no es una creación especialmente valiosa. Pero puede llegar a serlo si, cuando comiencen a cotizar el CEDA, el Gobierno se da cuenta que ésta pueden pasar a ser una moneda alternativa, mucho más estable que el Peso.
Los “CEDIS” (el nombre que se ha dado a los CEDINES aún no aplicados) serán demandados sólo como moneda para transacciones inmobiliarias. Pero los CEDAS podrán ser demandados para todo tipo de transacciones o para proteger los ahorros, con la tranquilidad de que mientras son mantenidos como activo, no sufrirán la desvalorización de los pesos. Es probable que muchos comerciantes pasen a fijar los precios de los productos que venden en CEDAS para hacer más sencilla la comercialización en épocas de alta inflación.
Si el Banco Central autoriza a abrir cuentas bancarias en CEDAS, admitiendo sólo el depósito de CEDAS en circulación, la nueva moneda podrá circular como cualquier otro dinero bancario, facilitando las transacciones comerciales.
Cabe preguntarse porqué alguien atesoraría o haría circular un CEDA en lugar de convertirlo en un dólar. Hay una respuesta en el actual contexto normativo: la compra y venta de dólares en el mercado paralelo viola las normas cambiarias, mientras que la compra y venta de CEDAS será absolutamente legal. Se podrá argumentar que sería preferible legalizar la compraventa de dólares en un mercado libre, pero, lamentablemente, ese tipo de decisión es muy improbable en un Gobierno como el actual.
Es precisamente esta ventaja de los CEDAS frente a los dólares billetes que se encuentran atesorados dentro de nuestras fronteras, la que puede llegar a convencer al Gobierno que autorizar la creación de CEDAS, sin pasar por los CEDIS, será una forma efectiva para movilizar una cantidad mucho mayor de dólares que los que entrarán en el blanqueo. Para que esto ocurra, sólo será necesario autorizar la suscripción de CEDAS mediante el depósito de dólares que no necesitan ser blanqueados. Esta extensión del rol del CEDA requeriría una modificación muy simple de la ley vigente.
Demás está decir que no se conseguirá ningún resultado beneficioso si el Gobierno, en el caso que el precio del CEDA comience a aumentar, decide poner en circulación CEDAS sin respaldo en dólares. En mi post anterior alerté al Gobierno para que no incurra en el mismo error del primer emperador Ming. Advertencia procedente porque en la última década ya se destruyeron dos monedas de valor estable: el dólar bancario, al disponerse la pesificación forzosa como parte del Corralón y el CER al comenzar el INDEC a publicar un índice de costo de la Vida que subestima la inflación.
Si los CEDAS en circulación quedaran sin respaldo en dólares, sea porque el Gobierno usa los dólares originalmente depositados para otros fines o, simplemente, porque se ponen en circulación CEDAS sin que se hayan constituido depósitos en dólares, se cometería el mismo error que llevó a la destrucción del dólar bancario y del CER.