A los dólares negros se los premia, a los blancos se los castiga

Es un absurdo que desalentará aún más el ahorro e impedirá la inversión productiva. Pero es lo que resulta de la interacción de funcionarios incapaces, peleados entre ellos y una Presidente que no escucha otras opiniones que las de consejeros políticos que ya han probado demasiadas veces ser absolutamente insensatos.

Quienes han acumulado dólares «negros» en el país o en el exterior van a poder suscribir CEDINEs, gozar de un blanqueo y terminarán transformándolos en CEDAs mediante su aplicación a una inversión inmobiliaria. Los CEDAS podrán venderse en un mercado libre y se cotizarán muy cerca de la par con el precio del dólar en el mercado paralelo. Hoy, a algo más de 8 pesos por unidad. Yo me imaginanba, y hasta lo sugerí en un post, que quienes tienen dólares blancos, en el país o en el exterior, fruto de haber pagado todos sus impuestos y haber decidido protejer sus ahorros comprando dólares cuando no existía el cepo cambiario, podrían también transformarlos en CEDAs, sin pasar por los CEDINEs, dado que no necesitan el blanqueo.

Esa posibilidad le hubiera permitido a los tenedores de dólares blancos (que son muchos más que los dólares negros) reciclarse hacia el consumo o la inversión vendiéndolos al precio del mercado paralelo, sin incurrir en una infracción cambiaria. Pero Marcó del Pont ha dicho nó. Dictó una circular por la que los tenedores de dólares declarados impositivamente, tienen la obligación de venderlos en el mercado oficial. Es decir, a 5.50 pesos en lugar de 8 y algo. Por supuesto, nadie los va a vender a ese precio, por los que los dólares blancos no podrán reciclarse hacia el consumo o la inversión, sin incurrir en una infracción cambiaria.

Otro más de los tantos absurdos que se derivan de las decisiones económicas de una Presidenta que, además de no contar con un equipo económico, razona como si el mundo imaginario de su relato fuera la realidad.

Se puede seguir mi campaña electoral a través de facebook

A causa de la demanda de tiempo y dedicación de la campaña electoral, en las próximas semanas no podré escribir posts y contestar mensajes con la frecuencia con que lo hice hasta ahora. Pido disculpas a los seguidores del blog. Si me extrañan, pueden entretenerse con las noticias y notas de mi campaña electoral. Lo pueden hacer a través de la página https://www.facebook.com/CavalloDiputadoNacional2013

¿Recién ahora se dan cuenta que los controles de precios producen un efecto bumerang?

Yo lo vengo explicando desde 2003. Lo pueden ver en mi post del 3 de marzo de aquel año, cuando aún estaba Duhalde en el Gobierno. Allí sostuve que «el campo tenía razón» en protestar por las retenciones y los controles de precios, a pesar del beneficio transitorio que le producía la devaluación. Lo reiteré al comienzo del Gobierno de Kirchner, cuando anunciaron controles de precios para la leche. Al artículo lo titulé «leche para hoy y hambre para mañana«. Luego vino la liquidación del stock ganadero  como consecuencia del control de precios de la carne y, por consiguiente, el violento aumento posterior. Mi post del 10 de febrero de 2010 se titula «la carne aumentó 40% en 30 días«. Hoy todo el mundo habla del aumento del precio del pan, por escasez de trigo, y de que los tomates se han ido a las nubes…

Lo asombroso es que los dirigentes políticos hayan demorado tanto tiempo en advertir que los controles de precios y los gravámenes a las exportaciones terminan en desasbatecimiento y producen un efecto bumerang sobre los precios. Yo creo que, del lado del kirchnerismo, tiene que ver no con la ignorancia sino con el engaño y la falta de escrúpulos: se priorizan los efectos de corto plazo, especulando que las consecuencias negativas serán soportadas por otras administraciones. Pero por el lado de la oposición, no puede ser sino la ignorancia o la falta de coraje para denunciar algo que es conocido desde la época de los fenicios.

Por esa razón, quiero llegar al Congreso Nacional. Desde allí explicaré cuál es la causa de la inflación que nos agobia y abriré los ojos y las mentes de quienes quieran devolverle estabilidad a nuestra economía. No se necesita descubrir nuevas teorías. Basta con apelar a nuestra propia experiencia, tanto con la inflación como con la estabilidad, y tener el coraje de desmentir a quienes han estado utilizando el engaño como forma de ganar espacios políticos a costa del bienestar futuro de los argentinos.

¿Por qué se demoró tanto el reclamo por el mínimo no imponible de ganancias?

La oposición es tan responsable como el Kirchnerismo por la falta de ajuste del mínimo no imponible y otras alevosas injusticias que crean el impuesto a la ganancias y la inflación.

El impuesto a las ganancias, sin ajuste automático por inflación, se transforma en uno de los impuestos más injustos e ineficientes. En los países donde no hay inflación, el impuesto a las ganancias es el que más se utiliza para hacer equitativo y progresivo al sistema tributario. Pero la inflación destruye sus virtudes, tal como lo hace con muchos otros mecanismos de cualquier economía.

Desde el año 2002, cuando al abandonar la convertibilidad se reintrodujo la inflación, el impuesto a las ganancias se transformó en un gravamen muy injusto, tanto para los empresarios como para los trabajadores. Que la inflación iba a producir estos efectos era conocido por los expertos tributarios y por mucha gente que había vivido los estragos de esa enfermedad  durante muchos años. Por eso, hace varias décadas, la ley del impuesto a las ganancias había incluído el ajuste por inflación, tanto del mínimo no imponible (que excluye a los ingresos bajos del alcance del impuesto), como de las escalas del impuesto personal a las ganancias (que determinan a partir de qué ingresos deben aumentar las tasas impositivas) y de la base imponible (para que no quedaran gravadas ganancias ficticias fruto del aumento inflacionario del valor de los inventarios0.

Como era lógico, a partir de la vigencia de la convertibilidad, estos mecanismos de ajuste fueron suspendidos, porque la economía dejó de sufrir la inflación y se eliminaron expresamente los mecanismos de indexación. Pero a partir de que la convertibilidad se abandonó y la inflación volvió a ser una plaga en la economía argentina, los mecanismos de ajuste por inflación no se reinstalaron. Estoy convencido que por parte del oficialismo, ésta fue una decisión deliberada, tanto durante el Gobierno de Duhalde como el de los Kirchner. Tuvieron una voracidad fiscal nunca vista antes, que ha significado un aumento de más del 15 % del Producto Bruto Interno en la presión tributaria. Adoptaron, con respecto al impuesto a las ganancias, el mismo temperamento que aplicaron a las jubilaciones de más de 1.000 pesos, a las que mantuvieron congeladas y sin ajustes por inflación hasta el año 2007.

Pero lo más sorprendente es que la mayor parte de los legisladores de partidos y fracciones que hoy aparecen en la oposición, no hayan planteado este tema en las innumerables oportunidades en las que el Poder Ejecutivo envió proyectos de ley prorrogando el impuesto a las ganancias o incluyendo cláusulas cada vez más distorsivas. Estuve investigando si alguna iniciativa de este tipo apareció avalada por alguno de los legisladores cordobeses que hoy se ubican en la oposición y no la he encontrado. Existieron sí, iniciativas recientes de los diputados gremialistas desde que el mínimo no imponible comenzó a alcanzar a remuneraciones muy bajas en términos de poder adquisitivo. El Poder Ejecutivo se encargó de neutralizar estas iniciativas parciales con ajustes limitados y mezquinos, dispuestos demagógicamente por decretos de necesidad y urgencia. Pero una propuesta integral de ajuste por inflación, como la que existió en las épocas anteriores de alta inflación, nunca fue propuesta y menos aún votada por quienes hoy critican las fuertes injusticias que provocan el impuesto a las ganancias combinado con la inflación.

Si llego al Congreso Nacional, tengan la seguridad que esta omisión no se va a repetir. Ningún legislador opositor al Kirchnerismo, e incluso muchos de los que hoy se dicen kirchneristas, podrán pasar el papelón de votar en contra de una iniciativa tan sensata y avalada por la experiencia de décadas de flagelo inflacionario anteriores a 1991. Por eso, le pido a los cordobeses que cuando escuchen los slogans pre-electorales, se pregunten si los que los repiten tienen la capacidad y experiencia para generar las iniciativas legislativas y defenderlas con argumentos convincentes en el Congreso Nacional. Si la respuesta es negativa, no los voten, por más anti-kirchnerismo que hagan en los discursos. El gatopardismo será muy peligroso en los dos próximos años. No vaya a ser que la gente crea estar apoyando a nuevos líderes que van a eliminar muchas injusticias e ineficiencias y todo siga igual.

 

¿Por qué la Nación sigue reteniendo el 15 % de la coparticipación desde la liquidación de las AFJP?

El pacto entre Boudou y Schiaretti que perjudicó a Córdoba

Para responder esta pregunta tenemos que volver al año 2008. El entonces Ministro de Economía Amado Boudou, tuvo la siguiente idea: hacer que los aportes personales de los trabajadores para su jubilación pasaran, de sus cuentas personales, a las arcas del ANSES.

Este verdadero saqueo a los fondos de los futuros jubilados fue publicitado como “la estatización de las AFJP” y era entendido como «revertir la privatización de los fondos de los jubilados». Todos títulos engañosos. Si en realidad hubieran querido estatizar las AFJP, habrían eliminado a las privadas manteniendo las cuentas individuales en la AFJP del Banco Nación, y no robarle la titularidad de los fondos a los trabajadores aportantes. Los únicos que propusieron esta alternativa fueron Felipe Solá por la cámara de Diputados y Adolfo Rodriguez Saá por la de Senadores.

Esta alternativa fue rechazada. La verdadera intención de Boudou y el Gobierno Nacional era financiar el tesoro y beneficiar a los amigos del poder, nunca disponer esos fondos para los jubilados. Quienes rechazaron la propuesta fueron los legisladores Kirchneristas con el apoyo de legisladores por Córdoba que respondían al ex Gobernador Schiaretti.

Cuando el proyecto ya había sido votado y era claro que los aportes personales de los trabajadores serían absorbidos por la ANSES, los legisladores cordobeses que le respondían a Schiaretti, por indicación de él, acompañaron al Gobierno de Cristina. Solá y Rodriguez Saá, cada uno desde su función, habían propuesto que se dejara de retener ese 15% ya que estaba desapareciendo la causa que lo había justificado. Pero los legisladores cordobeses de Schiaretti no acompañaron esta propuesta. Haberse alineado con el Gobierno significó que, el 15% de la coparticipación que nos corresponde, siga injustamente retenido en manos de este gobierno.

¿Cómo se explica que los legisladores cordobeses no hayan utilizado esa oportunidad para recuperar aquel 15% que ya no tenía su justo destino original? Si buscamos en los archivos de la época nos encontramos que Schiaretti estaba negociando con Boudou el aporte del ANSES a la Caja de Jubilaciones de Córdoba. El entonces Ministro de Economía le canjeó el voto en contra de la restitución del 15% a cambio de algo: le enviaría los fondos prometidos por Duhalde a De la Sota en 2002.

Schiaretti conocía perfectamente los fundamentos del acuerdo Federal que estableció el traslado de lo que correspondía por coparticipación al financiamiento de la reforma previsional. En esa época el ex gobernador había sido Secretario de Industria mientras que Solá era mi Secretario de Agricultura y Saá, Gobernador de San Luis. Sin embargo, en vez de adoptar una posición inteligente y recuperar esos fondos, prefirieron negociar con Boudou una repartija que el vicepresidente ni si quiera cumplió.

Espero que, si Schiaretti llega a la Cámara de diputados, no crea  en las promesas de Boudou y defienda de manera inteligente los intereses de la Provincia. No les quepa la menor duda que yo lo haré y, de paso, no dejaré que los demás legisladores cordobeses sean fácilmente engañados.