La decisión de autorizar la compra de dólares para atesoramiento en el mercado oficial a las personas físicas que la AFIP autorice, acentuará la pérdida de reservas del Banco Central y, en el mejor de los casos, pondrá un techo a la cotización del Dólar Bolsa.
Para producir este resultado habilitarán un muy lucrativo negocio de arbitraje a los elegidos por la AFIP: podrán comprar los dólares al precio del mercado oficial (digamos a 8 pesos), pagaran un 20 % de anticipo de ganancias (1,6 pesos) y luego podrán vender esos dólares a través de la Bolsa. Antes de ayer, el Dólar Bolsa estaba en 10.6. Ayer estuvo en 11.3, pero probablemente como consecuencia de la gran suba del Dólar oficial antes de que interviniera el Banco Central,por lo que es probable que esa suba se revierta. Si el precio del Dólar Bolsa se mantuviera al nivel de antes de ayer, la operación de arbitraje le daría a quienes sean autorizados a hacerla, una ganancia de 2.6 pesos por Dólar.
En la medida que el monto de estas operaciones sea importante, el precio del Dólar Bolsa podrá bajar y el incentivo para seguir arbitrando tenderá a desaparecer. Claro que para que ello ocurra, el Banco Central tendrá que utilizar una gran cantidad de reservas. Peor aún, puede que los operadores predigan que esta forma de inducir a la baja el precio de los bonos en dólares tendrá efectos limitados en el tiempo. En ese caso, aumentará la demanda de esos bonos a la espera de un fuerte rebote. Si ello ocurre, la brecha entre el precio del Dólar en el mercado oficial y el Dólar Bolsa tendrá un piso todavía alto, incluso en el corto plazo. El Banco Central habrá perdido millones de dólares de reservas para acentuar la incertidumbre sobre la cotización del Dólar en todos los mercados. Otro ejemplo claro de que este gobierno sigue tirando tiros que salen por la culata.
Todavía espero que en algún momento adviertan que la única forma de estabilizar el precio del Dólar Bolsa y del mercado paralelo es mediante la legalización y liberación total de un mercado financiero y turístico en el que todos puedan operar y el Banco Central no intervenga. Que no se muevan en esta dirección y que sigan adoptando decisiones contradictorias en el mercado oficial, es suicida.