El comentario que hice ayer, cuando sostuve que lo que está ocurriendo ahora en el mercado cambiario no se parece en nada a lo que aconteció al final de la tablita de Martinez de Hoz, llamó la atención de quienes visualizan en el horizonte una crisis financiera. Yo sostuve que «hoy no hay crisis financiera porque en los diez últimos años no hubo acceso al crédito externo y las tasas de interés fueron fuertemente negativas en términos reales. .. Es cierto que hace varias semanas que el Banco Central comenzó a intentar una política monetarista de estabilización subiendo mucho la tasa de LEBACs, pero los efectos sobre la estabilidad financiera tardarán muchos meses en verse, por lo que tampoco hay grandes posibilidades de que esta crisis derive en los estados de insolvencia de deudores y bancos que caracterizó a aquella época.»
Quiero aclarar que no visualizo una crisis financiera que se refleje en la solvencia de las entidades del sistema financiero formal, porque si bien las altas tasas de interés van a crear dificultades para el servicio normal de las deudas que hayan sido pactadas a largo plazo con tasa flotante de interés (BADLAR mas algunos puntos básicos adicionales) y las entidades financieras pueden devengar pérdidas por la cartera de préstamos que tengan colocadas a tasas fijas, cuando tengan que financiarlas pagando tasas mucho mas altas por los depósitos a plazo fijo, la mayor parte de las entidades están bien capitalizada por las utilidades que devengaron en los últimos años y podrán absorber esas pérdidas.
Esto no significa que no pueda haber signos de crisis en el sector financiero informal en el que los operadores, si bien pueden tener mucho capital, difícilmente acepten perderlo para cumplir con depositantes de dinero no declarado al fisco. De hecho signos de ese tipo de crisis ya se observan en Córdoba con lo que está ocurriendo con CBI, la entidad cuyos problemas se desnudaron con la muerte misteriosa de su vicepresidente. Incluso puede llegar a haber algunos signos de dificultades en las entidades formales que indirectamente estén vinculadas a las financieras no formales. Por supuesto, si la combinación de recesión y altas tasas de interés, adquiere, al cabo de dos años, características muy agudas, no debe descartarse una crisis como la el período posterior a la tablita de Martinez de Hoz.
Lo que yo sostengo es que aún cuando existen, estos riesgos pueden ser aventados si se permite que funcione un mercado libre y legal para el Dólar, como lo vengo proponiendo desde este blog. Como expliqué en un post anterior, derivar a ese mercado la demanda de divisas para turismo, atesoramiento y transferencias financieras, además de resguardar las reservas del Banco Central, permitiría evitar que el aumento de la tasa de LEBACs tenga que ser demasiado alto. La razón de esta ventaja es que si el mercado libre es legal, será el vehículo no sólo de gastos de turismo en el extrerior y salida de capitales sino, al mismo tiempo, permitirá la entrada de más dólares de turistas extranjeros y entradas de capitales que vendrán atraídos, precisamente, por la alta tasa de interés en pesos. La tasa de LEBACs que se necesitará para inducir que los exportadores adelanten sus ingresos de exportación o los importadores atrasen sus pagos, o para que se estabilice el mercado libre pero ilegal, será mucho mas alta que la que se necesitaría para estabilizar un mercado libre y legal que no pusiera tanta presión sobre las reservas del Banco Central.
Por supuesto que si el Gobierno , en lugar de actuar con inteligencia y utilizar instrumentos de cirugía, aplica un monetarismo con cuchillo de carnicero, como lo ha comenzado a hacer en las últimas semanas, los riesgos de desestabilización financiera van a aumentar. Afortunadamente, aun se está a tiempo de evitar ese error.