Recomiendo a mis lectores, leer esta nota después de haber leído la primera.
Para luchar eficazmente contra la inflación, el Gobierno debe establecer una «Regla Monetaria». Esto significa ratificar que el Banco Central de la República tiene un compromiso prioritario e ineludible con la estabilidad del nivel general de precios de la economía, tal como lo establece su carta orgánica.
Hay tres reglas monetarias factibles de ser utilizadas: 1) fijar el tipo de cambio en relación a una o más monedas extranjeras; 2) fijar un ritmo de crecimiento preestablecido para la cantidad de dinero en circulación, medida a través de algún concepto claro de «dinero»; o, 3) Manejar la tasa de interés a la que presta o toma prestado el Banco Central, o algún otro indicador intermedio del grado de «dureza» de la política monetaria. Las tres requieren que el Peso, nuestra moneda, sea «convertible», en el sentido de que deben removerse las restricciones a la entrada y salida de capitales y al libre compra y venta de monedas extranjeras.
Si el Peso no es convertible, cualquiera de las tres reglas monetarias, aplicadas en un contexto en el que inicialmente la expectativa de inflación será mucho más elevada que la inflación que se fije como meta, puede llevar a que aparezca un mercado paralelo de monedas extranjeras, que provocará más confusión y exacerbará las expectativas.
En una situación como la que hoy está viviendo la Argentina, la típica recomendación «monetarista» de controlar la cantidad de dinero a un ritmo predeterminado, como lo señala la segunda de las reglas monetarias posibles, no resultaría efectiva, porque ante expectativas descontroladas de inflación como las que se derivan de la existencia de inflación reprimida, ausencia de reglas y las mentiras del INDEC, la velocidad de circulación del dinero puede resultar muy volátil, incluso aumentar hasta límites insospechados, y frustrar el efecto inflacionario del control de la cantidad de dinero en circulación.
Por consiguiente, habrá que elegir ente la primera y la tercera regla monetaria. Cualquiera de las dos, tipo de cambio fijo o, «metas de inflación» – así se denomina, en la literatura técnica, a la regla 3-. La regla 3, en un sentido estricto, requiere que esté muy bien organizado el mercado de compra y venta de letras del Tesoro, y la participación del Banco Central, algo que aún no existe, porque desde 2002 el Banco Central emite su propia deuda pero no interviene en el mercado de títulos emitidos por el Tesoro.
En la práctica habrá que integrar estos dos mercados e ir reemplazando la deuda del Banco Central por deuda del Tesoro. Mientras esto ocurre, y no se disponga de una tasa de interés de corto plazo, susceptible de ser utilizada como indicador intermedio de la política monetaria, será necesario utilizar al tipo de cambio nominal, es decir, al precio del dólar y las demás monedas extranjeras, como indicador de la política monetaria. En la práctica, un manejo semejante significará combinar las reglas 1 y 3, para converger, cuando funcione bien el mercado de letras del Tesoro, en una aplicación estricta y exclusiva de la regla denominada «metas de inflación».
Hasta aquí, la lucha contra la inflación parece una operación, más o menos compleja, de política monetaria. Pero, lamentablemente, no es tan sencillo. Para tener éxito, es decir, para que se logre el objetivo de reinstalar un clima duradero de estabilidad de precios, que permita a todos los argentinos prosperar, sin las incertumbres y angustias del presente, el Gobierno de los Kirchner, o cualquier otro que lo suceda, tendrán que enmarcar esta política monetaria del Banco Central, en una reforma mucho más completa de las reglas de juego de nuestra economía. A esto me voy a referir en las próximas notas.
Dr. Domingo Cavallo:
Tengo una duda. ¿Si se acaba con la inflación podría volver a convertibilidad (1 a 1)?
Además quiero decirle que el Gobierno de los Kirchner está basado en la mentira y en la inoperancia. Es muy dificil que den un giro de 180 grados como usted proponía en sus articulos anteriores, pero hay que tener un poco de esperanza, aunque hoy es muy dificil con un gobierno como este.
Muchas gracias.
Ayer le contesté a Diego la misma pregunta. La encontrarás entre los comentarios a la nota de ayer, comentario 5. La respuesta es no. No se puede volver al 1 a 1.
Vuelvo a repetirle, sus artículos son cada vez mas interesantes Dr., siga así.
Es casi obvio que la apreciación sin la necesaria suba de productividad en la industria (que no parece ir a producirse debido al alto precios de las importaciones de bienes intermedios) produciría una contracción en el empleo. Hoy hablando con un amigo, traté de justificar las altas tasas de desempleo de los noventa argumentando que de alguna forma fueron necesarias en un inicio para permitir el éxito del plan de estabilización que pretendía sentaba las bases para un crecimiento sustentable. Como J.S Mill veía que la revolución industrial era necesaria, pese al sufrimiento de la clase obrera, y consideraba que eventualmente mejorarían las condiciones, yo trato de pensar que la convertibilidad eventualmente llegaría a absorber mas empleo. Pero esto último no sucedió, usted se fue en el ’96 y el desempleo siguió subiendo, la convertibilidad ya estaba plenamente funcionando hace años, entonces?? No había plan de largo plazo en esos momentos? Cómo no se logró retocarla para permitir disminuir el desempleo? Todas estas preguntas no me las puedo responder, aún leyendo sus esclarecedores artículos. Entonces llego lamentablemente a la conclusión de que estamos condenados a soportar la restricción que la curva de phillips impone a las economías, i.e: menos inflación conlleva menos empleo. Usted cree que es así?, si su respuesta es negativa, debería intentar responder cuales fueron las políticas que faltaron combinar en su plan de estabilización para evitar lo que finalmente resultó, i.e: el logro de la estabilización se vio eclipsado por la emergencia de altas tasas de desempleo.
Muchas gracias.
Ya escribiré sobre el tema de la desocupación y la pobreza. Mientras tanto, podrá leer una síntesis de mis reflexiones al respecto en el Artículo titulado: «Argentina 2002: cuando el intento de cambiar los precios relativos destruyó los derechos de propiedad». Figuran bajo el subtítulo:»La discusión sobre cómo luchar contra la desocupación y la pobreza». Si usted me envía su dirección postal, le haré llegar un ejemplar de mi libro «Pasión por Crear» que incluye, como apéndice, un trabajo titulado «Un hombre, un empleo», que preparó un equipo especializado, para mi campaña presidencial, en 1999. Ahí usted podrá leer cuáles eran mis propuestas. Muchas gracias por su interés.
Al artículo que le menciono lo podrá encontrar en la página «artículos en español», de este sitio.
Dr Cavallo.Mi opinión con respecto a la inflación que nuestro querido gobierno nos ha proporcionado gira en torno a una política monetaria desbocada en los años anteriores para comprar dolares vía BCRA y no con superávit fiscal, lo que produjo, a pesar de que una parte fue neutralizada al menos en el corto plazo vía colocación de LEBACs u otros instrumentos similares, una cantidad suficiente de circulante como para disparar el indice de inflación. Si a esto le sumamos el boom en los valores de los comodities y del petroleo que ha disparado los valores de los indices en todo el mundo y el festival de subsidios montado por el gobierno para que no suban los precios, tendremos un panorama claro de la gravedad de la situación en la que estamos sumergidos.Me gustaría saber si usted coincide con mi análisis y si no cree que para erradicar este flagelo lo mas importante es controlar la emisión vía BCRA.Un abrazo y muy bueno el articulo
Coincido con su explicación sobre el origen de la inflación que padecemos. En cuanto a la forma de combatirla, no es tan sencilla. A esta cuestión estoy dedicando estas notas. Faltan tres que usted podrá leer en los próximos días.
Estimado Domingo:
La lucha contra la inflaciön, viendola por el lado del abastecimiento:
El Estado debe incentivar con reducciones de impuestos a las empresas que abastecen en calidad y en cantidad y si además incorporan tecnologias para aumentar la producción y la calidad y que tengan bien aceitados los mecanismo de distribucion.
Para ello es necesario un crear un sistema en esta sigla SIAN (Servicio de Informacion de Abastesticimiento Nacional)que de partes de la provision de mercaderias en distintas provincias, sobre precio,calidad y sobre todo cantidad.
Las empresas que acumulan informes favorables se le suma puntaje para obtener incentivos en prestamos o en reducciones impositivas.Ese informe lo pueden confeccionar comerciantes conjuntamente con tecnicos del INDEC .
Pero si le digo una cosa en 45 años de inflacion fue permanente. El consumidor fue aprendiendo a la hora de comprar.Y sabe como y cuando comprar y se fija además que el comercio cuente con mucha diversidad de artículos.
El público consumidor es de recorrer negocios y busca precios rezagados.
En los grandes comercios la actualización de precios es mas acelerada, que en pequeños comercios.
Esta conducta del consumidor es una lucha contra la inflación pero de todas maneras vamos perdiendo.La inflación va ganando terreno a pesar de las intervenciones con subsidios del gobierno.Pero el consumidor es batallador e ingenioso.
Yo creo, Osvaldo, que su sugerencia ayudaría, pero sólo en un contexto en el que se aplica un programa antitinflacionario completo, con todos los ingredientes que señalo en estas notas.
Dr. Cavallo, sé que no es su especialidad pero me gustaría compartir mi inquietud con Ud y demás foristas: Con mucha tristeza acabo de enterarme que resurge el conflicto del campo, ya no por las retenciones pero sí por acuerdos incumplidos en que el gobierno no ha dado respuestas a la problemática de la lechería, carnes y trigo. Yo AMO al campo porque mi padre se crió allí, supo lo que era trabajar duro en familia (eran 12 hijos, no había peones) y supo lo que era perder cosechas, que las vacas se mueran, que falte dinero y que muchas veces el gobierno «meta mano» con impuestos para recaudar fácil de quienes no pueden como los industriales levantar todo e irse a otro país. No obstante, esta vez pido POR FAVOR a los señores ruralistas que NO CORTEN RUTAS. Hagan asambleas, volanteadas en los peajes y en los paradores, expliquen y comuniquen que es lo que está pasando y qué sucedió que el gobierno tras reunirse amablemente los dejó fuera de agenda. Usen todas las herramientas tecnologicas y mediáticas que sean necesarias, recorran despachos oficiales, pidan audiencias una y otra vez; pero no recurran a los cortes porque lamentablemente estoy leyendo y escuchando mucho que la gente está cansada dicen «ya les sacaron las retenciones móviles ¿qué mas quieren que vuelven a jorobar?». Usted seguramente tiene llegada a ellos, pídales en nombre de gente común como yo que soy madre y ama de casa, que
busquen todas las alternativas pero que no vayan a los cortes ni provoquen caos de transito o desabastecimiento. La gente está cansada de conflictos, hay además otros problemas que el gobierno no soluciona como la inflación y la inseguridad. Por informes extranjeros me he enterado que estamos nuevamente al borde del default. Simplemente pido PRUDENCIA. Si obran con prudencia y comunican bien SIN ENTORPECER la vida cotidiana, no tengan dudas que los vamos a seguir apoyando. Que los señores ruralistas no desperdicien ese «capital humano» que les dio afecto y acompañamiento en el largo paro agrario, es hora de PRUDENCIA.
Saludos cordiales y muchas gracias
Marcela Lentini
Coincido plenamente con Usted Marcela. Además de poner su mensaje en mi sitio, lo haré circular entre muchos amigos que están relacionados con el campo. Muchas gracias. Cordiales saludos.
Marcela:
No se si la gente apoyará o no los cortes de ruta. Lo único que le puedo decir que en general, todos los que han cortado rutas y puentes en el país han logrado resultados, mas allá de si la gente los apoyó o no. Creo que la gente va a apoyar lo que haga el gobierno y eso será lo que definirá el tema. En practicamente casi todos los cortes de rutas, puentes, avenidas, tomas de fábricas, centrales telefónicas. El gobierno toleró (apoyó) estas acciones, y el pueblo argentino ratificó en el poder al gobierno. Por tanto, no se haga problema, porque si cortan y el gobierno, no tolera los cortes, el pueblo va a apoyar al gobierno y podrá comer su asadito dominguero.
El Bco Central debería definir cuanto ántes un política monetaria seria.
Me parece muy buena la idea, de comenzar fijando un tipo de cambio convertible, no 1 a 1, sino en relación a una canasta de monedas, Ud ya sostenía esto desde hace un tiempo, y hoy es necesario que se aplique, aunque sea complejo, en el menor tiempo posible.
Alejandra
Coincidimos Alejandra.
2) limitar la expansión de la base monetaria simultáneamente más 3) subir significativamente la tasa de interés a la que presta el central sería preferible a
1) fijar el tipo de cambio en relación a una o más monedas extranjeras. El mercado debería determinar cuánto vale el peso, no la intervención del banco central o el banco nación. Al adoptar un tipo de cambio fijo el valor del peso queda determinado por los fundamentals de otras monedas – mientras alcancen las reservas.
Con seguridad 2) + 3) provocarían una recesión, por eso muy pocos políticos se animarían a implementar estas medidas a menos que la crisis sea importante ý consecuentemente haya consenso en la opinión pública.
Alejo, la clave del éxito de cualquier plan de estabilización es que sus efectos iniciales no hagan imposible conseguir el apoyo indispensable para que el gobierno que se anima a implementarlo no salte por los aires. Por eso, yo creo que una política puramente monetarista no es recomendable. De paso, yo creo que si el gobierno no adopta una posición realista frente al problema de la inflación, tendrá que caer inexorablemente en una política monetarista, no para limpiar a la economía de inflación, sino simplemente para evitar la hiperinflación. Por supuesto que provocará una costosa estanflación, que lo dejará absolutamente huérfano de apoyo popular.
Estimado Domingo, coincido. por eso creo que sería bueno que el término del presidente del bcra fuera mayor al del presidente de la nación, y que el PEN no tenga la posibilidad de removerlo, tan sólo de ratificarlo o no cuando el presidente del bcra termina el mandato – algo parecido al funcionamiento de la fed. de esta forma un presidente del bcra que no tiene que presentarse a elecciones tiene más libertad para tomar medidas monetaristas impopulares pero necesarias. Me imagino que ni Pratt Gay ni Redrado hubieran adoptado la política monetaria ultra-expansiva del 2003-2007 si hubieran tenido más independencia.
coincido con su segunda apreciación (bajo grado de realismo con respecto a la inflación puede desembocar en hiperinflación). ante un escenario hiperinflacionario un gobierno de otro partido – o de una corriente rival del pj – lograría apoyo popular para aplicar cirugía mayor sin anestesia 🙂 – creo que eso fue lo que sucedió cuando asumió Menem.
Condiciones inevitables:
a) un nuevo INDEC, fuera de todo otro organismo estatal, como el IBGE de Brasil,
b) abrir la economía, y eliminar controles de cambios y de mov. de capitales
c) liberar y desregular mercados internos.
d) independencia del BCRA (del poder político, y también de los bancos de inversión interesados en dar servicios de «custodia» o «co administrar» las reservas internacionales y otros servicios que no hacen ninguna falta) .
e) ley de reponsabilidad fiscal, NACIONAL, PROVINCIAL Y MUNICIPAL más dura y efectiva que la de Brasil , eliminando los mecanismos cruzados a sectores ineficientes como el del transporte ferroviario,
f) desindexar los contratos, (rescatar la deuda ajustable por CER y al cupón PBI , y prohibir la emisión de deuda indexada),
g) desregular lo más conflictivo: el mercado laboral, el negocio de las obras sociales y de los laboratorios vinculado cada vez más al al agujero negro del PAMI y a personajes criminales que están transformando a la Argentina en una aguantadero de narcos colombianos, mexicanos, bolivianos, peruanos y europeos,
h) transformar al sistema de AFJP en un sistema privado privado, sacando de ese negocio lentamente al Nación y al BAPRO, y modificar las normas de inversiones. Los topes para inversiones en deuda pública hay que bajarlos, y hay que autorizar inversiones en el exterior como es el caso chileno.
i) pensar en reglas adicionales ex-post al lanzamiento un régimen para desincentivar su reversión (como hizo Duhalde eliminando la convertibilidad por decreto en un domingo, y luego en el Congreso decretando previamente feriado bancario y cambiario).
Sin certidumbre jurídica no se puede estabilizar, tampoco crecer. Además eso se refleja con las subas de las tasas activas ante conflictos como el del campo. El efecto estanflacionario que ud. demostró en su tesis doctoral vuelve recurrentemente. De un gobierno de engreídos, ciegos, y sordos como el actual no creo que se pueda esperar que entren en razones y rectifiquen su rumbo.
Completamente de acuerdo.