Durante el primer año de la convertibilidad, cuando se produjo un crecimiento del PBI superior al 10%, las estadísticas registraron una caída de la tasa de desocupación. A su vez, la fuerte reducción de la tasa de inflación permitió una significativa disminución de la pobreza. Esta tendencia comenzó a revertirse en 1993 para la desocupación y en 1995 para los índices de pobreza. A partir de entonces se observó una sostenida tendencia al aumento tanto de la desocupación como de la pobreza.
La discusión sobre la estrategia que debía seguirse para revertir estos fenómenos continuó a lo largo de la década. Quienes estábamos convencidos de la necesidad de preservar la apertura, la desregulación, las privatizaciones y la protección de los derechos de propiedad como herramientas para asegurar el crecimiento sostenido de la economía insistimos en que se necesitaban reformas laborales, tributarias y de la administración de las políticas sociales para que el crecimiento de la economía fuera acompañado por la disminución de las tasas de desocupación y de pobreza.
En materia laboral insistimos en la introducción de flexibilidad contractual. En materia tributaria propusimos y comenzamos a implementar la eliminación de los impuestos al trabajo y otros impuestos distorsivos y reclamamos una administración menos clientelista y más eficiente de la política social, la educación, la salud y la asistencia alimentaria por parte de los gobiernos provinciales.
Otros dirigentes empezaron a hablar de “cambio de modelo” porque sostenían que las reformas económicas de la década, a las que caracterizaban como “neoliberales”, eran las responsables del aumento de la desocupación y la pobreza. Por consiguiente, sólo se podrían revertir las tendencias negativas observadas en la segunda mitad de la década anulando aquellas reformas.
Como para ellos el símbolo de las reformas “neoliberales” era la Ley de Convertibilidad, comenzaron a sugerir su derogación. Los dirigentes más importantes que abrazaron esta posición son Eduardo Duhalde en el Partido Justicialista y Raúl Alfonsín en la Unión Cívica Radical. Ninguno de los dos consiguió éxito electoral con ese discurso en el ámbito nacional, pero ambos creyeron que la evolución de los acontecimientos económicos y sociales durante el año 2001 les estaba dando la razón.
Por eso, cuando Eduardo Duhalde asumió la Presidencia de la Nación apoyado por Raúl Alfonsín, creyó que las circunstancias lo habían convocado para eliminar la Ley de Convertibilidad y “cambiar el modelo”. Ambos esperaban contribuir de esa forma a disminuir la desocupación y la pobreza.
En el interesante blog de Alfonso Prat Gay hay un gráfico que permite seguir este tipo de discusión con datos a la vista:
De todo lo vivido hasta ahora tenemos actualmente:
-1) Falta de Capital= Financiero + Capital Real, Productivo, que asuma el riesgo de transformar la materia prima y bienes intermedios en bienes de consumo.
– 2) Bajar el Gasto Público
y -3) Exceso de Monetización.
De -1) solo llegará el Capital Financiero dado que los rendimientos, o sea las tasa de interés irán en crecimiento reafirmándose la Patria Financiera, el Capital Real sigue instalándose en los países del sudeste asiático que ofrecen mano de obra a 0,60 USD la hora.
De -2) No se puede esperar que se haga algo dado que el 70% del Gasto Público son sueldos y el 15% Patria Contratista que no se van a tocar.
De – 3) No se podrá quitar moneda por que la recesión se irá convirtiendo en galopante y acabamos de ver como los gobernadores de provincia consiguieron dinero para financiarse del gobierno nacional, para poder pagar lo últimos aumentos que le dieron a sus respectivas clientelas políticas.
COROLARIO: es un pregunta a su conocimiento: ¿ Tenemos que esperar por los próximos 10 años: Inflación + Tasas de Interés Altas + Dolar Planchado por la Patria Financiera que atraerá capitales Financieros + Importación de bienes de consumo ? ¿ Y todo acabará en un plan Bonex, Cesación de pagos y desocupación ?
Gracias por su permanente aporte, hasta muy pronto
Raúl R. Mainardi
Yo creo que el próximo gobierno va a tener una oportunidad para reconquistar la estabilidad y promover el desarrollo económico y el progreso social. Para contribuir a que ello ocurra acabo de terminar de escribir un nuevo libro que estará pronto en las librerías. A él te remito. Un abrazo.
RAUL R. MAINARDI
Domingo Cavallo tiene razón, pero no le hacen caso. La clase política argentina es de la peor estofa.
Son un conjunto de vanidosos que sólo aspiran a lograr un cargo. Como dijera en su último artículo el gran periodista del diario «La Prensa» MANFRED SCHÖNFELD: #EN ARGENTINA LOS DESAPARECIDOS NO SE HEREDAN, PERO SI SE HEREDAN Y MEJORAN LOS CHANCHULLOS#.
A fuerza de cometer imprudencias, esta nefasta clase política nos va a llevar a una situación tan pronunciada de caos y decadencia que se verán obligados a huir, como lo hizo el seudo ministro Lorenzino, diciendo a una periodista francesa: «Me quiero ir, me quiero ir…»
Entonces podrá llegar el momento de hacer un gabinete de ténicos notables, no de ignorantes-corruptos-mentirosos. Allí seguramente Domingo Cavallo tendrá un lugar de importancia.
Esta misma experiencia la pasaron hace poco Italia y Grecia. En Italia el gabinete de ténicos fue
dirigido por el economista extrapartidario MARIO MONTI. Anteriormente y después de la II Guerra
hicieron lo mismo con ALCIDES DE GASPERI y el gran presidente LUIGI EINAUDI.
Aquí en lugar de traer pingüinos o pingüinas de la Patagonia habrá que buscar «inteligencia» +
«honradez» + «diligencia».
Felicitaciones por tu participación, Mainardi.
Un abrazo
PAULINO.
Doctor: Y los empleados que quedaron sin trabajo producto de los despidos generados a partir de las privaizaciones, no cuenta como desocupación? Mal que nos pese, en esta década muchos tuvieron acceso a su primer empleo a partir de la salida de los 90′-
Saludos
Si cuenta como desocupación. Pero antes eran desocupación disfrazada. Lo que la economía necesita son empleos productivos. Saludos.
En 12 años CER se multiplicó por 3,89. Dolar se multiplicó por 8-
Típica evidencia de las mentiras del INDEC.
Es impresionante!. Un abrazo.
Es difícil comparar una época en la que las estadísticas eran confiables y transparentes con los resultados estadísticos de los últimos siete años, basadas en datos y metodologías mentirosas.
Aún cuando según el gráfico de Alfonso Prat Gay serían semejantes los indicadores de los 90 con los del período 2007/2014, hay que tener en cuenta que en la medición de los 90 no había desocupación encubierta, mientras que en la de los últimos siete años se multiplicó el empleo público y planes sociales, a expensas de los ingresos de la clase media baja (desactualización del MNI y de la tabla de rangos imponibles) y jubilados que hoy en su inmensa mayoría perciben el haber mínimo, debido a que no se actualizaron sus haberes, por distintos períodos de tiempo, a quienes en 2001 percibían mas de 300 dólares y mas de 1000 dólares respectivamente.
Completamente de acuerdo. un abrazo.
Nunca viví del estado en la «Época Ganada del Mingo» , hoy para generar puestos de trabajo, subsidian a grandes empresas con «créditos» o subsidios de mis aportes (Ansees) y los que queremos presentar algún proyecto innovador que genere puestos reales de trabajo , tendríamos que pagar una «cometa» brutal, no ya del 10% sino que quieren ser socios (50%) para darte un crédito que solamente lo termina pagando el gil que pidió el crédito, esa parte de pago no la comparte el funcionario «coimero».
Buena información Oscar. Un abrazo.
Doctor, no puedo estar más que de acuerdo en que la falta de flexibilidad de la legislación laboral incidió en aquellos años para que mucha gente, al perder su «empleo» en las empresas públicas, tuviera muchas dificultades en volver a entrar al mercado laboral. Pero lo que sucedió en aquel entonces no es nada si lo comparamos con la manera en que aumentó el empleo público en estos últimos diez años y la forma en que habrá que sacarse de encima a muchos «parásitos» que no generan productividad.
A eso hay que sumarle los millones de habitantes que cobran subsidios sin contraprestación alguna, generando como si fuera poco generaciones enteras de jóvenes que jamás han visto trabajar a sus padres. Ese sí que va a ser uno de los peores legados de estos malhechores que gobiernan.
De paso le cuento otra: dado que trabajo en un estudio contable chico, más de una vez me puse a pensar esto: «Si los trabajadores de X empresa tienen que ser despedidos, les pueden llegar a encajar un juicio y, aún cuando el empleador tenga la razón, lo ganan igual». Después se quejan de que nadie toma empleados, pero nadie se puso a pensar que todas las cargas sociales y las indemnizaciones por despido hacen que quien quiera dar trabajo a alguien lo piense más de una vez. Claro, los defensores de esta legislación laboral advierten sobre los peligros de la flexibilización…pero porque se les acabaría el negocio.
Y se lo digo yo, que soy un simple contador de 29 años, quien, además, sabe muy bien como se vivía en los 90s.
P.D.: Si tiene tiempo, préstele atención a las reformas estructurales que están tratando de implementar en México. Algo importante puede pasar en el futuro. No se olvide que en 2012, flexibilizaron la Ley Federal del Trabajo que estuvo inalterada desde hacía 40 años.
Estoy al tanto Andrés de lo que están haciendo en México. Es muy alentador. Te mando un abrazo. Coincido con tus apreciaciones.
En materia tributaria debería establecerse con claridad qué impuestos se cobrarán a nivel federal y cuales, a nivel provincial.
Hace unos días, encontré un folleto de su candidatura presidencial de 1999 y me encontré con dos ideas muy interesantes que se podrían debatir y luego poner en práctica: Una de ellas era cambiar la base gravable del IVA, para basarlo en el criterio de lo percibido que el control de las transacciones sea a través de los bancos y no por medio de las facturas. La otra idea era que a partir de los 1000 pesos/dólares se genere un registro bancario.
Volviendo a lo que planteaba al inicio, pienso que los impuestos directos que actualmente cobra la Nación (Ganancias, Bienes Personales, Ganancia Mínima Presunta) hay que derogarlos o transferirlos a las provincias. No se olvide que es una facultad exclusiva de las provincias el cobro de impuestos directos, salvo que «el bienestar de la Nación lo justifique».
El cobro de los impuestos indirectos sí pueden estar a cargo de la Nación y de las provincias. A mi entender, la Nación debería reservarse el cobro del IVA (con alícuota del 10%), derechos aduaneros, Internos fase mayorista y Transferencia de Combustibles fase mayorista (esta idea de desdoblar Internos y Transferencia de Combustibles no es mía, sino de Jorge Ávila).
Las provincias deberían cobrar: Ganancias de personas físicas y jurídicas, Ventas Finales (a criterio de cada provincia) o un porcentaje adicional del IVA, Internos fase minorista y Transferencia de Combustibles fase minorista.
Para terminar, se podría poner en marcha el llamado Organismo Fiscal Federal, pendiente de creación desde 1996, el cual bien podría coordinar la distribución de fondos dentro de un esquema de Coparticipación Federal de Impuestos Horizontal entre provincias y no como ahora, que la Nación reparte a discreción.
Tus propuestas son buenas, pero en materia tributaria es difícil conseguir que se aprueben cambios integrales, porque siempre se tiene miedo de hacer más difícil y menos eficás la administración tributaria. Yo creo que va a ser necesario avanzar en un proceso de integración de los impuestos, transformando a los más distorsivos en pagos a cuenta de los impuestos que existen en todos los países del mundo: IVA, Ganancias e inmobiliarios. La idea de la separación del poder tributario de las provincias puede instrumentarse con el IVA: hay una idea que lanzó en su momento Juan Llach de dividir al IVA en dos partes. Un IVA del 10 $% a nivel nacional y un impuesto a las ventas a consumidor final del 10% a nivel provincial. Este último absorbería todos los ingresos brutos y sellados que cobran hoy las provincias. El impuesto a las vendas a consumidor final del 10 % es equivalente a un IVA del 10 %, pero al aplicarse sólo en la etapa final, es muy fácil de implementar y controlar a nivel local. Con respecto a una nueva ley de coparticipación federal creo que va a ser ineludible, además lo exige la constitución. Claro que si se agranda el poder tributario propio de las provincias, va a ser más fácil llegar a un acuerdo. Un abrazo.
Muy bueno el post y el gráfico de Alfonso Prat Gay.
Las mentiras del INDEC contribuyeron (y quizás contribuyan) a vender una realidad inexistente.
Recomiendo también en el mismo blog http://www.alfonsopratgay.com el post sobre cupones PBI, muy ilustrativo sobre el regalo que compensó la quita: http://www.alfonsopratgay.com/2014/04/maldito-cupon-del-pbi/
Gracias por llamar la atención sobre este otro post de Prat Gay. Es muy bueno. Un abrazo.
Excelente como siempre. Te envié un email para «chusmearte» «sobre la década ganada»
Un abrazo
Oscar
Lo acabo de leer. Muy interesante. Un abrazo
Dr, analizando el tema pienso, que el Argentino medio pretende un estado paternalista que soluciones sus problemas y a la vez no pagar impuestos, el empresario medio Argentino piensa igual, un estado paternalista que proteja la industria a costa de los usuarios, los sindicatos hacen las suya haciendo millonarios a los jefes y su secuaces, sin importar el largo plazo, en sintesis creer poder aplicar politicas que solo se pueden aplicar en sociedades desarrolladas (mentalmente) es utopico (no por esto debe dejar de intentarse) por eso las politicas de los 90 funcionaron al principio por que saliendo del infierno de la hiper Menem tenia un cheque en blanco para hacer lo que quisiera, cuando todo empezo a funcionar normalmente las pcias empezaron el festival de deuda publica para gastar siempre por arriba de lo recaudado (para mantener el estado paternalista que gana elecciones) y como no se podia imprimir dinero nuevo dinero para pagar (lo que hacemos ahora) todo empezo a oler a podrido y finalmente terminamos pateando el tablero y enviando a un lugar sin retorno a la economia Argentina (sin bancos que funcionen de verdad el capitalismo es impracticable)… saludos Federico.
Buena descripción Federico. un abrazo.
La Pobreza, es la Lepra del siglo XXI.
¿Por qué la pobreza y la lepra se parecen? Porque ambas condiciones marginan a las personas. Muchos prefieren ignorarlas y otros las ven como una estrategia para alcanzar puestos de poder político. Pero en ambos casos carecen de las posibilidades para acceder a la vida digna que Dios diseñó para sus hijos. Como ocurre con las enfermedades crónicas, la pobreza es una condición progresiva y hereditaria que deja sin esperanzas a quienes la padecen.
Los hijos de Dios debemos rescatar nuestra misión más importante: “ganar personas y enseñarles a vivir según los principios del Reino”. Éste es el único camino para brindarles amor, esperanza y fe, mostrándoles a los que están sometidos bajo el yugo de la escasez y la pobreza que sus vidas pueden cambiar. Caminar con Jesús implica transitar por el camino de la verdad y la vida, pues sólo conociéndole a Él podemos tener acceso a todas las riquezas del Reino. Una vez más la pluma afilada del autor nos muestra un mensaje de paz y esperanza con autoridad en el conocimiento de la Palabra, presentando una clara exhortación para amar a nuestro prójimo.
Todo este apartado fué a modo de fundamente, Ahora la pregunta: Pueden los cristianos dar un golpe de rumbo, para empezar a disminuir la pobreza?
Yo creo que lo pueden dar todos los hombres de buena voluntad. Pero lamentablemente hay muchos políticos que no la tienen. Un abrazo y gracias por tu comentario Gustavo.
La pregunta seria, ¿ es momento de invertir ? comprar auto x ejemplo¿??? un terreno? .
Si podés prescindir de la liquidez, sin duda. Un abrazo.
Dr, soy un lector de sus mensajes y es la primera vez que le escribo. Quiero expresar mi opinión respecto a su modelo comparado con el actual.
Seguramente todos los modelos económicos favorecen a algunos y a otros perjudican, si hubiera un modelo único y eficaz de igual modo en Argentina sería difícil de aplicar.
En el año 1997 comencé mis estudios como ing. en sistemas, mi padre tenía un buen trabajo pero yo necesitaba contribuir con él en su economía para poder desarrollar mi carrera. Tenia estudios de profesor de piano y teclado entonces en el barrio donde vivía daba clases particulares, cobraba $ 5 por clase y tenía 5 alumnos que mensualmente me daban entre $120 y $140 al mes. Con este simple trabajo de pocas horas semanales costeaba mi transporte (un fiat 147 de la familia que me prestaban, al que pagaba mi combustible, cambio de aceite y ayudaba en parte con el seguro), todos mis libros, algo de ropa y salidas de esparcimiento los fines de semana, es decir que tenía un poder adquisitivo que me permitía contribuir al hogar. Hoy esto sería directamente imposible, utópico. Algunos dicen que ese poder adquisitivo era «ficticio» yo considero que no ha sido así, seguramente en aquel tiempo el modelo necesitaba retoques y cambios propios del dinámico mundo macroeconómico y no haber tirado todo abajo y comenzar de nuevo. ¿Quien puede tener éxito estampando billetes a su antojo?¿que país en la historia fue exitoso con una inflación como la Argentina? ¿quien puede creer que en este mundo globalizado la mejor apuesta sea repartir billetes sin valor para que la gente compre y que con el consumo interno mantenga un país entero y sólo sumando al ingreso de divisas del campo? Espero haya sido claro en mi explicación. Saludos cordiales.
Que buen testimonio Pablo! Muchas gracias por aportarlo a este blog. Un abrazo.
Que llevara a que nadie recurra a la experiencia, para eliminar la inflación.- También resulta desconcertante que ningún opositor tome las banderas que permitieron eliminar ese flagelo, y lo mismo le cabe al gobierno actual, que a diario aplica medidas desconcertantes para la economía del país, ya la vista de los hechos (y consecuentemente con sus resultados) continúe tercamente por el mismo camino.-
Gracias Jorge. Continuaré. Un abrazo.