Hoy la mayoría de los argentinos está alarmado por el clima de destrucción institucional que el gobierno de Cristina Kirchner está agravando día tras día. El dictado de normas inconstitucionales y la subversión del orden republicano está provocando una sensación de inseguridad física y jurídica sin precedentes en gobiernos elegidos por el pueblo. La oposición no parece encontrar la forma de frenar este avasallamiento y sólo los medios de comunicación y, ojalá la Justicia, parecen estar empeñados en detener y obligar a revertir este proceso.
Cabe preguntarse porqué la oposición es tan inefectiva en frenar el desquicio institucional. Mi opinión es la siguiente: la mayor parte de los políticos de la oposición apoyó o al menos festejó el Golpe Institucional del 19 y 20 de diciembre de 2001. Ninguno denunció la destrucción de instituciones económicas (la base contractual de la economía) que significó la pesificación compulsiva de todo tipo de contrato y el congelamiento de los precios y tarifas de los servicios públicos que virtualmente confiscaron el capital de todas las empresas privadas que durante una década habían invertido en la modernización de la infraestructura del país. Se produjo una redistribución harto regresiva de la riqueza que sustrajo el grueso de los ahorros de la población para reducir a su cuarta parte la deuda de grandes empresas y provocó una drástica caída del poder adquisitivo de salarios y jubilaciones. La dirigencia argentina, tanto la que está en el gobierno como la mayor parte de la que está en la oposición aplaudió la remoción de la Corte Suprema de Justicia porque ella había decidido declarar inconstitucional la pesificación compulsiva. Se utilizaron otros argumentos, pero la verdad es que ésta fue la motivación más inmediata.
A partir de allí se sucedieron muchas decisiones del Poder Ejecutivo y también del Poder Legislativo que son claramente violatorias de las garantías constitucionales. Por ejemplo, la estatización de los fondos de pensiones, que quitó a los futuros jubilados la propiedad de los aportes obligatorios que iban acumulando para su jubilación y que expropió hasta los ahorros voluntarios que algunos trabajadores habían hecho dentro de sus cuentas previsionales. Se permitió al Poder Ejecutivo que no cumpliera con las sentencias de la Justicia en favor de los Jubilados y se admite que pese a la inflación no se ajusten el mínimo no imponible ni las escalas del Impuesto a las Ganancias, algo tan injusto como no haber ajustado por el aumento del costo de la vida las jubilaciones de más de 1000 pesos por mes desde enero de 2002 a diciembre de 2007 cuando la inflación se reinstaló en el país. Se ha permitido la virtual confiscación de YPF y la violación sistemática por parte de las autoridades del Banco Central de su obligación de no financiar al Estado y velar por la estabilidad monetaria.
Sólo dirigentes que sean capaces de reconocer que desde 2002 en adelante se ha venido degradando nuestra organización institucional, tanto política como económica, tendrán autoridad moral para ofrecer al Pueblo una alternativa superadora. Da lástima ver la pobreza argumental de muchos dirigentes de la oposición, que para oponerse a las últimas arbitrariedades del Gobierno (las leyes de reforma de la Justicia y el blanqueo de capitales), comienzan destacando que hasta hace poco apoyaron las más disparatadas iniciativas del Gobierno porque coincidían con su proyecto económico social y estaban obnubilados por su supuesta prédica «progresista».
Dr. Cavallo. En diciembre de 2001 renunció el Dr. De la Rua, en medio de una crisis fenomenal. En el curso de pocos días hubo 4 presidentes, uno de los cuales anunció unilateralmente que no se pagaría la deuda externa. Otro anunció q que la devaluación sería del 40% pero el FMI lo obligo a liberar el mercado de cambios y el dólar se disparó desde $ 1.- hasta $ 4.- El FMI poco antes había suspendido toda entrega de fondos a la Argentina. Todo esto no era inesperado, había sido pronosticado reiteradamente por economistas argentinos e internacionales. Por ello me parece que decir que «la crisis institucional empezó en 2002» omitiendo el proceso que llevo a que ese año fuera uno de los mas criticos de toda la historia argentina, es una superficialidad y una simplificación falsa.
Sí, es cierto, la destrucción institucional comenzó con el golpe que le hicieron a De La Rúa. La suspensión de desenbolsos por parte del FMI ni los opiniones de muchos economistas anunciando que iríamos a un default y a una devaluación, pueden ser considerados acciones deliberadas para destruir las instituciones. Son cosas que ocurren en todos los países cuando hay situaciones de crisis. Lo que no ocurre en ningún país institucionalmente fuerte es que se haga renunciar a un Presidente para reemplazarlo por quien había perdido la elección y que se decida destruir la base contractual de la economía mediante la pesificación. La devaluación, si no hubiera mediado la pesificación, no habría inaugurado un período de destrucción institucional. Brasil devaluó tanto como nosotros entre 1999 y 2002 y no destruyó las reglas de juego de su economía. Por eso el Real comenzó a apreciarse luego de haber llegado a valer sólo 25 centavos de dólar y hoy vale 50 centavos.. Este es el sentido de mi afirmación sobre cuando comenzó la destrucción institucional. Crisis ha habido siempre y en todos los países. Lo que la mayor parte de los países evitan es que para resolver las crisis se destruyan las instiituciones fundamentales que permiten a una sociedad funcionar organizadamente.
Mingo, quisiera ver una columna suya que sea un tanto ironica. vivimos en una especie de convertibilidad con maquinita, un mamarracho. pero quisiera que usted mostrara su lado mas gracioso, utilizando sus conocimientos y la realidad. por que sus notas aunque reales me hacen sentir mal, quiero que nos llegue con una buena carcajada!
Me gustaría poder usar más la ironía y el humor, como lo hace Jorge Asis, pero lamentablemente no lo se hacer. Un abrazo.
Dr. Cavallo. Que pueblo y que clase política ignorante. Leyendo y escuchándolo me deprimo al considerar cuanto mejor hubiéramos estado a esta altura, si la suerte de las condiciones externas las podría haber aprovechado una persona capacitada como Ud.. Sé que no es muy afecto a la historia contrafáctica, pero vuelvo a pensar en esto y me lamento por mi familia y mi país. Abrazo.
Yo muy a menudo vuelvo sobre lo que podría haber sido, pero lamentablemente no fue. Un abrazo.
DR que piensa de la moneda virtual que propone un economista creo q es laura.
Lo importante de una moneda es que inspire confianza. Yo creo que el el futuro todas las monedas van a ser virtuales, es decir, serán cuentas y no billetes. Un abrazo.
Dr. Cavallo. En relación a sus respuesta anteriores a mis comentarios sobre el fin de la ALIANZA y la caída de De la Rua. ¿que diría Ud. sobre la pregunta que se hace Eduardo Levy Yeyati, hoy en LA NACION?: «¿Qué mejor ejemplo del sesgo destituyente del dólar bajo que el colapso de la Alianza?».
No estoy de acuerdo con Eduardo Levy Yeyati. En todo caso el colapso de la alianza se debió al endeudamiento irresponsable de varios gobiernos provinciales con los bancos a tasa flotante BADLAR mas 7 %anual, con garantía de coparticipación federal de impuestos. Esto dio lugar a la crisis financiera ,de la misma forma que las hipotecas subprime generaron la crisis financiera de 2008 en los Estados Unidos y el endeudamiento relacionado con la burbuja inmobiliaria creo la crisis financiera en varios países de Europa. El endeudamiento oneroso de la provincias asoció a estas en el reclamo de pesificación de los grandes endeudados en dólares del sector privado y se aplaudieron la decisión del FMI de quitar el apoyo a Argentina para forzar a que declarara el default y devaluara.
El tipo de cambio no tuvo nada que ver. Por el contrario, todas las encuestas anteriores al 19 de diciembre de 2001 indicaban que la gente no quería que se abandonara la convertibilidad y casi ningún político había reclamado eso (es mentira que Duhalde tenía planeada la devaluación desde 1989). La devaluación, que creó un desastre en la Argentina, fue el resultado de la combinación de la pesificación con el default y satisfizo el deseo de los que esperaban licuar sus pasivos, que dieron apoyo material a los que instrumentaron el Golpe.
Había que preguntarle a Eduardo Levy Yeyati como es que el dólar bajo no desestabiliza a los gobiernos de Brazil, Chile, Perú y Colombia, que hoy, con dólar flotante y políticas de metas de inflación tiene un precio del dólar relativo a cualquier otro precio o salario mucho más bajo que el de Argentina en 2001.
El análisis de Eduardo Levy Yeyati sobre el precio del dólar en el artículo publicado en La Nación es muy pobre. No se da cuenta que el problema no es el nivel de precio del dólar sino la existencia o no de restricciones cambiarias. Hoy, a pesar de que hay abundancia de liquidez en dólares en el mundo, aquí tenemos una brecha entre el mercado paralelo y el mercado oficial del 70%. Esto no tiene nada que ver con el precio del dólar. Si Argentina a partir de 2003 hubiera aplicado la misma política monetaria de metas de inflación que Brazil, hoy el precio del dólar sería de 2 pesos, no existiría el mercado paralelo y la economía funcionaría mucho mejor. Sin ningún riesgo destituyente para el gobierno de Cristina, como no se lo ve para el gobierno de Dilma.
El Dr. Yeyati no responde su propia pregunta, pero es obvio que en la misma esta contenida la respuesta y lo que piensa. La «convertibilidad» no se puede analizar solo con la teoría economica de un sistema cambiario. Fue mas que eso: una ley, que estableció una «caja de conversión», con un tipo de cambio fijo 1 a 1 con el dólar y un sistema economico bimonetario, sin control alguno sobre la divisa que sirvía de referencia. Es absurdo compara este sistema (que fue util para parar la hiper) con el de «flotación» con metas de inflación que usan Brasil y muchos otros países. La pregunta de Yeyati se puede contestar por lo tanto diciendo que si Argentina hubiera tenido un sistema monetario como el último citado, la fabulosa crisis de 2001/2002 no se hubiera producido. Esto ya lo decía Keynes en los años 30 cuando despotricaba contra el patron oro.
La ley de convertibilidad no creo una caja de conversión ni un sistema como el patrón Oro. Tampoco fijó el tipo de cambio 1 a 1 sino que dispuso que el Banco Central estaba obligado a vender a 1 peso todos los dólares que se le demandaran pero no estaba obligado a comprarlos a 1 peso. De hecho, si en 1997, cuando había una gran entrada de dólares como consecuencia de la crisis asiática (los dólares que salían de Asia estaban muy interesados en venir a la Argentina, porque había pasado la prueba del Tequila, el Peso podría haber comenzado a flotar y se hubiera apreciado, exactamente como lo hizo el Real desde fines de 2003. Hoy tendríamos un sistema bimonetario como el de Perú. Allí también hoy el dólar está relativamente más bajo que lo que estaba en Argentina en el 2001. Además Levy Yeyati en ningún momento hace referencia al sistema monetario sino al tipo de cambio, como si fuera igual tener un tipo de cambio apreciado porque el dólar era muy fuerte, o tener un tipo de cambio apreciado porque el Gobierno restringe la compra de dólares, promueve la aparición de un mercado paralelo y alimenta la inflación. Vuelvo a reiterarle que lea mi artículo «Régimen Monetario y política cambiaria: lecciones de la experiencia Argentina». Está en la página de artículos en español. También está explicado, en forma menos técnica, en mi libro Estanflación. Además sería bueno que vuelva a leer mi post del 18 de setiembre de 2010 titulado «El riesgo de revaluar por inflación».
Se acuerda del Pizza & Champagne de la década del 90??
Ahora es sidra de 500 cm3 y mortadela…
Saludos. Fernando….Empresarios Pyme que le gusta hacer las cosas bien, o sea, la inversa de Mendicurren….
Muy buena ironía Fernando. Un abrazo.
Simplemente decir que hoy por hoy ARGENTINA es más parecida a COLOMBIA que a FRANCIA y esto puede corroborarse viendo la gran cantidad de inmigrantes de ese país que vienen aquí mientras que los españoles,italianos, etc migran hacia ALEMANIA.La calidad educativa argentina hoy en día es paupérrima y encima con nuestro dinero estudian gratis los extranjeros, díganme en que país desarrollado ocurre tamaña injusticia.
Interesante reflexión.Saludos.