Éste es el título de un muy buen trabajo de Ivan Carrino presentó en el V Congreso Internacional “La Escuela Austriaca en el Siglo XXI”, que tuvo lugar entre el 17 al 19 de noviembre en Rosario. Mi buen amigo Luis Induni me llamó la atención sobre su existencia. Se trata de un trabajo muy valioso. No contiene errores conceptuales y sobre los datos de la realidad, encontré un sólo error. Señala que la deuda pública que era de 60.048 millones de dólares en 1991, se elevó hasta los 144.200 millones de dólares, un 105%, diez años más tarde. En realidad, la deuda pública afines de 1989, bien medida, ya era de 92.0412 millones de dólares. Esto fue demostrado por Merlonián y Santangelo, que en 1996 hicieron un relevamiento de los bonos que se emitieron luego de 1989 en reconocimiento y consolidación de deuda pública devengada con anterioridad. Por ejemplo, la que se derivaba de las sentencias a favor de los jubilados por beneficios mal calculados. Pero éste es un error menor, que por otro lado se origina en las mismas estadísticas oficiales que, todavía en 1991, no registraban la deuda con el criterio de lo devengado sino sólo la que había logrado instrumentarse en forma de bonos.
También resulta interesante leer el artículo de Adrián Ravier sobre la discusión del trabajo de Carrino. Luego de presentar un comentario muy sensato de Alejandro Sala, Adrian Ravier transcribe los siguientes cuatro comentarios que él hizo en aquella conferencia:
«1. Celebro que los austriacos discutamos en el contexto de un Congreso el éxito o fracaso de la convertibilidad. Es un tema que divide a sus miembros y en el cual falta claridad.» «2. Coincido con Iván en que no fue la convertibilidad la principal causa por la cual la década de 1990 terminó tan mal. Coincido también con Iván en que la causa hay que buscarla más bien en el continuo desequilibrio fiscal, agregando los desafortunados shocks externos.» «3. Sin embargo, la imagen de Cavallo junto a Mises y Hayek es desafortunada y polémica (o un chiste de mal gusto como dijo Alberto Benegas Lynch), porque Cavallo no sólo contribuyó en formular la Ley de Convertibilidad, sino que también aportó en dejar las bases de su destrucción y de la mayor crisis que la Argentina haya sufrido en su historia. Muchos recordamos su frase al reemplazar a López Murphy en 2001, afirmando que “el problema no es el déficit fiscal, sino la competitividad”, agregando que había que flexibilizar la ley de convertibilidad con una canasta de monedas, entre otras propuestas. La fuga de capitales que siguió dejó al BCRA sin reservas, y poco despúes se abandonó la convertibilidad.» «4. Si nos concentramos ahora en la Ley de convertibilidad -que es el objetivo de la ponencia-, esta también fue defectuosa, porque no se trató de una caja de conversión ortodoxa y fuerte, sino en una caja de conversión heterodoxa y débil. Concretamente, la base monetaria no fue respaldada con el 100 por cien de reservas netas, sino con el 100 por cien de reservas totales, lo que incluye dólares de terceros. Este punto también lo enfaticé en la presentación de la propuesta de dolarización flexible y banca libre que desarrollamos junto a Nicolás Cachanosky. La imagen que acompaña este post puede ayudar a ver el punto. La línea de puntos que presentan las reservas netas rara vez estuvieron dentro del rango del 90 al 110 por ciento de la base monetaria, lo que habría implicado una caja de conversión ortodoxa.» «Más profundidad en las páginas 5-8 de este artículo.» «Cavallo falló, al menos, en dos puntos centrales: a) comprender la importancia de una convertibilidad ortodoxa frente a la heterodoxa; b) que la misma fracasaría sin equilibrio fiscal.Con una convertibilidad ortodoxa, la economía argentina podría haber enfrentado mejor los shocks externos del efecto tequila de 1994/1995, la crisis asiática de 1997, el default ruso de 1998 o la devaluación de Brasil de 1999. No sólo ello, se pudo evitar también la crisis de 2001-2002, el daño a las instituciones, a las propuestas pro-mercado y en particular a los autores de la Escuela Austriaca.»Luego de leer y releer estos cuatro comentarios, advierto que pese al enorme esfuerzo de Iván Carrino, hay todavía seguidores de la escuela Austriaca, algunos muy prominentes e influyentes, como Alberto Benegas Lynch, que no parecen tener capacidad de análisis histórico, como para distinguir entre las ideas que pueden llevarse a la práctica y aquellas que son imposibles frente a los condicionamientos de la realidad.
Iván entendió algo que Adrián Ravier pasó totalmente por alto: que lo más importante y a la vez, lo más «austriaco» de la ley de convertibilidad no fue la caja de conversión ni el tipo de cambio fijo sino la libre elección de la moneda. O, para ponerlo en los términos utilizados por Hayek, la «desmonopolización del dinero».
La caja de conversión y el tipo de cambio fijo fueron instrumentos apropiados para quebrar la inercia inflacionaria y lograr una baja drástica de la inflación esperada por la gente, pero debieron haberse abandonado en 1997, cuando por el éxito que habíamos logrado al superar la Crisis Tequila, los capitales que dejaron de ir, o simplemente salían de Asia a causa del clima de crisis por el que atravesaba esa región, vinieron en grandes cantidades a la Argentina. En ese momento habría que haber dejado flotar, algo que la ley de convertibilidad había previsto al no poner piso a la eventual flotación del Peso. Si se hubiera ido a la libre flotación, hubiéramos conseguido más convertibilidad: libre elección de la moneda con total flexibilidad cambiaria, tal como ha funcionado muy bien en Perú. Su sistema monetario pone al Sol en competencia con el Dólar, como explico en detalle en mi libro «Camino a la Estabilidad».
No es cierto que una «caja de conversión ortodoxa y fuerte» hubiera permitido enfrentar mejor los shocks externos. Por el contrario, el carácter heterodoxo y débil que Adrián atribuye a nuestra caja de conversión es, precisamente, la que permitió que en 1995 pudiéramos superar la crisis bancaria. De no haber tenido ningún margen para actuar como prestamista de última instancia, hubiera quebrado el grueso del sistema bancario argentino.
Justamente, el talón de Aquiles del sistema de caja de conversión es precisamente que cierra toda posibilidad de que exista un prestamista de última instancia para el caso de las crisis bancarias. Por eso quienes proponen un sistema de caja de conversión ortodoxa y fuerte, siempre lo hacen acompañada de la propuesta austriaca, de veto absoluto al sistema de banca con encaje fraccionario. Obviamente, Argentina continuaba, como todos los países del mundo, con un sistema bancario que permite la expansión múltiple del crédito. Ese sistema bancario no puede funcionar sin un prestamista de última instancia. Yo conozco una sola propuesta práctica de reforma financiera ajustada a las premisas completas de la escuela austriaca: la de Larry Kotlikoff en su libro «James Struart is dead» y a pesar del rigor y la inteligencia con que ha sido formulada, aún no ha logrado vencer las barreras históricas que en la práctica han creado más de cinco siglos de desarrollo del sistema de banca basada en el encaje fraccionario. Es inimaginable que nosotros o cualquier otro equipo económico argentino hubiera podido implementar semejante reforma en un contexto democrático.
El otro aspecto que Adrián Ravier, a diferencia de Iván Carrino, no ha evaluado bien, es la cuestión del aumento del gasto público y del déficit fiscal. Atribuirme ese aumento significa no haber mirado las estadísticas o no haberlas entendido. Mientras fui Ministro de Economía en el Gobierno de Menem, entre febrero de 1991 y agosto de 1996, sólo hubo déficit fiscal en el año 1995 y ese déficit se originó en la caída de recaudación que provocó la recesión que vino de afuera. El grueso del déficit fiscal, que dio lugar al endeudamiento desestabilizador que hizo crisis en 2001 se produjo entre 1997 y 1999, fue el déficit de las provincias que resultó de la competencia entre Menem y Duhalde por la candidatura presidencial del Peronismo. Ese déficit se financió con créditos del sistema bancario, algo que a propuesta mía había estado prohibido mientras yo fui Ministro de Economía. Ese financiamiento fue a tasas flotantes (BADLAR mas 700 puntos básicos). Esas deudas de las provincias fueron los activos bancarios tóxicos que dieron origen a la crisis financiera de 2001.
Cuando yo volví al Ministerio de Economía, ya en el gobierno de De la Rúa, convencí al Congreso que aprobara reducciones del gasto público por el doble del monto que había propuesto Ricardo López Murphy. Sin embargo siguió habiendo déficit, porque los intereses sobre la deuda pública ascendieron en 2001 a 12 mil millones de dólares. De esos 12 mil millones de dólares, 4 mil correspondían a la deuda de las provincias, que diferencia de la deuda de la Nación, pagaba intereses tres veces más altos. La solución obviamente era una re-estructuración de pasivos que redujera la factura de intereses a no más de 5 mil millones de dólares, algo que planeamos y pusimos en marcha el 1 de noviembre de 2001.
Terminada la re-estructuración de pasivos se podría haber dejado flotar el Peso y la devaluación no hubiera superado el 20 o 2l 30 %. Además se hubiera revertido a poco que mejoraran los términos del intercambio y se debilitara el dólar en el mundo, como comenzó a ocurrir a mediados de 2002. Hubiéramos seguido teniendo convertibilidad y la máxima flexibilidad cambiaria, además de equilibrio presupuestario votado en el Congreso y no resultado de una terrible e injusta devaluación. Esta posibilidad se frustró con el golpe institucional de diciembre de 2001. Es asombroso constatar que ningún economista austriaco señala a la pesificación compulsiva, dispuesta por Duhalde, como la verdadera destrucción de la más austriaca característica de la convertibilidad: la libre elección de la moneda.
Me gustaría algún día discutir estos temas con Alberto Benegas Lynch, que, por lo que comenta Adrián Ravier, es quien dentro de los austriacos argentinos considera chiste de mal gusto mi figura al lado de las de Von Mises y Hayek. Claro, según el razonamiento de Adrián, mi incapacidad para advertir errores llevó a que, entre otras cosas, se desprestigiaran los autores de la Escuela Austriaca.
Muchos austriacos no quieren admitir es que el sistema de reserva fraccionaria es producto de la libre elección del mercado. Cualquiera puede abrir un banco y ofrecer a sus clientes 100% de reservas sobre los depositos a la vista, pero probablemente este banco deba financiar sus operaciones cobrando fuertes comisiones. En cambio, el banco de reserva fraccionaria en condiciones normales no cobra nada a sus clientes por las transacciones y de hecho suele pagar un pequeño interés por estos depositos. Probablemente aquello explique porque los bancos de reservas de 100% no son nada populares.
Una cuestion con la que discrepo es que las crisis bancarias deben resolverse por medio de la via judicial y la ejecucion de los contratos, no mediante intervenciones discrecionales. Si el banco tiene que quebrar que asi sea. Muchos bancos en el 2001/2002 particularmente los extranjeros como el ScotiaBank, HSBC, etc. tenian muy poca exposicion a los activos toxicos y podrian haber enfrentado eventuales corridas con soporte de las casas matrices. Los bancos corruptos locales como el Banco Galicia y el Banco Provincia deberian haber desaparecido para bien con las corridas. Las corridas bancarias estan para cerrar los bancos «malos», no los «buenos». En todo caso, el gobierno los podria haber rescatado canjeando los depositos de estos bancos por bonos luego de haberlos cerrado. Pero en su lugar, el corralito trato de iguales a los bancos solventes como a los insolventes
Cuando hay una crisis bancaria sistémica, como la de 2001, que en realidad había sido inducida por el gobierno cuando autorizó a las provincias a ofrecer la coparticipación federal de impuestos como garantía frente a los bancos y el Banco Central consideró de riesgo mínimo los préstamos a las provincia que estaban en el activo de los bancos, no es fácil clasificar ligeramente a algunos bancos como buenos y a otros como malos. El único caso de una crisis en la que se dejó que quebraran y desaparecieron todos los bancos que sufrían corridas fue en la de 1930. Como bien explicó Milton Friedman en su obra clásica sobre la historia monetaria de los Estados Unidos, fue ese error el que llevó a que la crisis se transformara en la peor depresión económica que sufrió no sólo la economía norteamericana sino toda la humanidad. El corralito no afectó a los bancos ni a sus depositantes. Sólo obligaba a que los pagos por cifras importantes e hicieran con dinero bancario y no en efectivo. En todo caso, lo que le sacó las papas del fuego a todos los bancos y a sus deudores, a costa de los depositantes, fue la pesificación compulsiva dispuesta por Duhalde. Paradójicamente quienes más hicieron lobby a favor de la pesificación de los depósitos, para no tener que traer dólares desde el exterior, fueron los bancos extranjeros.
Domingo, Gracias!
Sinceramente Gracias.
Muchas veces como defensor de la convertivilidad, sentía que me faltaban argumentos ( no soy economista) apenas alguien que, aunque el perfil, apenas hace 30 años que ,lee, estudia se interesa y defienende a rajatabla aquel concepto, porque al fin y al cabo, era lo que me enseñaron en casa….lo que a todos ( o a la mayoria) nuestros abuelos nos decian…»No gastes mas de lo que tienes»…no te endeudes mas alla de lo que puedas pagar».
Esta nota me ayuda, y despeja las pequeñas dudas tecnicas que alguna vez me surgieron.
Desde los 18 años que leo a los austriacos…pero la ausencia d eun titulo universitario quizas me impidio deducir lo que usted claramente expone.
Muchas Gracias Domingo.
Por su tiempo para hacer docencia, y por su claridad.
No se de que manera, pero cuente conmigo si en algo puedo ayudarle.
Muchas gracias Daniel. Me estás ayudando con tu mensaje. Es muy alentador. Sigamos en contacto a través del blog y busquemos la oportunidad para conocernos personalmente. Un abrazo.
Gracias otra vez.
Para mi sería un honor.
No pude acceder a la presentacion de su libro Aqui en Rosario…..por los mercenarios de los gobiernos de turno….pero se que no va a faltar oportunidad.
Un Abrazo.
Mingo, que opina de esta nota?
http://www.lanacion.com.ar/1746897-el-error-de-duhalde-y-alfonsin
(mas o menos me imagino lo que opina, jeje)
Abrazo!
Juan Carlos
Hola Juan Carlos. Voy a escribir un post sobre esta nota, tan pronto como termine de responder todos los mensajes que he recibido luego del post sobre la convertibilidad y la escuela austriaca. Un abrazo.
Estimado Mingo. Sinceramente no conozco ninguna Escuela , ni Austriaca, ni Alemana ni francesa, solo desde que tengo uso de razón LA ESCUELA ARGENTINA, que salvo la «Década ganada 1991/2001» jamas viví en «estabilidad».. Hoy esta la pela por el poder entre varios Candidatos, que en lo personal no se bien si alguno podrá arreglar este verdadero y decadente plan maléfico de economía.. Quizas un Macri, se presente como una opción renovadora, el resto es más de lo mismo. Cuatro o cinco candidatos del mismo partido gobernante que muestran distintos matices pero que son más de lo mismo. Un UNEN que nos e unen, y una izquierda que no existe en Argentina o tiene escasa relevancia. EL CAMINO A LA ESTABILIDAD NO ESTA GARANTIZADO POR NINGÚN CANDIDATO PORQUE SIMPLEMENTE NO SABEN COMO CONSTRUIRLO, pueda que algún iluminado candidato te escuche y se ponga a «tus ordenes» para sacarnos de esta ciénaga que poco a poco nos esta tragando a todos. Y una nueva para que te enteres, si en última Dictadura militar hubo desaparecidos, hoy en Córdoba se estan dando «DESAPARECIDOS PREVISONALES» , no se si me expresé bien con el concepto, pero la realidad es que con la Privatización del Sistema de Archivos, se estan perdiendo expedientes o legajos de personal ,que trabajo durante años en la Provincia y que simplemente te dicen que no exististe nunca (¿?).. en fin …. Cada día algo nuevo aparece bajo el sol de esta bendita Argentina… Un fuerte abrazo como siempre…
Muchas gracias Oscar. Siempre son muy interesantes los datos que aportás. No sabía que estaba ocurriendo eso con el Sistema Previsional de Córdoba. Lamentable. Un abrazo.
¡Impecable!
Hay un fundamentalismo dogmático em algunos economistas de esta escuela, que ellos llaman ortodoxia,que desmerece su pensamiento.
No entender adecuadamente la historia y los singulares contextos de cada situación, como bien vos lo señalas en tus reflexiones, hace que te califiquen de heterodoxo y en algunos casos hay quienes dicen que conspirate cotra las ideas liberales y el liberalismo, algo que por cierto no te lo perdonan.
Un abrazo
Muchas gracias Luis. Muy bueno el mensaje que me reenvista de IVO. Ya lo mencioné en una respuesta a Ivan Carrino. Por favor, trasmitile a Ivo mi agradecimiento y saludos. Un abrazo.
Estimado Maestro:
Pese a que no soy del rubro de los economistas, he leido el comentario que realiza sobre la postura adoptada en la ponencia.
La verdad es que debo felicitarlo por la grandeza emocional e intelectual en recibir las críticas como un buen investigador, no para que se sienta devastado sino más bien fortalecido.
Creo que siempre la críticas a un modelo deben ser constructivas y sé que usted con su capacidad sacará ventaja competitiva en el asunto. Un abrazo desde la distancia
Muchas gracias Pedro. un fuerte abrazo para vos.
Estimado Profesor: agradezco mucho este artículo que voy a utilizar como bibliografía (como todos sus escritos) en mi tesis. En mi modesta perspectiva su tesis es la correcta respecto de la presencia de las tesis de Hayek sobre el dinero en la concepción de la convertibilidad. Pero mi pregunta (y por eso mi interés de encontrarme con usted) es sobre los motivos que impidieron la puesta en funcionamiento de la «canasta de monedas» que usted anuncio en varias ocasiones. Wittgenstein consideraba que no había verdaderos problemas filosóficos sino problemas de lenguaje. Yo no creo que haya problemas económicos sino que los problemas son políticos y que se resuelven con una buena contaduría. Por lo tanto la economía es una forma del discurso político. Saludos cordiales.
Gracias Marcelo. Yo vuelvo el 8 de diciembre a Buenos Aires y luego de esa fecha podemos vernos cuando quieras. Un abrazo.
a mi lo que me parece una broma de mal gusto, es el enfoque de la opinión vertida por Marcos Novaro en La Nación de ayer, 26/11/2014 titulado «El error de Duhalde y Alfonsín». La valentía que insinúa el título, se diluye cuando omite señalar la conspiración que se fraguó en el seno del partido radical (Ud. lo ha descripto muy bien en el pasado) que no hubiera sido posible sin la anuencia del propio Alfonsín, convencido que «un poquito de inflación no hace daño». y que aborrecía a una política económica a la que él denominaba «muy liberal» de la misma manera que denostaba a los radicales que no compartían su visión estatista como Sturzenegger o Ricardo López Murphy. El error de Duhalde, insinúa Novaro fue no haber designado a «un candidato que continuara el experimento de coalición tanto como la orientación económica.» (sic) El error de Duhalde, fue haber eliminado las internas del PJ. con ese simple mecanismo, el sistema Republicano hubiera depurado con simpleza y mediante la voluntad popular, que en el 2003 no triunfara un candidato peronista, tampoco radical, y el país hoy sería otro. Creo que el referido artículo debería contar con su opinión, Dr. Cavallo
Apena acabe de responder todos los comentarios que recibió mi post sobre la cenvertilidad y la escuela austriaca, voy a escribir un post sobre el artículo de Novaro. Coincido en un 100% con tus observaciones. un abrazo.
Buen día DR., me extraña el análisis que hace Adrián Ravier respecto de los puntos centrales en que falló usted; siempre trato de ver las conferencias de Adrián y las de Huerta de Soto porque me parecen interesantes. Decir que una convertibilidad más ortodoxa a la que teníamos nos hubiese permitido superar mejor la crisis del tequila se puede llegar a aceptar, lo que NO se puede aceptar de ninguna manera es que diga que con más ortodoxia hubiésemos superado la crisis asiática de 1997, el default ruso de 1998 o la devaluación de Brasil de 1999, cuando en realidad es todo lo contrario, se necesitaba más heterodoxia o incluso una convertibilidad con flotación administrada. También le atribuye a usted el déficit fiscal que nada tiene que ver con la realidad ya que usted no estaba en el Ministerio cuando comenzaron a gestarse los grandes deficits. Creo que la Escuela Austriaca en su afán por buscar que no existan ciclos económicos y crisis financieras llega a planteos anti-mercado como el coeficiente de caja del 100% que es un concepto cuasi inaplicable a la realidad de los mercados. Deberían preocuparse más por la práctica en el otorgamiento de los créditos bancarios; para que éstos se transformen en inversiones eficientes y que la moneda de origen en la cual se otorgan guarde relación con las ingresos del sujeto que lo recibe. Un Abrazo.
Coincido Claudio. Muy buenas tus observaciones. un abrazo.
(repito envío) Estimado Profesor: Le agradezco su rápida respuesta y la aceptación de concretar una entrevista. Le adelanto los tres nudos temáticos sobre los que me interesa consultarlo. Por supuesto estos temas tienen derivaciones que se deben atender, de modo que no se trata de temas cerrados sino de puntos de partida. Los nudos temático son los siguientes (expresados de forma simple):
a) ¿Por qué nunca aplicó la canasta de monedas? Esto se debió a situaciones políticas, económicas o a una combinación. ¿Siendo que esta propuesta derivaba de las tesis de Hayek sobre la internacionalización de la moneda esto implicaba un endurecimiento de las propuestas neclásicas u ortodoxas?
b) En qué medida la negativa de conceder los prestamos pre acordados por el FMI hacia finales de 2001 implicaron la aceleración de la crisis social y la caída de la convertibilidad. Estos préstamos eran fundamentales o solo eran parte de una estrategia económica. ¿Cómo considera usted el rol del FMI respecto de la economía argentina durante 2001?
c) Habitualmente se califica sus actuaciones en el ministerio, y a los años ´90 en general, como «neoliberales». Sin embargo esta calificación es difusa y es utilizada en un sentido muy amplio. Para los investigadores «progresistas» es un despectivo asociado a privatizaciones realizadas con un alto grado de corrupción, desplazamiento de leyes que protegían a los trabajadores y crecimiento de desempleo y pobreza en las clases populares. Para los investigadores «liberales» fue un intento fallido y tratan de distanciarse de esas políticas, al menos públicamente. Yo creo que esa palabra es injusta y molesta. Me interesa su opinión sobre este punto, las fuentes teóricas que rigieron su tarea y sus intenciones durante sus dos ministerios, como en sus propuestas políticas durante esos años. Yo considero que su tarea y sus propuestas se encuentran dentro de una heterodoxia muy original.
Marcelo, como te dije en la respuesta anterior, estaré en Buenos Aires a partir del 8 de diciembre y a partir de entonces podremos encontrarnos. mientras tanto te sugiero que leas mi libro «Camino a la Estabilidad», estoy seguro que responderá a varias de tus preguntas. Un abrazo.
Estimado Domingo: me divierte ver como algunos liberales «puros» discuten sobre la convertibilidad, el liberalismo filosófico, etc. Me hace acordar a los rabinos del siglo XIX en la Rusia zarista, que se pasaban horas discutiendo distintas interpretaciones de la Biblia, mientras afuera el resto de los judíos era objeto de los mas crudos y humillantes pogromos. Estamos metidos dentro de una sociedad que mayoritariamente reprueba el liberalismo (o neoliberalismo como se les dio en llamar ahora). Las perspectivas actuales (ojalá cambien) son que gane Scioli, un hombre sin liderazgo ni idoneidad (tiene solo estudios secundarios), que estará fuertemente condicionado por un Congreso mayoritariamente kirchnerista. Aún si el próximo gobierno fuera de Macri o Massa, estará fuertemente condicionado. De hecho, ninguno ha informado sobre su programa de gobierno, y se cuidan de hablar sobre eventuales políticas «market friendly». El liberalismo accedió al poder en Alemania y Austria, luego de la segunda guerra mundial, donde la población estaba sin nada y con la amenaza soviética a las puertas de sus casas (las pocas que quedaban en pie). En suma, criticar tu histórica gestión donde por primera vez hubo 10 años sin inflación, libertad para cualquier actividad lícita, y encima querer poner sobre tus espaldas el desbarajuste del gasto público que hicieron Menem-Duhalde-De la Rúa, me parece indignante aunque provenga de liberales como yo. Sería muy productiva académicamente una discusión tuya con Benegas Lynch, pero absolutamente intrascendente en términos prácticos. Como siempre, va con abrazo, Jorge Pedro
Entiendo Jorge Pedro. Pero yo creo que si no logro convencer a los liberales, es casi imposible que logre convencer a quienes tienen tendencias populistas en su corazón y en sus bolsillos. Un abrazo.
Estimado Dr. Cavallo,
Muchas gracias por las referencias a mi trabajo. Sin dudas generó alguna polémica, aunque mi humilde punto fue mostrar que existían puntos de compatibilidad entre La Ley de Convertibilidad de 1991 y diversas propuestas que, en materia monetaria, pueden considerarse «austriacas» por los autores que las han defendido.
Solo quería observar dos cuestiones. Por un lado, no entiendo porque usted ve necesaria una flotación del peso. Después de todo, si algo tuvo de bueno la convertibilidad con tipo de cambio fijo fue que consiguió con éxito reducir la inflación y ese era el principal objetivo. ¿Qué hubiera tenido de positivo abandonar la convertibilidad en 1997, por ejemplo?
Por otro lado, el rol del banco central como prestamista de última instancia me parece un tema discutible, ya que existen casos en el mundo en el que este rol no existe y, sin embargo, el sistema bancario (aún con reserva fraccionaria) es sólido. El ejemplo concreto es el sistema bancario de Panamá, que no tiene ni moneda propia ni banco central. Otro ejemplo podría ser Ecuador, en donde el hecho de que las autoridades se «quejan» porque no hay prestamista de última instancia debido a la dolarización, ya debería hacernos sospechar de su verdadera necesidad.
Como nota a pie de página, debe decirse además que el argumento «austriaco» de imponer reservas del 100% para los bancos (compartido por algunos economistas de la Universidad de Chicago e, incluso, por algunos keynesianos como Martin Wolf) no es el único punto de vista austriaco sobre el sistema bancario. De hecho, George Selgin y Larry White sostienen que de ninguna manera es necesario este tipo de regulaciones y que la competencia puede dar como resultado una banca estable sin exigencias específicas en la ratio reservas/depósitos y sin prestamista de última instancia.
Abrazo!
Hola Iván. Muy buenas tus observaciones y preguntas. También Ivo Sarjanovic, desde Suiza, me acaba de sugerir que me interiorice sobre las propuestas de George Selgin y Larry White.No las conozco, así que tomo tu consejo y el de Ivo y las voy a leer. Parecen muy interesantes.
Acá van mis respuestas a tus dos preguntas:
Pasar del tipo de cambio fijo a la libre flotación en un sistema de libre elección de la moneda, o de desmonopolización del dinero, para usar la terminología de Hayek, no es abandonar la convertibilidad, sino todo lo contrario. Eso hubiera resultado muy beneficioso para nuestro país en 1997, porque al dejar flotar el Peso, que seguramente se hubiera apreciado frente al Dólar, el Banco Central no hubiera comprado con pesos la enorme cantidad de dólares que llegaron desde el exterior ese año. Esa monetización del ingreso de capitales fue perversa porque hizo que los bancos tuvieran excesos de liquidez y se vieran alentados a prestarle dinero a las provincias. El Peso se hubiera apreciado hasta la crisis rusa.
A partir de ese momento y, sobre todo luego de la crisis del Real en febrero de 1990 y la depreciación inicial del Euro a lo largo de sus tres primeros años de vida, el Peso se hubiera depreciado, no como resultado de una crisis monetaria sino como comportamiento natural de una moneda local frente al deterioro de los términos del intercambio y la exagerada fortaleza del Dólar. Esa depreciación hubiera servido de amortiguador de la deflación que estábamos importando desde el área del Dólar.
Luego de mediados de 2002 en adelante, cuando el Dólar comenzó a debilitarse y los precios de las commodities comenzaron a aumentar vigorosamente, nuestra moneda se hubiera vuelto a apreciar. De esa forma hubiera amortiguado la inflación importada por la debilidad del Dólar.
Vos pensás que al dejar flotar la moneda va a tender necesariamente a debilitarse siempre. Pero eso no es así. El Banco Central que tiene que manejar al Peso siguiendo metas claras de inflación y tiene que enfrentar la competencia del Dólar y de otras monedas, tiene que asegurarse que las fluctuaciones del valor del peso sean resultado de los shocks reales que recibe la economía y no de la necesidad del gobierno de financiar sus déficits. La disciplina que impone la libre elección de la moneda es incluso más poderosa que la que impone el tipo de cambio fijo.
No hay que confundir la situación monetaria mundial actual con la del mundo en la época del Patron Oro. En aquella época todos los países tenían paridades fijas frente al oro. Las monedas fiduciarias no fluctuaban entre sí. Entonces era muy natural que una economía como la Argentina tuviera también una paridad fija frente al Oro. Lo mismo ocurrió durante el período de Bretton Woods, cuando todas las monedas tenían paridades cuasifijas con el Dólar.
El problema actual es que las monedas fiduciarias más importantes del mundo fluctúan mucho entre sí. Y en el caso del Dólar, sus fluctuaciones tienen un gran efecto sobre el precio de las commodities. Por consiguiente, cuando una economía que comercia muy limitadamente con los Estados Unidos pega su moneda al Dólar, puede importar deflación en algunos años e inflación en otros, dependiendo de la política monetaria de los Estados Unidos.
Distinto es el caso países cuyo comercio es en un alto porcentaje con Estados Unidos. Yo a México siempre le sugerí la dolarización completa de su economía, lo mismo que a todos los países de Centroamérica y el Caribe.
Te respondo la segunda pregunta en otro mensaje, porque recién, por demorarme en enviarlo, perdí todo lo que había escrito.
Gracias Doctor, ahora me queda más claro su punto. Entiendo que de tener un tipo de cambio flexible, lo que «ajusta» es el tipo de cambio. En este sentido, si hubiésemos tenido un tipo de cambio totalmente flexible en los primeros años del kirchnerismo, el peso se habría apreciado en lugar de mantenerse relativamente fijo generando inflación.
Sin embargo, esa también es una característica que Hayek juzgó positiva en «El nacionalismo monetario y la estabilidad internacional» porque un buen dinero, a su juicio era un dinero «internacional», que migrara de país en país en función de las demandas de los consumidores. Es decir, si el dinero es el oro para todos los países, si aumenta la demanda de bienes producidos por el país A, entonces el oro se irá al país A y saldrá del resto de los países, generando inflación en A y deflación en el resto. Pero esto no sería un problema porque el sistema de precios serviría para dirigir la producción. Ahora bien, dado que no hay dinero internacional, entiendo que el sistema de tipo de cambio fijo es algo que lo imita bastante. Aunque claro, uno también puede ser «víctima» de políticas monetarias inconsistentes por parte del país que emite el dinero de reserva. Si bien ese no fue el problema argentino durante la convertibilidad (al menos a mi juicio), entiendo que pueda ser un problema y que, en ese sentido, pueda ser mejor el tipo de cambio flexible. Pero ahí está el caso de Hong Kong que hace 30 años tiene convertibilidad con tipo de cambio fijo con el dólar y no tiene problemas. Cuál es su diferencial: el equilibrio fiscal.
Por otro lado, si admitimos que el tipo de cambio flexible es mejor que el fijo, sigue estando el problema de quién administrará la moneda local. En nuestro caso será el BCRA; y su historial inflacionario lo condena.
Hola Iván. Hong Kong tuvo problemas, sólo que pudo aguantar, como están aguantando los países en crisis en Europa. Recuerdo en 1997, cuando se depreciaron fuertemente todas las monedas asiáticas. a pesar de que China no depreció el Yuan, Hong Kong sufrió deflación y recesión por dos o tres años. Lo pudo aguantar porque es un centro financiero muy fuerte y tiene una población muy curtida. ültimamente, cuando el Dólar se debilitó y el Yuan se apreció bastante frente al Dólar, igual que todas las monedas asiáticas, las presiones sobre Hong Kong son inflacionarias. Para que decirte si medís la inflación en Yuanes, algo que tiene sentido, porque hoy por hoy, la gente de Hong Kong puede abrir cuentas en esa moneda. Yo creo que cuando el Yuan sea convertible a Hong Kong no le va a quedar otra alternativa que pegarse al Yuan, adoptar el Yuan como moneda o, lo que yo creo que es lo que más les va a convenir, darle a la gente de Hong Kong libertad para elegir entre el Dólar y el Yuan, es decir, un sistema de convertilidad flotante, libre elección de la moneda o desmonopolización del dinero, como prefieras denominar al sistema que yo vengo proponiendo para Argentina.
Con respecto a que el historial inflacionario condena al Banco Central, yo te diría que el historial inflacionario condena a los gobiernos argentinos, con la excepción de los de Menem y De la Rúa. Los problemas de inflación en la argentina son de «Régimen Monetario» y no de «Política Monetaria». Vas a encontrar la distinción entre estos dos conceptos en mi artículo http://www.cavallo.com.ar/wp-content/uploads/Monetary.pdf
Al régimen Monetario lo definen los gobierno, no el Banco Central. Con el régimen de convertibilidad el Banco Central manejó bien la política monetaria, en realidad la regla monetaria del tipo de cambio fijo. En un régimen de convertibilidad flotante, lo que el Banco tiene que hacer es seguir la regla de la meta de inflación en lugar de la regla tipo de cambio fijo. La regla meta de inflación no es otra cosa que manejar la oferta monetaria de tal manera que la inflación se ubique alrededor del 2 % anual, evitanto tanto la deflación como la aceleración inflacionaria. Es lo que tratan de hacer los bancos centrales en esta época de ausencia tanto de moneda global como de inflación. Yo creo, como creían Hayek, Von Mises y aún cree Mundell, que mejor sería que hubiese una moneda global y no monedas fiduciarias nacionales o regionales. Pero lamentablemente el mundo es como es y no podemos pensar en el régimen Monetario para Argentina como si el Mundo fuera otro.
Además, en un régimen de convertibilidad flotante o, insisto, con libre elección de la moneda o desmonopolización del dinero, lo que obliga al Banco Central a administrar bien el dinero es la competencia entre las monedas, como bien lo explcó Hayek. Y esta disciplina es mucho más fuerte que la que impone el tipo de cambio fijo. Al fin y al cabo, al tipo de cambio fijo, las más de las veces se lo termina defendiendo con los controles de cambio y la invonvertibilidad de las monedas. Es ahí cuando aparecen los cepos y las brechas cambiarias, como está ocurriendo ahora en nuestro país.
Algo más, para entender la relación histórica entre Cajas de Conversión y Bancos Centrales, te recomiendo que leas mi artículo «La calidad del Dinero» :http://www.cavallo.com.ar/wp-content/uploads/Thequality%281%29.pdf
Un abrazo.
Estimado Dr.
Coincido con que uno de los problemas del tipo de cambio fijo es que se lo termina defendiendo con controles de cambio. Ese era, de hecho, uno de los puntos de Friedman que estaba a favor tanto de un tipo de cambio flexible 100%, como de un tipo de cambio fijo al 100%, pero no algo a medias tintas porque se terminaba cayendo en controles cambiarios e intervenciones que solo traían más problemas.
Por otro lado, tal vez es cierto que el problema no sea del Banco Central sino del gobierno, pero para el caso es lo mismo, porque el gobierno argentino no tiene límites a la hora de maltratar la moneda que su Banco Central emite. Entiendo que tal vez sería mejor una «meta de inflación» (que no está exenta de problemas – la crisis de 2008 se da con esta regla monetaria-) pero el problema es: ¿se va a respetar? ¿habrán aprendido los gobernantes argentinos después de tantos años de inflación crónica? Tal vez lo mejor es directamente un cambio de régimen en el cual política y dinero sean mundos absolutamente distantes.
Por otro lado, prometo leer los trabajos que linkea y, además, aprovecho para dejarle link a un comentario de Alberto Benegas Lynch (h) a raíz de estos intercambios http://www.libertadyprogresonline.org/2014/12/03/el-pragmatismo/.
Saludos!
Muchas gracias Ivan. En todas las discusiones sobre política monetaria en Argentina siempre nos fijamos en qué regla o sistema es mejor para evitar el descontrol inflacionario. Pero la deflación es también un problema muy serio, sobre todo porque acentúa el riesgo de crisis financiera y quiebras de bancos por efecto dominó. Es para enfrentar el riesgo de deflación que la existencia de un Banco Central con capacidad de actuar como prestamista de última instancia es fundamental. Y en ese sentido la convertibilidad flotante es para mí superior a la convertibilidad con tipo de cambio fijo. Si hay libre elección de la moneda, el riesgo de que la política monetaria sujeta a la regla «metas de inflación» lleve a un descontrol inflacionario está muy atenuado por el hecho de que la gente puede utilizar para proteger sus ahorros a la moneda extranjera. Pero ya tendremos oportunidad de intercambiar ideas sobre estos temas. Me interesa el intercambio de ideas con Alberto Benegas Lynch (h). Pero espero que esté interesado en hablar de cómo resolver los problemas de nuestra economía más que filosofar sobre el rol del intelectual y del político. No creo que Alberdi o Sarmiento hayan pensado sólo en aportar ideas o bosquejar utopías. Ellos eran a la vez personas que querían que sus ideas sirvieran para organizar y hacer progresar a nuestra Patria. Un abrazo.
Estimado Doctor Cavallo:
Si se propone estudiar el modelo White-Selgin, me permito invitarlo también a que lea mis críticas, desde una propia perspectiva austriaca, a ese mismo modelo que, a mi jucio, contiene inestabilidades endógenas por las razones que están explicadas en el paper que le adjunto. En este mismo paper, publicado recientemente, yo desarrollo una propuesta alternativa que, a mi juicio, derivaría en la posibilidad de evitar las desestabilizaciones del sistema monetario como consecuencia de la sobreexpansión del crédito. Lo invito a que considere también este material. El paper es el siguiente:
http://www.eseade.edu.ar/files/riim/RIIM_60/riim60_sala.pdf
Hola Alejandro, aún no tuve tiempo de leer sobre el modelo White-Selgin, pero tu nota me resultó muy instructiva. Estoy aprendiendo mucho de este inctercambio con grandes conocedores de la escuela austríaca. Entiendo muy bien tu punto sobre la necesidad de lograr que el costo para los bancos de crear dinero bancario no sea cero. Me pregunto, ¿no juega en ese sentido a favor la eliminación de la restricción para que los bancos paguen interés sobre los depósitos a la vista? Si los bancos compiten por la captación de depósitos a la vista pagando interés sobre sus saldo, no operaría ese mecanismo en la misma dirección que el requisito de autorización por parte de cada depositante del porcentaje suceptible de ser represtqdo por los bancos?
Aprovecho para preguntarte: ¿Se ha discutido entre ustedes el libro de Larry Kotlikoff «Jimmy Stewart Is Dead: Ending the World’s Ongoing Financial Plague with Limited Purpose Banking»?
Me parece que es una propuesta muy bien pensada, por un economista con gran sentido práctico, que no contradice los principios de la escuela austríaca.
Entre paréntesis, ¿me podrías enviar copia de tu comentario completo al paper de Ivan Carrino? Sólo he visto las referencias de Adrián Ravier.
Un abrazo.
Doctor Cavallo: en este link http://www.lagaceta.com.ar/nota/616245/dinero/politicas-ajuste-siglo-xxi.html se puede leer un artículo de Hugo Ferullo, doctor en Economía y también amigo y ex compañero mío de la secundaria. En contestación a su artículo, publiqué una Carta al Director también en La Gaceta, titulada «La economía» que puede encontrar en el link http://www.lagaceta.com.ar/nota/616530/opinion/cartas-lectores.html. Nada me gustaría más que me diera su opinión al respecto. Gracias y saludos.
Coincido totalmente con tu comentario. Con respecto a los argumentos de Farullo sobre las leyes económicas, me parece muy superficial. No hay ninguna ley económica que diga que siempre la emisión ocasiona inflación. Lo que genera inflación es el aumento de la oferta monetaria por arriba de la demanda que se corresponde con un determinado nivel de precios. Cuando un país cae en lo que keynes denominó «trampa de la liquidez», como parece ser el caso de Japón, no hay emisión que alcance para reflacionar la economía porque la demanda de dinero se torna infinita. Coincido en que la economía tiene que tener un anclaje histórico y geográfico. No existes recetas económicas de valor universal, para cualquier tiempo y espacio. un abrazo.
Muchas gracias por su respuesta. Un abrazo.
Dr. una consulta: No hubiera sido mejor dolarizar directamente al estilo Ecuador?? Creo que nos habría evitado muchos de los problemas de la convertibilidad sumado a que hubiera tornado imposible este despilfarro del gasto público de los sucesivos gobiernos
Te transcribo los párrafos que podrá leer con más detalle en la página 271 de mi libro «Camino a la Estabilidad»:
«Seguramente, la dolarización completa de la economía, que es el sistema monetario adoptado desde siempre por Panamá y más recientemente por el Salvador y Ecuador, también permitiría una estabilización rápida de la economía, con efectos inmediatos tan impresionantes como los de la convertibilidad con tipo de cambio fijo de 1991.
Funcionaría bien, mientras el Dólar sea una moneda con tendencia a debilitarse frente a las demás, como ocurrió desde 2002 en adelante. Pero en caso de fuerte deterioro de los términos del intercambio y exagerada fortaleza del Dólar en el mundo, como ocurrió entre 1998 y 2002, empujaría a la economía a la deflación, como pasó con la convertibilidad con tipo de cambio fijo en aquella época. Este problema no se ha observado aún en el Ecuador, porque la dolarización completa comenzó en 2000, en un momento en que el Dólar era muy fuerte y a poco de andar, comenzó a debilitarse mientras aumentaban los precios del Petróleo, la principal exportación de aquel país. La prueba clave llegará en el momento en que el precio del petróleo baje, algo que puede llegar a ocurrir si sigue expandiéndose la producción de petróleo y de gas de esquirlas en el mundo.
Yo sigo sosteniendo, como en 1991, que Argentina debe ir a un sistema de moneda convertible que ponga al Peso en competencia con el Dólar, tanto como moneda transaccional como para atesoramiento. No perdí entonces, ni pierdo ahora, la esperanza de que nuestra moneda adquiera en unos años el status de una moneda sana que comience a ser preferida por la gente, como el Sol es crecientemente preferido por los peruanos quienes nunca perdieron el derecho a manejarse también con dólares»
Un abrazo.
DOMINGO CAVALLO
1° Vd. acierta al señalar que la esencia de la Escuela Austríaca no está en la convertibilidad ni en el cambio fijo, sino en la habilitación de una moneda de libre uso, que es lo único que libera a las personas del “DESPÓTICO SEÑOREAJE MONETARIO” que los gobernantes pretenden imponer con el curso forzoso.
2° Pienso que la convertibilidad falló porque teníamos un ministro de hierro al servicio de un político frívolo. Sucedió lo mismo que cita el Cantar del Mio Cid: ¡DIOS QUE BUEN VASALLO PARA TAN POCO SEÑOR”
3° Juzgo que su tenacidad y perspicacia no pudieron imponerse a la miopía y flacidez moral de Menem. Por eso la política se impuso a la economía y los gobernadores tiraron manteca al techo: se endeudaron en dólares aprovechando la confianza y el crédito internacional.
4° Cuando un Estado se endeuda en dólares para financiar el gasto público, inexorablemente condena a la miseria al país porque el endeudamiento provoca: COSTO FINANCIERO que se paga con pérdida del nivel de vida.
5° La convertibilidad implosionó porque la secta de gastomaníacos no quería someterse a la disciplina de la austeridad y la modestia. Vd. tendría que haber sancionado, simultáneamente otra ley prohibiendo emisión de deuda para financiar gastos corrientes. Tal como lo hace ahora el aguerrido ministro alemán Wolfgang Schäuble. Per él tiene a ANGELA MERKEL. Vd. lo tenía al TURCO MENEM.
6° En cuanto a Alberto Benegas Lynch (h) a quien mucho apreciamos por su inalterable fidelidad con la buena doctrina, Vd. debe tomar su observación con espíritu gentil y generoso. La Incompatibilidad de su retrato con los cuadros de Ludwig Von Mises y Friedrich von Hayek se debe a que Domingo Cavallo no es un caballero teutón como esos dos gigantes de la economía. Para merecer ese honor tendría que haberse llamado DOMENIKUS VON RAPPE.
Adelante MINGO, alégrese porque cada vez tiene mayor vigencia y eso es un DON.
Un ABRAZO muy grande de PAULINO.
Muchas gracias Paulino. Siempre me emocionan sus comentarios. Un abrazo.
Dr. Cavallo, Aquí mi respuesta a sus comentarios. http://puntodevistaeconomico.wordpress.com/2014/11/27/respuesta-a-la-critica-del-dr-domingo-cavallo/
Muchas gracias Adrián. Si me enviás tu dirección te voy a enviar mi libro «Camino a la Estabilidad». Ahí verás que mi análisis nunca es teórico sino totalmente empírico. Yo utilizo a la teoría, venga de la escuela que venga, siempre que me parezca apropiada para iluminar un problema a resolver, con un sentido instrumental.
Creo que resulta mucho más útil hacer economía positiva que normativa, al decir de Friedman. Por supuesto no soy un especialista en el pensamiento de la Escuela Austriaca, como no lo soy de ninguna otra escuela. Sí creo tener la formación profesional y el conocimiento de nuestra historia que se necesitan para opinar y actuar en la economía argentina. Dediqué toda mi vida al estudio y a la investigación económica e histórica. Antes de ingresar a la política dirigí durante diez años al IERAL de la Fundación Mediterránea, institución en la que se formaron más de 100 economistas que me acompañaron en el equipo económico. La reforma energética, por poner sólo un ejemplo, que al decir del Profesor Arnold Haberger fue la mejor que conoció en toda su vida profesional, fue planeada por Carlos Givogri y Carlos Bastos en ese ámbito.
No tendré las credenciales académicas de Alberto Benegas Lynch en materia del pensamiento económico de los autores de la escuela austríaca, pero creo tener también credenciales académicas suficientes como para sostener un debate con él. Además el debate no sería sobre las ideas de la escuela austriaca sino sobre cómo mejor organizar a la economía Argentina. Al menos éso es lo que a mi me interesa discutir.
Con respecto a tu comentario de que las cosas que no hicimos no fueron por obstáculos que imponía la realidad sino por errores conceptuales nuestros, creo que parte de la subestimación que normalmente hacen quienes sólo actúan en ámbitos académicos de las dificultades que presenta la acción política y la gestión gubernamental. Vos, por ejemplo, mencionás al pasar la reforma previsional, como si hubiera sido fácil conseguirla. Ni te imaginás las horas de debate en el Senado y en Diputados, a lo largo de tres años, para lograr que se aprobara, con modificaciones que la tornaron bastante imperfecta. Y qué decirte de la ley de Solidaridad previsional, sin la cual las erogaciones previsionales hubieran aumentado entre 1 y 2 % del PBI, como ya habían comenzado a hacerlo en 1994, a causa de la ligazón que las leyes todavía en vigencia establecían entre los beneficios de quienes se habían jubilado luego de ser altos funcionarios de las empresas del Estado y las remuneraciones, mucho más elevadas, que comenzaron a pagar las empresas privatizadas a sus gerentes.
Con respecto a la propuesta de Hanke, de eliminación del Banco Central y dolarizar, siempre me pareció un sinsentido. Hanke se daba corte con la convertibilidad argentina cuando todo iba bien, y decía en todo el mundo que él se la había sugerido a Menem a través de María Julia Alsogaray. Cuando precisamente, por las restricciones que la convertibilidad con tipo de cambio fijo nos puso para enfrentar las presiones deflacionarias originadas en la fortaleza del dólar y el deterioro de los términos del intercambio, La convertibilidad con tipo de cambio fijo entró en crisis, él comenzó a despegarse de nuestro sistema alegando que era la causa de la crisis. Yo estoy absolutamente convencido que lo que nos impidió manejar con éxito la crisis bancaria del 2001, siendo que habíamos logrado superar muy bien la de 1995, fue que no teníamos prestamista de última instancia, ni de adentro, como tampoco la habíamos tenido en 1995, ni de afuera, como si la tuvimos en 1995. Imaginá que hubiera ocurrido con Irlanda, Grecia, Portugal y España si el Banco Central Europeo, el FMI y la Comisión Europea no hubieran actuado como prestamistas de última instancia.
Con respecto a las cifras sobre déficit fiscal que maneja Nicolás Cachanoski, me gustaría revisarlas con él. No se cuál es la fuente, pero si mirás las sifras de la Secreatría de Hacienda, vas a ver que entre 1991 y 1994 sólo hubo déficit en el último año y tuvo su origen en el aumento de las erogaciones previsionales que sólo pudimos detener a partir de 1995 con la sanción de la ley de Solidaridad Previsional.
En fin, Adrián, me gustaría mucho conversar con ustedes con datos y papeles en la mano. Con el espíritu liberal que muy bien describe Mario Vargas Llosas en un artículo publicado ayer por La Nación. Un fuerte abrazo.
Estimado Dr. Cavallo, Aquí vuelvo a aclarar varias cuestiones y respondo a otras que fueron surgiendo en su respuesta. Espero ayude al intercambio y no sospeche de mi buena voluntad en lo que concierne a entender lo que ha fallado de la política económica de la década de 1990. Respetuosamente, Adrian Ravier http://puntodevistaeconomico.wordpress.com/2014/11/28/continua-el-intercambio-con-el-dr-cavallo/
Hola Adrián. Me encanta este intercambio contigo. Vamos por parte. Primero sobre las cifras de déficit fiscal. Acabo de subir a mi blog los datos completos que también figuran en el trabajo de Orlando Ferreres: http://www.cavallo.com.ar/wp-content/uploads/2014/11/Cuentas-fiscales.-Fuente-Orlando-Ferrrere.xlsx
Los datos que vos transcribis en tu último comentario no coinciden exactamente con ninguno de los cálculos que aparecen en este cuadro, pero se parecen a los del déficit consolidado del Gobierno Central, el Sistema de Seguridad Social y de las provincias y municipios. Yo me referí al déficit del Gobierno Central, que es el que puede manejar directamente el Ministro de Economía de la Nación. Esa medida no fue déficit sino superávit en todos los años de mi gestión, incluído 1995. Si se agrega el déficit de la Seguridad Social, todavía quedan superávits para 1992 y 1993. El año 1991 indica un déficit, pero por incidencia del primer trimestre, mientras no rigió la convertibilidad. Si se agregan provincias y municipios pero se mantienen como ingresos los originados en privatizaciones, todavía sigue habiendo superávits en 1992 y 1993. Sólo si se excluyen los ingresos por privatizaciones se genera el signo de los datos que vos trasmitís. Sólo el año 1993 es superavitario. Ahora bien, si analizás el orden de magnitud de estos déficits, los midas como los midas, no podés argumentar que fuimos fiscalmente dispendiosos. Todos los años hubo superávit primario, incluído el año de la crisis Tequila. Y , para poner estos datos en perspectiva histórica, te invito a ver el gráfico sobre la evolución del Gasto Público y el déficit fiscal entre 1913 y 2012, que también subí a mi blog:http://www.cavallo.com.ar/wp-content/uploads/2014/11/Gasto-Públoc-y-Déficit-Fiscal-en-perspectiva-histórica.xlsx
Creo que en esta materia, sobran las palabras y los datos.
Con respecto a si soy liberal o Keynesiano, la discusión que planteó Grondona en abril de 1991es engañosa. Plantear al liberalismo como antagónico del Keynesianismo es equivocado. ¿O Keynes no era liberal? En todo caso se podría discutir si soy liberal de la escuela económica austríaca o liberal de la escuela económica Keynesiana. En ese caso yo respondería que tiendo a pensar más como la escuela económica austríaca cuando la economía viene de sufrir alta inflación, estanflación e hiperinflación. Y tiendo a pensar más como la escuela Keyneciana cuando el problema de la economía es la deflación. Si se utiliza el concepto de liberalismo que magistralmente presenta Mario Vargas Llosas en su último artículo en La Nación, creo que no puede decirs que yo no sea liberal.
ranscribo parte del artículo de Vargas llosas: «Como el liberalismo no es una ideología, vale decir, no es una religión dogmática laica, sino más bien una doctrina abierta y en evolución, que en vez de forzar la realidad para que ceda, se acomoda a la realidad, existen entre los liberales profundas discrepancias y las más diversas tendencias. …Esas diferencias de opinión son saludables y útiles, ya que no violan los preceptos básicos del liberalismo, a saber, democracia política, economía de mercado y ladefensa de los intereses individuales por sobre los intereses del Estado. Hay por ejemplo liberales que creen que la economía es el campo donde deben resolverse todos los problemas, y que el libre mercado es la panacea para los problemas, desde la pobreza hasta el desempleo, desde la discriminación hasta la exclusión social».También he subido a mi blog el artículo completo de Vargas Llosas:http://www.cavallo.com.ar/wp-content/uploads/2014/11/Confesiones-de-un-liberal-latinoamericano-lanacion.com_.pdf
Entre paréntesis, si consideramos que los principios del liberalismo son los que menciona Vargas Llosas, no se entiende que Mariano Grondona haya dicho en abril de 2001, primero, algo que es correcto «Al revés que López Murphy, Cavallo no adhiere a un sistema de pensamiento. No es sistemático, sino pragmático» para luego concluir, equivocadamente: «No se fija principios, sino metas».
A menos que vos sostengas que los principios del liberalismo son los expuestos por los autores de la escuela austríaca, tal como pareces hacerlo en el párrafo que transcribo:»Mi crítica al Dr. Cavallo es precisamente el no adherir a estos principios que tan claramente han sido expuestos por los autores de la tradición austriaca, y en particular Mises y Hayek. Cuando afirmé en mi primer post que fue desafortunada la imagen del Dr. Cavallo al lado de estos dos autores en la presentación de Iván Carrino, me refería precisamente a esto.»
Estimado Doctor una vez mas he quedado maravillado con su tamaña capacidad docente para explicar el derrotero que sufrió el mas grande plan económico que tuvo La Argentina y una vez mas sufro por la ceguera intelectual de la mayoría de los economistas afines al modelo actual, la mayoría de ellos jóvenes que no vivieron la década 1991-2001 y lo mas grave se niegan solo por necedad absoluta a debatir las características beneficiosas que tuvo para el país el modelo de convertibilidad que evitó la caída mas rotunda (que hubiera sido peor a la de 2001) del país en toda su historia y no solo eso sino que lo llevó a los niveles de estabilidad mas espectaculares jamás alcanzado desde la generación de los 80. Gracias una vez mas Doctor y cuente Ud. con un entusiasta seguidor suyo hasta el último aliento por su enorme capacidad intelectual y profesional. Un gran abrazo
Muchas gracias Luis Angel. Un abrazo.
Ola Dr Cavallo, Dura tarea tiene tiene ud. tener que rebatir las criticas de liberales,socialistas y po-
pulistas sobre la convertibilidad. Como si hubieramos llegado a la convertivilidad por merito y no
por necesidad. Respecto al economista Adrian Ravier, siempre ha sido un acido critico de su ges-
tiiòn.hace un par de meses escribiò un artìculo analizando( por llamarlo de alguna manera), su post sobre la evoluciòn de la deuda publica Argentina. El titulo » El relato de la deuda Argentina » En
dicho trabajo lo hace responsable directo del aumento de la deuda,tanto cuando se desempeño
en el Banco Central,como cuando fue ministro de menen y De la Rua. sobre el crecimiento de la
deuda en este ùltimo periodo,dijo: Cavallo tuvo su responsabilidad. (http://opinion.infobae.com/adrian-ravier/2014/09/22/el-relato-de-la-deuda-argentina/ ).
Por otra parte, tambien quiero señalar, que hace pocos dias el economista Ivan Carrino,publico
otro trabajo titulado » Die Konvertivilitat » donde responde a las criticas de Ravier,sobre la
convertibilidad , sobre todo en lo refernte a que la convertibilidad Argentina,era una caja
de conversiòn imperfecta o deficiente. sobre este topico, concluye diciendo que la convertibilidad
implementada en los noventa, cumplia ampliamente con lo presupuesto por la ley y con todo
lo escrito sobre cajas de conversiòn. ( http://www.ivancarrino.com/die-konvertibilitat/ ).
saludos cordiales.
Gtacias Carlos. No había leído el artículo de Adrián Ravier sobre la deuda. Pero ahora que lo leo me confirma que a él le gusta más analizar la realidad con sus anteojeras ideológicas que con análisis serio de las cifras estadísticas bien confeccionadas. De todas maneras, es mejor que me critiquen por no haber sido tan liberal y ortodoxo a que digan que por mi ortodoxia y mi liberalismo sacrificamos al pueblo Argentino, como hacen los populistas y estatistas. Un abrazo.
Creo que el sistema de encaje 100% tiene mucha mas historia, fue discutido por Irving Fisher y tambien incluido entre las propuestas sobre reforma bancaria de la Universidad de Chicago a la crisis del ’30. Creo que su mayor defensor fue Henry Simons, por eso se lo ha llamado «la banca Simons» a este sistema.
Tengo un enorme respeto y admiracion por Alberto Benegas Lynch (h), a quien leo con frecuencia, pero disiento en este punto. En especial porque sus propuestas no muestran un compromiso para resolver problemas de una economia (en este caso la escasez de credito e inversiones) sino un esbozo teorico de como deberian funcionar las cosas. Alberto ya habia criticado vehementemente a la FED sobre su plan monetarista para salir de la crisis mas reciente, con argumentos similares a los que aqui se debaten. En esta vision, el sostiene que deberia volverse al patron oro y que todo lo demas en la economia deberia ser flexible y asi las cosas se ajustarian automaticamente, necesitando cada vez menos ‘gobierno’. Esto es politicamente impracticable, socialmente insostenible y economicamente puede generar ciclos aun mas pronunciados que los que se quieren evitar. Yo, al igual que Ud, prefiero tomar una parte de la idea de Hayek en «La desnacionalizacion de la Moneda» (1976) donde defiende que exista competencia entre monedas; aunque Hayek va mucho mas alla y rechaza por completo la necesidad de un banco central y propone terminar con el monopolio estatal de la emsion de moneda. Me gusta esta utopia, como la de Borges (‘algun dia los hombres mereceremos no tener gobierno’) pero descarto que en nuestras vidas o la de nuestros hijos sea practicable
Muy buen comentario Nicolás. Un abrazo.
Doctor, leí en los comentarios anteriores sobre la desmopolización del dinero, que la gente elija en que moneda pactar contratos. ¿Es posible la desmonpolización cuando el estado entre salarios, jubilaciones y subsidios sociales le paga a 15 millones de personas? ¿La sola elección de una moneda por parte del estado no haría imposible la competencia de otras monedas?
El Estado paga en pesos, pero si luego la gente tiene libertad para convertir esos pesos en la moneda que quiera, hay desmonopolización del dinero o libertad de lección de la moneda para la gente. Un abrazo.
Estimado Dr. Cavallo, aquí vuelvo a responder. http://puntodevistaeconomico.wordpress.com/2014/11/30/continua-el-intercambio-con-el-dr-cavallo-ii/
Interesante tu respuesta Adrián. Veo que a tu criterio, de la escuelas económicas británica y norteamericana sólo son liberales quienes adhieren en un 100% a Adam Smith y el laissez faire o a Milton Friedman y los seguidores de la escuela de Chicago. Según esa calificación, no sólo Keynes no sería liberal sino un economista como Martin Feldstein, quizás el más prominente de los economistas conservadores (en el sentido que se utiliza ese término en los Estados Unidos). A mi me sorprende que los liberales seguidores de la escuela austríaca sean tan restrictivos en su interpretación de lo que es ser liberal. Creo que no los va a ayudar a tener influencia en el diseño de una buena organización económica para nuestro país.
Me sorprende porque lo conozco muy bien a Deepak Lal, que, creo, fue varios años presidente de la Sociedad Mont Pelerin y me parece que no piensa como ustedes.
De hecho en el prólogo del libro «Handbook on emerging Economies» Editado por Robert Looney y publicado por Rudlege en mayo de este año, Deepak Lal, bajo el título «Clasical liberal policies» dice textualmente ( no lo traduzco, para no correr el riesgo de tergiversar su pensamiento): «There is an excellent account of this set of classical liberal policies in Domingo Cavallo’s chapter (27) in this volume, and I set out my outline as well as dealing with the objections made against them by contemporary ‘liberals’ in my Reviving the Invisible Hand—The Case for Classical Liberalism in the Twenty-first Century (Lal 2006). As Myint and I pointed out in our synthesis volume for the World Bank comparative study The Political Economy of Poverty Equity and Growth—A Comparative Study (Lal and Myint 1996: 326), ‘our general argument for free-market policies is derived not from the formal properties of the perfect-competition model but on empirical grounds from experience and history’. The resulting classical liberal policy package can be summarized as consisting of free trade, Gladstonian finance, stable money and the maintenance of stable property rights to allow entrepreneurship to flourish with free entry by potential entrepreneurs and the exit of unviable firms. As many of the successful emerging economies of this volume have followed many, though not all, of these prescriptions, it can be taken as a vindication of the classical liberal policy package. Many have described this as the Washington Consensus. However, as John Williamson—the progenitor of this term—argues in his chapter (9) in this volume, he would demur from this view, particularly regarding the support of many classical liberals for floating or fixed exchange rates as compared with Williamson’s advocacy of managed rates.3 However, he is right to question the desirability of the alternative ‘Beijing Consensus’, and its emphasis on industrial policy, on grounds similar to the ones for which I have argued in my own recent examination of these alternative policy packages (Lal 2012).»
El capítulo 27 del libro al que se refiere Deepak Lal es el que aparece traducido en mi blog: http://www.cavallo.com.ar/wp-content/uploads/2014/05/Desaf%C3%ADos-en-el-manejo-de-las-econom%C3%ADas-emergentes.-Libro.pdf
Recuerdo que Deepak Lal, luego de leer lo que yo había escrito, me llamó por teléfono para preguntarme si estaría dispuesto a participar en la reunión de la Sociedad Mont Pelerin que iba a tener lugar precisamente en Buenos Aires. Este intercambio que estoy teniendo con ustedes me lleva a sospechar que esa idea de Deepak Lal fue vetada para algunos miembros argentinos de la Sociedad Mont Pelerín. Siempre me quedó la duda de porqué Deepak no concretó la invitación formal a posteriori de su llamada telefónica.
Ojalá algún día podamos intercambiar ideas con un espíritu más amplio. Si los economistas argentinos de la Escuela Austríaca sólo se van a dedicar al debate académico y nunca van a intercambiar ideas con aquellos a los que consideran no liberales, no creo que vayan a hacer un aporte muy constructivo. Sería una lástima, porque este intercambio y lo que he podido conocer de ustedes a través de él, me sugiere que ustedes tienen mucho para aportar, no sólo en el nivel académico sino también para impulsar una reorganización de la economía y la sociedad Argentina con espíritu Alberdiano.
Un abrazo.
Agradezco Dr. Cavallo su respuesta! Pero que ofrezca una definición más restrictiva de «liberal» de lo que a Ud. le gustaría, no significa que no nos encerremos a debatir únicamente entre liberales. Personalmente, disfruto mucho de debatir con todo el mundo con mente abierta y espíritu crítico. Disfruto especialmente ir a las reuniones anuales de la Asociación Argentina de Economía Política, donde -como sabe- se encuentran economistas de las más diversas tendencias. Además, soy egresado de la FCE de la UBA, donde como sabe, hay todo menos liberales, y aun así mantengo amitad y relación con muchos de mis ex profesores, incluyendo a Daniel Heyman y -hasta que se introdujo en la política- a Axel Kicillof [http://opinion.infobae.com/adrian-ravier/2013/10/08/axel-kiciloff-mi-profesor/].
Me han comentado que posiblmente en marzo se concrete el debate con Alberto Benegas Lynch (h). Ya no resido en Buenos Aires, pero si tengo alguna oportunidad de asistir, lo haré. Aquí le dejo una nota del propio Benegas Lynch sobre Keynes, que quizás sea de interés pensando en aquel debate. [http://puntodevistaeconomico.wordpress.com/2014/12/02/repasando-a-keynes-por-alberto-benegas-lynch-h/]
Por último, aclaro que desconozco las razones por las cuales no se concretó aquella invitación a participar de la MPS en Buenos Aires. Yo asistí a ella, y sí recuerdo una conferencia muy crítica de la política económica argentina de las últimas décadas -incluyendo los 90- de Ricardo López Murphy.
Es una constante en ARGENTINA para la mayoría de quienes estudian ciencias sociales caer en IDEOLOGISMOS que además de inhumanos son inaplicables y esto tanto vale para la ideología marxista hoy en boga como para los fundamentalistas del mercado como el que ud. bien menciona.
a ud. lo ubico en el medio de ambas posturas tan propias de ignorantes como de torpes porque no hay más que observar los resultados prácticos de una ideología para evaluarla.Así pasó con el colapso del bloque soviético en 1989-91 y con las crisis de mediados y fines de los 90 con el famoso Consenso de WASHINGTON pero ni aún así la entienden.Critican a KEYNES,ignoran la existencia de la escuela romántica ALEMANA y no reconocen que FRONDIZI fue un estadista.Créame que la gente de a pie tiene mejor sentido de la realidad que quienes se dedican a las ciencias sociales en ARGENTINA, al menos la mayoría porque el prisma ideológico puede más que la razón.No se porque será pero es así.Y es tan dura la realidad que uno ya se harta.
Saludos DR.
Hola Mingo, Aprovecho este diálogo sobre la Convertibilidad para consultarte el tema desde lo que llamaría el ángulo keynesiano de la cuestión. En mi opinión la Convertibilidad sería autosustentable si los precios fueran flexibles a la baja, pues si hubiera un déficit en la balanza de pagos en cuenta corriente los precios y salarios bajarían en pesos y ello daría lugar a mayores exportaciones y menores importaciones. Pero ahí estaríamos en el histórico debate entre Keynes y Pigou (si no me equivoco), donde el último decía que los precios son inflexibles a la baja a corto plazo pero son flexibles a largo plazo. Y Keynes le contestó con la conocida frase «en el largo plazo estaremos todos muertos». Entre 1998 y 2001 hubo alguna flexibilidad de precios y salarios, de hecho las convenciones colectivas pactaron disminuciones que creo acumularon algo así como 20% de reducción. Pero otros precios, como las tarifas y salarios públicos, fuertemente institucionalizados, no bajaron. Recién en 2001 el Gobierno hizo una baja parcial de salarios públicos (13% los de más de 1000 pesos), pero no hizo algo similar con las tarifas y otros valores fijados en pesos convertibles. En tu gestión, cuando se lanzó la Convertibilidad hubo una buena lectura histórica en la experiencia de Pellegrini para salir de la crisis de 1890, pero me parece que no fue buena la lectura histórica frente a la crisis de 1930s que fue el escenario más parecido al de 2001, cuando se derrumbó el patrón oro. Pero coincido con vos en que el 96 pudo haber sido un buen año para hacer flotar el peso.
Totalmente de acuerdo Nito, conla sola salvedad de que a mi me gusta llamar convertibilidad a la libre elección de la moneda. Lo que vos sostenés como no sustentable salvo con flexibilidad total de preios y salarios, desde la perspectiva keynesiana, es el tipo de cambio fijo. Por eso yo creo que en 1997 habría que haber aprovechado la fuerte entrada de capitales para avanzar hacia una convertibilidad flotante. Precisamente, la flotación es el antídoto tanto contra la inflación como contra la deflación importadas. En nuestro caso el problema desde 1999 hasta 2001 fue, como vos bien sostenés, de deflación, parecida a la de la década de los treinta. En 1991 el problema era de fuerte inflación y por eso el tipo de cambio fijo (además de la convertibilidad) fue imprescindible. Yo trato este tema, in extenso, en el artículo http://www.cavallo.com.ar/wp-content/uploads/file/Elcanomay03.pdf
Estaré de regreso enArgentina a partir del 8 de diciembre. Espero que nos veamos antes de las fiestas. Un abrazo.
Es muy díficil para los intelectuales bajar a la realidad concreta. El intelectual debe ser o demasiado inteligente o haberse embarrado en los hechos, para poder observar la mayor cantidad de facetas que tiene la cosa. Repetir los fundamentos de una noble teoría como la que han legado estos geniales austríacos para cualquier circunstancia y lugar y criticar desde una torre los defectos en la implemetación concreta es mucho más alegre y facil que llevar a cabo un plan de estabilización en un país descarriado como el que tenemos.
Coincido Armando. Un abrazo.
Doctor, una pregunta, usted me podría decir cuál es la diferencia entre Producto Bruto Interno e Ingreso Nacional? (si es que hay una diferencia entre ellos) Tengo entendido que el PBI es el valor monetario de los bienes y servicios finales producidos por una economía en un período determinado, y que ayuda a medir el crecimiento o decrecimiento de la producción total de bienes y servicios de las empresas de cada pais, únicamente dentro de su territorio, pero cuando lo comparo con la definición de Ingreso Nacional me encuentro con una explicación bastante similar. Hay alguna diferencia o es practicamente lo mismo?
Saludos
Dr Cavallo. Cuál es su respuesta frente al planteo que le hago a continuación:
El modelo basado en el tipo de cambio fijo, tal como se definió en la Ley de Convertibilidad, tenia dos únicas posibilidades de funcionamiento que eran:
1- Ajustar los precios y salarios hacia abajo en oportunidad de estar en presencia de una balanza comercial desfavorable, dado que el ajuste del tipo de cambio no se puede realizar
2 – Cubrir la brecha externa producida por una balanza comercial desfavorable con préstamos del exterior, lo que implica incrementar la deuda externa.
Desde luego, la primera alternativa resulta prácticamente imposible de ser llevada a cabo, principalmente por la rigidez a la baja que presentan los precios y los salarios especialmente en la primera etapa de funcionamiento del modelo. Cabría en este caso la alternativa recesiva tal como se apreció durante el efecto tequila, la misma sobreviene debido a que con la balanza comercial desfavorable se produzca una salida de divisas que si no es compensada por una entrada producida por préstamos del exterior, acarrea una contracción monetaria que incrementa la tasa de interés y reduce la producción. La reducción de esta última produce los siguiente resultados:
1 – Disminuyen las importaciones debido a que las mismas están estrechamente vinculadas con la evolución del PBI
2 – Aumento de las exportaciones debido a que se produce una caída del consumo interno que permite obtener excedentes exportables.
Desde luego la alternativa recesiva produce daños sociales irreparables, por lo que en tanto sea posible se apela a la alternativa del endeudamiento.
La aplicación señalada si bien permitió alcanzar tasas de crecimiento del PBI, trajo aparejada las siguientes consecuencias:
1 – Crecimiento del desempleo debido a que el ingreso masivo de producto importados desplazó la producción local, especialmente la de bienes industrializados. Además el ingreso de bienes de capital produjo sobre todo en el sector servicios reducciones de mano de obra.
2 – Crecimiento de la deuda externa aun ritmo superior al crecimiento del PBI, lo que provocó un incremento de la relación entre la deuda y el PBI. Esto significa que las posibilidades de pago se reducen por lo que en algún momento el camino del endeudamiento se agota. Ello ocurrió en 1999 cuando entramos en recesión.
“NO NOS OLVIDEMOS QUE DETRAS DE LOS FRIOS NUMEROS DE LA ECONOMIA HAY PERSONAS…”
En primer lugar, lo que vos llamás «balanza comercial desfavorable» no es otra cosa que el ahorro externo que viene a invertirse en el país. Esto lo podés ver despejando I (inversión) en la identidad Y=C+I+X-M. Así verás que I= (Y-C) + (M-X)= Ahorro interno + Ahorro Externo. No se puede tomar la entrada neta de capitales a la economía como algo malo. Todo lo contrario, la entrada de capitales (o ahorro externo= importaciones- exportaciones, lo que vos llamás «balanza comercial desfavorable») ayuda a que la inversión sea superior al ahorro interno. Esto significa que el ahorro externo ayuda a aumentar la capacidad productiva de la economía.
La entrada de capitales, lejos de perjudicar a una economía, permite que esta se expanda, tanto porque significa mayor demanda (la inversión es también demanda) como mayor oferta, porque el aumento de la capacidad productiva significa que va a aumentar el Producto o el Ingreso, que es lo mismo.
La salida de capitales, que es lo que ocurrió en el año 1995 y nuevamente a partir de la crisis rusa en agosto de 1998, causa sí recesión. Pero esto ocurre tanto con un sistema de cambio fijo como con un sistema de cambio flotante.
Revisá tu razonamiento teniendo en cuenta este sistema de causalidad y no el que mencionás en tu pregunta y vas a ver que advertirás que las conclusiones a que arribás al final de tu mensaje son equivocadas.
Por favor, lee también mi post http://www.cavallo.com.ar/el-deterioro-de-la-competitividad-es-estructural/
Si todavía seguís con dudas, lee mi libro «Camino a la Estabilidad»
Porque detrás de los números frios de la economía hay personas, hay que entender bien la realidad para no llegar a conclusiones que causan problemas a la gente. Si fuera cierto que las importaciones son perjudiciales y la importación de bienes de capital reduce el empleo de mano de obra, preguntate porqué hoy todos los que producen se quejan por las restricciones que el gobierno está imponiendo a las importaciones.
Te mando un fuerte abrazo y los mejores deseos de felicidad para la Navidad y el Año Nuevo.