Felipe Pigna, el historiador financiado por los Kirchner para re-escribir la historia

Dos comentarios recibidos en los últimos dias, uno de Pablo Rainieri, joven de 23 años y otro de Alejandro, de sólo 17 años, me alertaron sobre la importancia de una entrevista que me hizo Felipe Pigna hace algunos años.

Es sabido que Felipe Pigna dedicó los últimos catorce años a apuntalar el relato Kirchnerista con una interpretación muy peculiar de nuestra historia, totalmente distorsionada por sus anteojeras ideológicas.

Hoy he visto en La Nación un video con la entrevista que le hizo Víctor Hugo Ghitta en la que Pigna critica al periodismo y plantea la dificultad de entender la historia del presente a la luz de las versiones periodísticas. Vale la pena que miren el video al que se refirieron los jóvenes para que adviertan la hipocresía de Felipe Pigna. En la entrevista de la Nación critica a los periodistas exactamente lo que el hizo con la edición del video que gravó mientras me entrevistaba.

Tres sugerencias constructivas a la reforma tributaria propuesta por el Ejecutivo

La orientación general de la propuesta es buena, pero tengo tres propuestas constructivas:

  1. El impuesto a las transacciones financieras (llamado vulgarmente, impuesto al cheque) debería ser tomado como pago a cuenta del IVA, porque de esa forma ayuda a disminuir los costos y aumentar la competitividad. Tomarlo como pago a cuenta de ganancias no produce el mismo efecto, porque es precisamente cuando no se producen ganancias que la reducción de costos se torna más relevante.
  2. El gradualismo en la reducción de las tasas y en la aplicación de las deducciones es razonable como señal de prudencia. Pero el Ejecutivo debería pedir al Congreso que le dé atribuciones para adelantar el momento de las reducciones y deducciones si el avance de la recaudación lo permite.
  3. No debería eliminarse la posibilidad de deducir del IVA la proporción de los aportes patronales según la localización del empleo. Es importante mantener el máximo incentivo posible a la creación de empleo formal, en especial en las zonas más subdesarrolladas del país.

Por supuesto, la reforma más importante es la que el Gobierno Nacional pueda lograr negociando con las provincias la reducción de ingresos brutos, en especial en las etapas intermedias de producción, así como la eliminación del impuesto a los sellos.

Muy buen planteo del Presidente en su discurso del 30 de octubre

 

El presidente demostró una gran claridad conceptual y una ajustada interpretación de la realidad política, económica y social sobre la que tendrá que actuar durante los dos próximos años.

Ya no caben dudas que quiere ver a la Argentina organizada conforme a nuestro régimen constitucional en todos sus aspectos, incluidos los principios Alberdianos de buena organización económica de los que estuvimos alejados por demasiado tiempo y que no fuimos capaces de sostener cuando fueron parcialmente recuperados.

Su énfasis en la búsqueda de consensos para modificar y sostener las reglas de juego en la buena dirección es apropiado. Es claro que en el pasado la inestabilidad de las reglas de juego, incluso aquellas que en algún momento estuvieron bien diseñadas, fue la causa principal de nuestros retrocesos económicos y sociales.

Ahora cabe esperar que las propuestas concretas y las negociaciones, tanto en el ámbito del Congreso Nacional, como con los gobernadores avancen suficientemente rápido como para aventar los riesgos de una pérdida del crédito externo e interno que torne imposible el financiamiento del déficit fiscal.

También serán muy importante las negociaciones con empresarios y sindicatos para adoptar las medidas necesarias para el aumento del empleo, la inversión productiva y la competitividad de la economía.

Urge darle un fuerte impulso a las exportaciones, que hasta el momento se muestran como el talón de Aquiles de la recuperación que se ha logrado a partir del segundo semestre de este año.

La información fiscal sobre la ejecución del presupuesto de 2017 es alentadora y si el Presidente Macri logra que su gobierno y los gobiernos provinciales avancen en la dirección sugerida en su discurso, podrán cumplirse las ambiciosas metas fiscales para 2018.

Pero para que estos avances se reflejen en una tasa de inflación sostenidamente decreciente, que no obstaculice en el corto plazo el crecimiento de la economía, el Banco Central tendrá que ajustar su política de metas de inflación, para complementar el manejo de la tasa de política monetaria con una regla clara de intervención en el mercado cambiario, que ayude a bajar las expectativas de inflación y permita que los salarios y jubilaciones no se ajusten en función a la inflación pasada sino conforme a la inflación esperada.

Cuando se haya prácticamente completado el ajuste de las tarifas de los servicios públicos, necesario para reducir a un mínimo los subsidios económicos, será la oportunidad para hacer estos anuncios en materia de política monetaria. Descartar ajustes de tarifas por arriba de la inflación esperada será un complemento importante de la regla de intervención en el mercado cambiario para influir sobre la expectativa de inflación.