Javier Milei fue muy valiente.
De todos los economistas y politólogos que me conocen bien y que saben que es lo que ocurrió durante los noventa y particularmente en la crisis del 2001-2002, el único que tuvo una actitud semejante a la de Milei, en varias oportunidades, fue Jorge Asís. Lamentablemente, la mayoría de los economistas y politólogos que podrían ayudar a desmentir las infames acusaciones de muchos periodistas, han preferido no dar opinión. Seguramente consideran que defenderme significa para ellos un costo político.
La primera parte de este video, en la que Mauro Viale se refiere a mi trayectoria, es muy similar a la que se ha visto en casi todos los medios desde enero de 2002 en adelante, cada vez que había alguna noticia que me involucraba.
Es interesante analizar el contenido del informe de Mauro Viale. Muestra, por ejemplo, a los depositantes atacando con martillos los cajeros automáticos, cosa que no ocurrió en 2001 sino a partir de las disposiciones de Duhalde pesificando compulsivamente los depósitos en el año 2002. Claro que por entonces, la estrategia de Duhalde y los dirigentes políticos que lo acompañaron en el golpe institucional del 2001, fue transformarme en el chivo expiatorio de la crisis, y por eso, a sus aberrantes medidas las llamaron corralón, para confundirlas con el corralito. Para acentuar esta interpretación absolutamente tendenciosa de aquella realidad, se valieron de economistas como Alfredo Zaiat, autor del libro ¨Economía a Contramano¨que Cristina Kirchner consideraba su manual económico de cabecera. Es precisamente el libro a cuya crítica dedique el primer capítulo ¨Camino a la Estabilidad¨. El calificativo que hace Javier Milei de este economista es plenamente justificado.
La escena del escrache, con grandes títulos de vende patria y traidor, son las del ataque que me hicieron integrantes de Quebracho (que es sabido que siempre trabajaron para la SIDE) con la participación de la hija de la procuradora general Gils Carbó y alguno de sus colaboradores. Este escrache se produjo cuando yo estaba por iniciar una conferencia en la Universidad Católica ante más de mil personas, incluido el Rector de esa universidad, y fue parte de la campaña con la que intentaron amedrentar a los jueces que me estaban juzgando con el tema del megacange. La presidenta Cristina Kirchner había reclamado mi condena en uno de sus frecuentes discursos por cadena nacional.
Esta estrategia deliberada de demonización comenzó en el 2002, en el mismo momento en que el secretario de la SIDE de Duhalde, el fallecido ex gobernador Soria, había reunido a los jueces federales para pedirles que me detuvieran, no importaba el motivo o la causa, simplemente porque les servía en su estrategia de transformarme en chivo expiatorio.
Pero además, la presentación de Mauro Viale trae un interesante complemento: un reportaje que me hizo en 1997 para preguntarme sobre la honestidad de Menem. En realidad, algunos periodistas como Mauro Viale, que siempre dijeron que eran amigos de Menem, comenzaron la campaña de desprestigio en 1995, después de que yo denunciara a la mafia de Yabrán y sus conexiones en el Congreso de la Nación. En esa época, la plata de Yabrán fluía hacia cualquier comunicador que estuviera dispuesto a atacarme. Era un momento en que, desde adentro del mismo gobierno de Menem, comencé a ser perseguido por los jueces que seguían instrucciones de Carlos Corach. Yo conté todas estos tempranos intentos de demonización en mi libro «El Peso de la Verdad» publicado en 1997, poco después del crimen de Cabezas y algunos meses antes de que Yabrán se suicidara.
Sin duda, Mauro Viale, que por entonces estaba en ATC, fue funcional a esta primer campaña de desprestigio. En este video dice que lo hizo porque el secretario de hacienda, Ricardo Gutierrez, al que él menciona como Sánchez en su presentación, no le enviaba suficientes fondos para financiar a ATC. Lo que Mauro Viale no dice, es que esta restricción presupuestaria era la respuesta lógica al impacto a la crisis Tequila que estábamos sufriendo y, por supuesto, ATC era un barril sin fondo como lo siguió siendo, incluso acentuadamente, durante los años del Kirchnerismo. La diferencia es que, el gobierno en el que estábamos Gutierrez y yo, era austero y fiscalmente conservador, en total contraste con la política de despilfarro irresponsable que caracterizó al Kirchnerismo.
Perdonen los visitantes del blog por ser tan autoreferencial, pero quiero alertarlos por una campaña que veo venir y que tiene un sólo propósito: hacerle políticamente costoso al gobierno de Macri adoptar decisiones parecidas a las de los 90. Por supuesto es una forma de empujar hacia el fracaso la política de un gobierno con buenas intenciones, que si bien cometió muchos errores, es el que tiene las mejores chances de terminar con la estanflación que nos viene azotando desde el año 2012.
Si tienen unos minutos de tiempo, por favor vean el video, pero no se queden con la introducción de Mauro Viale, sino lleguen a la valiente reacción de Javier Milei.