El Déficit futuro de los Fondos Fiduciarios: otro ejemplo de Miopía Fiscal
Desde que a las empresas prestadoras de servicios públicos dejaron de cobrar tarifas retributivas del capital invertido en los respectivos sistemas de prestación, el Gobierno ha tenido que hacerse cargo de la inversión necesaria para mantener y expandir la capacidad de prestación de servicios.
En teoría, la expansión de los servicios se financiaría con cargos específicos a los usuarios, a determinar en cada caso. Esos cargos, que el INDEC, de paso, podría no registrar como aumentos tarifarios, alimentarían los Fondos Fiduciarios, encargados de contratar las nuevas inversiones y de pagarles a los proveedores y constructores.
Hay varias razones para predecir que todos estos Fondos Fiduciarios entrarán en déficit a corto plazo.
En primer lugar el costo de las nuevas inversiones será más elevado que el que hubieran pagado las empresas prestadoras del servicio, porque cuando ellas debían financiar la inversión, se cuidaban muy bien de no pagar sobre costos, so pena de incurrir en pérdidas que el Estado no tenía porqué compensar. Esto ya se puede corroborar comparando los costos de las nuevas instalaciones para transmisión y generación eléctrica y para transporte de gas, con los que se pagaron en los 90s.
En segundo lugar, los cargos específicos sólo se aplican a los usuarios que son grandes consumidores industriales y comerciales. Esto significa que son el doble o el triple del nivel que tendrían si se aplicaran a todos los usuarios. Cuando los grandes consumidores calculan el nuevo costo del gas o de la electricidad, luego de sumar los cargos específicos para financiar las nuevas inversiones, encuentran que ahora pagan dos o tres veces el precio en dólares de la época de la convertibilidad.
Por supuesto, los reclamos de los industriales y comerciantes no tardan en plantearse, sobre todos en las actividades sujetas a controles de precios. El resultado es que el Gobierno dispone de rebajas en los cargos destinados a los Fondos Fiduciarios. Pero, ¿quién cubrirá el déficit sobreviviente de los Fondos Fiduciarios? Sin duda, los fondos tendrán que salir del Presupuesto Público.
En la década del 80, cuando toda la inversión en infraestructura y servicios públicos estaba estatizada y se pagan subsidios para cubrir pérdidas operativas en casi todos los servicios, el sobre-gasto presupuestario por este concepto llegó a ser del 10 % del Producto Bruto Interno. Tenía un nombre irónico en la clasificación funcional del gasto público: Desarrollo de la Economía.
Nos estamos moviendo en esa misma dirección sin que los economistas del Gobierno y muchos analistas macroeconómicos lo estén advirtiendo. Otro ejemplo dramático de Miopía Fiscal.