Los economistas argentinos que consideran que el default, la pesificación y la devaluación aportaron soluciones a nuestra economía y varios economistas norteamericanos muy influyentes, con Nouriel Rubini a la cabeza, bregaron para que Grecia declarara el default de su deuda, transformara todos sus activos y pasivos financieros de Euros a Dracmas y dejara que un golpe devaluatorio e inflacionario reconstruyera su competitividad y cerrara su brecha fiscal. Afortunadamente para los griegos, para los europeos y para todo el mundo, Grecia no prestó atención a esos consejos.
Con la ayuda de Europa, Grecia logró restructurar su deuda con acreedores privados en forma ordenada y sin que quedaran tenedores de bonos en condiciones de reclamar ante los tribunales. Consiguió una quita en el capital de más del 50 % y reducir la tasa de interés a 2 % anual por los primeros cuatro años. No me caben dudas que el resto de la deuda con el Banco Central Europeo, con el Fondo de Estabilización Europea y con varios estados nacionales también será renegociada de tal forma que Grecia pueda honrarla normalmente.
Gracias a la exitosa restructuración de deuda, la crisis financiera que estaba adquiriendo en Grecia características muy parecidas a las de Argentina en los meses finales de 2001, con fuertes retiros de depósitos por parte de la gente y extrema iliquidez bancaria, va a ser rápidamente superada: los depósitos volverán a los bancos y gradualmente retornarán también los capitales griegos que fugaron al exterior en los últimos dos años.
La recesión que fue muy acentuada, comenzará a ceder y pronto la economía Griega estará creciendo sostenidamente. Se pondrá de manifiesto que la recesión fue muy fuerte no tanto porque el Gobierno se hubiera visto obligado a aplicar una política fiscal más restrictiva y porque la economía griega había perdido competitividad, sino porque las expectativas de default, dracmisación y devaluación generaron un clima de crisis financiera que provocó fuertes fugas de capitales y retiro de depósitos bancarios por parte del público.
Por supuesto que Grecia tendrá que ajustar sus cuentas fiscales y tendrá que adoptar medidas para recuperar competitividad. Pero podrá hacerlo en un clima de estabilidad financiera y monetaria y a través de decisiones discutidas en su Parlamento y no a través de reducciones salvajes de sueldos, salarios y jubilaciones como las que resultan de los golpes devaluatorios e inflacionarios. Deberá, por ejemplo, decidir una fuerte reducción de los impuestos que encarecen la nómina salarial, tal como lo ha comenzado a hacer Brasil en nuestra región y como lo habíamos dispuesto también nosotros en 2001 a través de los planes de competitividad. Ninguna de estas decisiones será fácil y seguramente habrá reclamos y conflictos. Pero el costo económico y social que deberán soportar los griegos resultará muy inferior al que pagamos los argentinos en 2002 y en los años siguientes. Y esto, a pesar de que los desajustes fiscales acumulados por Grecia desde la entrada al Euro fueron tres o cuatro veces superiores a los de Argentina durante la convertibilidad y que, además, Grecia no avanzó en materia de privatizaciones, desregulación y aumento de la productividad como sí lo había hecho Argentina durante los 90s.
¿Por qué pudo Grecia lograr algo que nosotros no conseguimos en 2001 y 2002? Esta pregunta es relevante porque nuestra deuda a fines de 2001 era del 60 % del PBI en comparación con una deuda de 160 % del PBI en el caso de Grecia, nuestro déficit fiscal era un tercio del de Grecia y hacia fines de 2001 el déficit en cuenta corriente había prácticamente desaparecido. Grecia, frente a problemas mucho más agudos que los que nosotros enfrentábamos en aquella época, consiguió restructurar su deuda en forma ordenada y está a punto de restablecer la normalidad financiera.
Acá va la respuesta: Grecia consiguió el apoyo de Europa y sus dirigentes, al menos los que pertenecen a sus principales partidos políticos, advirtieron que la «solución a la Argentina» era un salto al vacío. En nuestro caso, el FMI nos retiró el apoyo en medio del proceso de restructuración ordenada de la deuda y una parte importante de nuestra dirigencia, tanto en el Partido Justicialista como en el Partido Radical escucharon el canto de sirenas de los que querían la pesificación y la devaluación para sacarse de arriba las deudas que imprudentemente habían adquirido.
Si en lugar de haber decidido la pesificación los primeros días de enero, el Gobierno Argentino hubiera ido adelante con la oferta de canje de la deuda (que no se había presentado a la transformación en Préstamo Garantizado) programada para el 15 de enero, hacia el 15 de Febrero de 2002 Argentina hubiera estado viviendo la misma sensación de éxito que hoy está viviendo Grecia. La crisis financiera se hubiera revertido rápidamente sin que los ahorristas perdieran un sólo dólar de sus depósitos. Los fondos que el FMI no había desembolsado en Noviembre más los 3 mil millones de dólares que había comprometido para apoyar la restructuración de deuda hubieran sido seguramente aportados para la normalización financiera porque para entonces Argentina habría demostrado, sin lugar a dudas, que podía manejarse con déficit fiscal cero.
Los mismos que recomendaban a Grecia seguir el camino de Argentina 2002, hoy sostienen que Grecia no podrá volver a crecer sin una devaluación de su moneda. Paradójicamente muestran nuevamente a la Argentina como prueba de sus afirmaciones. Atribuyen el crecimiento del 2003 en adelante a los «beneficios» de la devaluación. Por supuesto, aún no se han enterado de todos los desequilibrios que los desajustes de precios relativos que siguieron a la devaluación provocaron en nuestro país: no saben de nuestro déficit energético, de la liquidación del stock ganadero, del deterioro creciente de nuestra infraestructura de transporte y de la bomba de tiempo fiscal que representan los subsidios que se debieron pagar para mantener los servicios públicos en funcionamiento. Tampoco señalan que ahora la economía Argentina está nuevamente infectada de inflación y que los conflictos sociales que se avecinan tienen precisamente su origen en las pujas distributivas que reviven con la inflación.
Afortunadamente los griegos, con el apoyo de Europa, están transitando el camino correcto: el de la búsqueda de soluciones sinceras, honestas y transparentes. Ojalá sus dirigentes tengan la capacidad, que los nuestros no tuvieron, para explicarle al pueblo que la dracmisación y devaluación provocarían más sufrimiento que el que se deriva de las decisiones parlamentarias sobre recortes de gastos, privatizaciones y desregulación. Si lo consiguen, los griegos habrán dado un paso importante para que la mentira no se transforme en la principal herramienta política. La mentira es, precisamente, la manifestación más evidente de la degradación social que está sufriendo la Argentina desde el 2002 en adelante.
Es un placer leer sus artículos por la claridad de exposición y argumentación.
Un saludo desde España,
Santiago
Un gran saludo para vos Santiago. ¿En que ciudad de España vivís?
En Madrid.
Saludos,
Estimado Dr.,
Alguien como Ud. que invierta tiempo en rtas. a sus coforistas es muy loable y fiel reflejo de su temple y compromiso con el pais. Se lo agradezco. Aqui copio su rta a mi post:
Nuestro pueblo no es analfabeto pero ha sido reiteradamente engañado por la prédica populista. Espero Silvia que encuentre en el futuro las condiciones para volver felíz a estas tierras. Un abrazo.
Ahora, mi reflexion a su rta.
Abrazos para Ud. Dr. y mi sincera gratitud.
Sin embargo, parece que seguimos engañados por la predica populista. Segun lei, ahora hay ‘papelitos de colores para todas y todos impresos en la Boudou-Ciccone caligrafica’. Hay mas, gente que apostaba a que Grecia se incendiara para demostrar que Ud. estaba errado. Cosas vederes!!
Redundante, pero insisto con que, si Ud. alguna vez fuera electo a algun cargo (mas no sea consejero vecinal), ese dia, se darian las condiciones de que tal vez, despunte un mejor futuro para Arg.
Cordiales saludos,
Gracias Silvia.
Muy correcto el artículo y estoy totalmente de acuerdo con el mismo.
Ahora bien, a mi entender, el FMI aca no nos apoyó cuando vio que los partidos políticos y las empresas iban por la devaluación.
Europa apoya a grecia porque considera que su dirigencia va a tener el apoyo para realizar los ajustes necesarios.
Y aun así estuvieron bastante tiempo retaceando la ayuda.
Creo que si el FMI nos hubiera dado la plata, probablemente igual hubiera ocurrido la devaluación y pesificación.
Mas aún, creo que la idea de devaluar fuertemente la moneda venía de mucho antes (de hecho Duhalde creo que la proponía en la campaña).
Por lo menos, a mi entender, me parece que el radicalismo, el peronismo y muchas empresas ya lo tenían en la agenda.
Considerando que los montos de ayuda son relativamente grandes, el FMI necesitaba cierta seguridad de que las cosas van a ir bien.
Parece razonable que, si los partidos políticos y los empresarios no la proporcionan, no tirar la plata en un país que se va a ir a pique de todas formas.
Ojo que no estoy a favor del FMI, y esta es una opinión ya que no conozco bien los hechos de esa época.
Y con Grecia hasta ahora salió todo bien, pero durante un tiempo el tema de la ayuda estuvo en la cuerda floja.
En esos momentos críticos, los griegos tomaron un camino y nosotros otro.
Me alegro por los griegos y por Europa. Espero que las cosas les salgan bien.
Cordiales saludos
En realidad había gente en el FMI que venía pregonando la devaluación desde bastante tiempo atrás. Pero es cierto que a fines de 2001 políticos y empresarios argentinas hicieron lobby por la devaluación. Pero si el FMI nos hubiera ayudado y terminábamos con la reestructuración de la deuda, la devaluación con pesificación se hubiera evitado. La gente no la quería y a mediados de 2002 comenzó a devaluarse el Dólar, esa era la solución de fondo a nuestros problemas. La devaluaci’ón del Dólar y la consecuente apreciación del Euro iba a producir, como lo produjo, el mejoramiento substancial de nuestros precios de exportación que en 2001 estaban por el suelo.
Si pero los cambios en las politicas cambiarias y monetarias se deberian haber hecho antes de llegar a esa enorme crisis financiera y a esos niveles tan altos de desocupacion. Nose si en el 97 cuando habia fuerte entrada de capitales y mucha confianza o en el 99 con la aparicion del Euro pero antes del 2001 seguro!
De acuerdo Arturo.
No sabía que había gente dentro del mismo FMI a favor de la devaluación (aunque no me extraña).
Ahora bien, concuerdo con que la gente en general no quería la devaluación. Asimismo la gente estaba muy a favor de las privatizaciones (lo cual no sorprende dado el calamitoso estado anterior y la modernización que se hizo).
Como llegamos a esta época de denostación de los 90?
Si, hay políticos, empresarios y medios continuamente denostando los 90.
Pero mucha gente vivio el ordenamiento de los 90. Mucha gente vivio la epoca de la hiper en la que poner un teléfono tardaba años. Mucha gente vivio la epoca de la dictadura.
O sea, en el 2001 fue la devaluación, pero cerca del 2003 (con la soja trayendo divisas a raudales) se podrían haber corregido las cosas.
Han pasado 9 años desde el 2003 en los cuales, aparte de tirar manteca al techo, todo orden de los 90 ha involucionado al desorden anterior.
Lamnetablemente esa es la realidad. Un abrazo.
Tengamos en cuenta que una cosa es poner plata para salvar la paridad peso – dolar, y otra es para salvar la ZONA EURO.
Creo que ahi está el porque de la decisión de ayudar o no por parte del FMI.
Saludos cordiales,
Julián
En el 2001 no se trataba de salvar la paridad peso dólar, sino de evitar que se destruyera la base contractual de la economía que durante los 90’s había sido señalada como el mejor ejmplo de reformas enderezadas al progreso económico y social por los mismos organismos internacionales. El FMI no ayudó en 2001 porque sus dirigentes fueron unos necios.
Dr. Cavallo
Muchos han pensado que el movimiento que cambió el Gobierno en 2001 fue realizado para impedir el canje de deuda a los inversores extranjeros. De haberse completado el mismo hubieran habido enormes posibilidades de una recuperación total de la economía y no habrían existido «excusas» para interrumpir ese proceso.
¿Qué piensa Ud. al respecto?
Lo sostuve desde el mismo momento del Golpe Institucional del 20 de diciembre de 2001. En la página de artículos en español de este sitio podes leer los artículos «La lucha para evitar el Default y la Devaluación» y «El Golpe Institucional» de principios de 2002.
Dr. Cavallo,
Ante todo, muy interesantes, analíticos e informativos todos sus artículos.
Mi comentario escapa al eje de la nota ,disculpándome por ello, le hago llegar mi inquietud: siendo Grecia un país que dista mucho respecto de su economía, manejo de la administración pública, marco político del resto de lo integrantes de la zona euro, y que según tengo entendido no cumplía a la perfección el Tratado de Maastricht al momento de su ingreso. Cuál considera Ud. que es la razón real por la cual se le permitió ingresar a la zona euro a un país que aparentemente ganaría más de lo que aportaría a la zona? Qué beneficio obtenía el resto de un país con estas características?
Fue un error, pero una vez cometido sólo se puede reparar haciendo que Grecia progrese hacia un mejor manejo económico y logre aumentos de productividad más rápidos que el de los países más avanzados de la zona Euro.